Hoy es

La canción del Espíritu


  
... de la Red
             El Espíritu se manifiesta como una aspiración de la mente humana hecha carne; profundamente transpirada a través del cuerpo que nos mantiene en pie. ¿Una fuerza que se transmite merced a los genes de cada una de los billones de células que nos componen? Puede ser; en abstracto, no tengo nada que objetar contra dicha idea. Pero hoy ya sabemos que esos genes no son ya una "caja cerrada", sino "abierta" y movida por el campo energético que subyace a toda la materia. ¿Qué es el Arte si no una construcción idealizada de la propia Naturaleza en su conjunto? ¿Y con qué ojos miran algunos seres humanos a ésta? ¿Con los del Espíritu? ¿Mito o verdadera Realidad? ¿Pero que es la Realidad para una consciencia que sueña consigo misma? Y estoy seguro que mientras sueña imagina y proyecta un Mundo que sobrevuela sobre éste que percibimos con nuestros cinco sentidos.
            ¿Cuál es la causa de tan iluminada idea? Dejemos la teoría evolucionista descansar al menos por algún tiempo, pues no tiene sino una explicación incompleta del devenir de la vida en sí y de la emergencia de nuestra especie animal. ¿O es tal vez el mandato de la propia Naturaleza recreándose a sí misma? Y ahora sí vengo a convenir con mi apreciado Baruch Spinoza: "Deus sive Natura". ¿Pero entonces nosotros mismos, siendo en ella, seríamos al mismo tiempo Dios, aunque en uno de sus modos finitos? ¿Es por eso que entonamos permanentemente en nuestro corazón esta canción del Espíritu?
            Como siempre he de acabar admitiendo, en buena lógica, el inescrutable bucle que nuestra consciencia establece con la Naturaleza o Dios o la Energía o el Espíritu, que es de donde en cualquier caso nace esta canción que hoy aquí os traigo. Tal experiencia como fenómeno intuitivo y emotivo-sentimental es incuestionable para una infinidad de seres humanos, aunque de una mera quimera pueda tratarse. No obstante, la negación de ésta es hoy por hoy igualmente inverificable por la ciencia. Luego, entonces..., si tenemos fe en esta idea (que se asienta fuertemente en la relación cuerpo-mente como un vector potente que nos mantiene unido a la tierra y nos da constantemente señales vitales de algo superior a nosotros ), vayamos pues tras su estela. Ese es al menos mi proyecto vital último.

                                                   de "Aves del Paraíso",

                                      Cuaderno de Pensamiento, Poesía y Relato
                                                                                                 2018