Fotografía de Noell Oszvald
« Le miroir des âmes simples et anéanties
et qui
seulement demeurent en vouloir et désir d'amour »
Nos dolemos extendidos en la pregunta,
nos pisamos las ganas y el intento,
el dogma que descansa en el error
que absorbe la consecuencia,
Tocando infinitas veces el laberinto,
justo en el punto único certero de su imagen
resolvieron los renglones que nos salvan,
donde el beso alcanza a la palabra que no llega
como el equilibrista que con botas de agua
lanza el desafío y resiste.
El ojo simple donde la lluvia lo llore
y agite el tubérculo indomable que brota
de su arena dormida y lo salve.
Sin piedad me abandono y me habito
cuando la forma alcanza el origen que asciende
hasta la celda,
refugio del alma en todas sus dimensiones,
puliendo sus bordes como limites de diamante.
Escuchad músicas o líricas que persistan,
que calen hasta el pozo arrancándonos el vuelo
llegándonos a lo simple
frente al espejo.
Déjanos dormir y pensarte
renunciar al sentido
abandonarlo tal vez a su suerte
definitivamente hasta el sentimiento
el más profundo si cabe,
donde esperas
en este camino de piedra muerta.
Blanco o negro
se intercambian los
espacios y su límite,
donde en conciencia se revele lo efímero
como cuerpo trasnochado detrás de la escalera.