Hoy es

Oscuro el borrador y el verso claro.

       



       Mi enhorabuena a Google. Se han acordado de que hoy, veinticinco de noviembre de 2017, se cumplen exactamente 455 años del nacimiento de Lope de Vega y le han recordado en su cabecera (véase la imagen).
       No doy mucha importancia a las efemérides, pero me agrada saber que en esta enredadera de las redes sociales, entre multitud de intereses, utilidades, ocurrencias, negocios y disparates, hay una gran cantidad de poetas y que muchos celebrarán esta coincidencia de la fecha.
       Puede incluso que alguno, recordando al Fénix de los Ingenios, se ponga a practicar aquella antítesis suya tan conocida con la que el gran madrileño responde a los reproches que le hacía Luis de Góngora por ser demasiado claro en sus versos: "oscuro el borrador y el verso claro".
       Más allá de la idea inicial contra la oscuridad gongorina de muchos vates, se infiere la idea contraria de que los poetas no tienen por qué escribir "a la pata la llana" y, a fuerza de querer ser espontáneos, versificar de forma vulgar, entre otras cosas por no saber hacerlo de mejor manera.
       La naturalidad no tiene por qué estar reñida con la elegancia, la claridad no supone arrastrar simpleza y la franqueza no es necesario que lleve la ingenuidad a las espaldas. La sencillez literaria bien entendida siempre tiene un poso de ilustración. 
       Hay más elegancia en el gesto directo y evidente que en el retorcimiento retórico y rebuscado. 
       Además, ese verso de Lope encierra otro mensaje que algunos poetas detestan y que más valiera que tuviesen en cuenta. Dice "oscuro el borrador", con lo que da por supuesto que antes de que un poema vea la luz suelen ser necesarias correcciones, tachaduras y pentimentos. Hace buena aquella otra frase de Paul Valery: "El poema ni se termina, se abandona", o sea que se deja en paz cuando ya no puede corregirse más. Tanto da que el borrador se produzca sobre el papel o la pantalla como en el fondo de la cabeza, cuando vamos dándole vueltas a un asunto hasta pulirlo lo más posible.
       Y no es rebuscado corregir, tachar, pulir, es simplemente aplicar a la inspiración y al sentimiento, las mañas del oficio poético hasta hacer patente su condición de arte.
       Siento que los amantes del sopetón, de "escribo-lo-primero-que-me-sale-porque-es-mi-sentimiento" empiecen a patalear leyendo esto que digo, pero más valiera que hiciesen caso del gran poeta que fue Valery y del inmenso que fue Lope de Vega, ¿o es que saben más que ellos y escriben mejor?
       Puestos a rematar faena, siguiendo la intención de Lope, Luis de Góngora fue un enorme poeta —pese a sus diferencias con todo el parnaso del Siglo de Oro—, pero cuantos oscurecen sus borradores a la búsqueda de la rareza porque sí, sin más intención que la de hacerse oscuros —eso reprochaba el madrileño al cordobés— son unos soplagaitas que en vez de parecerse a Góngora en lo mejor, le remedan en lo peor y se convierten en el pretencioso que denunciaba Alonso Maluenda (EPITAFIO A UN POETA CULTO: Yace aquí un versificante,/ que con lenguaje no terso,/ gastaba en todo su verso / candor, sandalia y brillante./ En lo claro fue ignorante,/ lo culto tuvo por guía, / entre confusión vivía, / tanto, que fue en tal abismo / tan obscuro, que aun él mismo / no entendió lo que escribía.).
       Esto no es un verso de oscuro borrador, pero ¿ha quedado claro?


Enrique Gracia Trinidad
es el autor de este artículo




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Soneto de Lope de Vega, que termina con el famoso verso:



              Livio, yo siempre fui vuestro devoto,
              nunca a la fe de la amistad perjuro;
              vos en amor, como en los versos, duro,
              tenéis el lazo a consonantes roto.

