Hoy es

un día, un lejano

UN DÍA, UN LEJANO

atardecer de un tiempo
casi olvidado
por versos cobardes
que no se atrevieron
a lanzarse al abismo blanco,

extendí todos mis sueños
sobre las profundidades
imperfectas de mi alma.

Las ilusiones, horrorizadas
por mi proceder prematuro,
completamente anormal,
huyeron por los resquicios
escondidos de mi corazón.

Aquellos versos cobardes
ignoraban la juventud risueña
de las palabras, se reían
de sus ansias de volar
por cielos desconocidos,
extraños, transparentes.

Ellas, las palabras,
poco a poco, perdieron su voz.

Tuvieron que huir
convertidas en silencios dolorosos
que no podían comprender
el porqué mi negativa a soñar
confiando en un mañana mejor.

Gritaban, sus lágrimas amargas
se perdían, desconsoladas,
en la ternura de la noche.