Hoy es

Vacaciones


Las ambulancias hacen huelga

por falta de avisos y accidentes.

Sus conductores hablan por teléfono

mientras doctoras y enfermeros

se dicen

lo que antes nunca se dijeron.



Las funerarias echan cierre

por falta de óbitos y entierros.

Los empleados marchan con las novias

mientras los tanatorios se ventilan

del olor de la cera y los fantasmas.


El asesino en serie, preocupado,

pide cita en el sicólogo,

para que eche un vistazo

a esta empatía rara

que siente ahora por sus víctimas.


Se ha terminado el pentotal

en los dispensarios carcelarios,

hoy descansan sirenas y brigadas

en las ciudades del oriente.

Los palestinos han parado

de su labor de víctima y martirio

y los soldados israelíes

de su oficio de verdugos.


Razón de todo ello

es que la muerte por un día

quiere cambiar sus huesos

por un hermoso cuerpo juvenil,

las hondas cuencas de su calavera

por unos ojos de inocencia

y los jirones con que viste

por un vestido blanco bien ceñido.


Y es que no quiere que se asusten,

mientras pasea por campos y jardines,

los pájaros que trinan y que vuelan,

las flores en las matas o al borde del camino.

Y poder disfrutar, por este día,

de la dulzura de los cantos,

de la delicadeza de los pétalos,

del tibio sol de primavera.