              Si vos imperceptible, si remoto,
              yo blando, fácil, elegante y puro;
              tan claro escribo como vos escuro:
              la vega es llana e intrincado el soto.

              También soy yo del ornamento amigo;
              sólo en los tropos imposibles paro
              y de este error mis números desligo.

              En la sentencia sólida reparo,
              porque dejen la pluma y el castigo
              oscuro el borrador y el verso claro.





Escribir en La Red

Escribir en La Red
       Ante mí el teclado, provocando,con un solemne orden establecido de antemano,y mis dedos, nerviosos, luchadores, para guardar en el recuerdo una idea atacada por la amnesia.
       Escribir. Ya está escrito y me reescribo pues soy yo el autor de la idea que me convence, aunque ignoreel valor que le den desde esa red que desconozco otros lápices que como yo, gocen deeste placer irremplazable, porque “Por el placer que la creación provoca, escribir se convierte en un vicio imprescindible.
       Este ejercicio alimenta el alma, pero además si se trata de esbozar relato breve, - una fotografía instantánea de la vida, con su nitidez, intensidad y contrastes -, la creación pasa a ser una obsesión, cuyo resultado es necesario compartir.” (1)
       En “la”. 
       Esa es la clave. 
       Imitar lo sublime de la música. Más ¿Cómo hacer?
       Oficio de gigantes, o de genios. 
       Multiplicando el dolor de la creación por siete notas.
       Por cinco líneas del sublime pentagrama y ponerle voz al gozo.
       Y ¿qué es la red?
       Es el alma del ahora, también el arma, al fin sólo difieren en una sola letra.
       Algo invisible, intangible como la seda de la araña, que me envuelve. Ojos que me adulan, me devuelven una cálida mirada, me atacan, o me ignoran. Ojos al fin desconocidos.
       Escribir en la red, una osadía.



(1)
“A salto de mata” JOSÉ MARÍA GARRIDO editorial Lastura 2017


El texto es de
José María Garrido de la Cruz

Violencia contra la mujer ( III )

... de Lastura
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       Estamos ante la aportación poética de un grupo de mujeres, de veintitrés escritoras entregadas intelectualmente a la misión de denunciar, de mostrar y de profundizar en las sensaciones y consecuencias de la violencia contra las mujeres. Estéticas diferentes, matices propios, distintos modos de expresividad, de perfección formal o de imaginación poética libre, formas poéticas paralelas e incluso hasta divergentes, pero que todas confluyen en el punto de fuga promovido por la urgente necesidad del recuerdo y de la acción conjunta ante la realidad tozuda que vivimos cada día y no solo en el mundo occidental, sino también en los países islámicos y en zonas como Ciudad Juárez
       Logran con sus poemas que lo que nos cuentan parezca que acaba de suceder, las escenas adquieren dimensiones insospechadas por su crudeza y la emoción brota como efecto de lo que imaginamos, nos conmueven y tienen el don de la credibilidad. Consiguen que las sensaciones permanezcan en la mente del lector y espoleen sus emociones. A veces cada palabra del poema tiene tal fuerza que parece cincelada en piedra, es tal su poder. Quiero destacar el mensaje de esperanza, de que se puede salir que aparece en muchos de sus poemas. Impelan a las mujeres a tomar una decisión, animan, casi empujan, con sus palabras señalando el camino hacia la libertad.
       Este poemario, esta antología nos habla, nos grita, nos obliga a posicionarnos y a luchar. Escuchemos a todas las mujeres que lleva dentro y que nos necesitan.
       Por último decir que no debemos olvidar nunca el poder del lenguaje poético en la construcción de una sociedad más justa, más sólida e igualitaria, convirtiéndose así en un ‘arma cargada de futuro’, como decía Gabriel Celaya.
       Un futuro en el que no tenga cabida, ni refugio, ni respaldo la violencia contra la mujer.



