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... de La Red |
El
vaivén de las olas producidas por el viento,
salpicando
las rocas y acariciando la arena,
crea
dibujos en colores blancos
a
veces, colinas o montañas
a
veces, dibujos abstractos.
El
mar porta la magia de la alquimia,
magia
que transforma su fuerza en paz y belleza.
Magia
que al contacto con la tierra
ha
dejado una huella de belleza
que
ninguna mano ha podido moldear
aunque
algunos lo han sabido plasmar,
pero
lo más importante es que nuestra
alma
capte como en la poesía su pulso vital.
Su
arrullo es relajante y nos trae
mensajes
si sabemos escuchar:
mensajes
de alegría,
mensajes
de valentía,
mensajes
de rechazar la huida,
por
la dicha de estar aquí en el día a día,
recuperando
la alegría de la vida.
Alegría
que nace en la profundidad del corazón,
y
nos hace sonreír sin motivo ni razón.
Alegría
en una mirada o en una flor,
alegría
en una palabra o en un adiós.
La
alquimia de la alegría es un generador
de
sueños y alientos en sus bellos
atardeceres
o renacimientos.
Sueños
y deseos, pregunta el aire:
¿Qué
queremos?
Difícil
réplica si no la conocemos,
aportando
paz y confianza
a
los que conocen su respuesta.
Alquimia
de la alegría en cada nuevo día,
no
importa el mañana ni el ayer.
El
ayer nos recuerda lo que hemos de aprender,
el
mañana nunca ha de llegar,
solo
el presente nos ayuda a componer
nuestra
poesía con tristeza o alegría,
siendo
dueños para transmutar
los ingredientes
en el gozo de nuestra vida.