CARMEN FABRE .(PRÓLOGO DE "AMOR SE ESCRIBE SIN SANGRE", ANTOLOGÍA POÉTICA FRENTE A LA VIOLENCIA DE GÉNERO)













Violencia contra la muer ( II ).

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        Voy a referirme ahora a la visibilidad del maltrato que sí ha dejado de ser un tema íntimo, doméstico, para convertirse en algo, por desgracia, cotidiano. Raro es el día en el que no aparece alguna noticia en los medios informativos o en el entorno de cada uno de nosotros. Es muy necesario hacer una reflexión del tratamiento que reciben en los medios de comunicación los temas sobre la violencia hacia la mujer. No suelen profundizar dando una visión incompleta de la realidad. Estas noticias se siguen insertando en muchas ocasiones en las páginas de sucesos o presentadas como tales en los informativos de radio o televisión. Se abordan como si fueran un accidente o un hecho causal, cuando se trata de una conculcación de los derechos humanos y un problema estructural que afecta a toda la sociedad. Los periodistas que informan sobre este tema deben ser consciente de los patrones culturales todavía hoy existentes que ni siquiera detectan los contenidos que aminoran y disculpan actuaciones masculinas reprobables y punibles, mientras que nadie les exige cuentas de la discriminación negativa que ejercen con las actuaciones femeninas.
       Estos significados construidos por las representaciones desde los medios de comunicación influyen sobre la percepción social, decidiendo una actitud de los individuos que tendrá una influencia innegable sobre su comportamiento. Por otro lado, los medios hacen un escaso seguimiento de los casos de violencia de género en los que la mujer sale adelante y consigue rehacer su vida, con lo de positivo que tiene para aquellas otras mujeres que están viviendo en esa situación y no se atreven a dar el paso de denunciar. Debe quedar mucho más patente la sensación de liberación, de vida por estrenar, de esperanza y de camino hacia la felicidad que han emprendido.
       Esta visibilidad se hace patente en todos los ámbitos sociales y por lo tanto en las diferentes facetas que conforman el Arte: Cine, fotografía, pintura y por supuesto en la Literatura y por ende en uno de los géneros más importantes por su fuerza, el poético.
       La poesía llega siempre donde otros lenguajes no lo hacen y la poesía de denuncia sobre la violencia a la mujer posee un doble efecto. Si alguien te hace partícipe de un horror, puede llegarte de un modo muy intenso, pero si además ese horror es descrito desde el lirismo, el horror mismo puede dolerte en extremo. Te convierte en parte implicada y los poemas se transforman en un arma de comunicación eficaz, en un movimiento telúrico que afecta a la conciencia y remueve la arquitectura cerebral.





Violencia contra la mujer ( I ).

Soledad Cazorla, fiscal general contra
la violencia a la mujer (hoy fallecida), dijo:
“El maltrato es una enfermedad social injustificable”.
Yo también lo afirmo.

       A día de hoy, fecha en la que redacto este prólogo, han muerto a manos de sus parejas alrededor de cincuenta mujeres y un número indeterminado, no cuantificado, sufre malos tratos psicológicos compartidos o no con el maltrato físico. Todo ello deriva en consecuencias graves, muy graves para ellas y su familia, principalmente los hijos. Cada número de esta estadística es la desaparición de una biografía concreta, es un momento único que destruye un cuerpo, es un horror que avergüenza, o debería hacerlo, a la sociedad pero se pasa muchas veces de puntillas o se mira hacia otro lado favoreciendo el desamparo y la indefensión aprendida.
       La expresión violencia de género se utilizó por primera vez en el año 1993 y tiene que ver con "La violencia que se ejerce hacia las mujeres por el hecho de serlo". Ocurre en todas las clases sociales y culturas, no es ni mucho menos exclusiva de los sectores marginales. La violencia que se ejerce contra las mujeres se da entre todas aquellas personas que tienen una mentalidad que se califica con el término ”machista” y como este elemento negativo se ha transmitido culturalmente, alcanza a todos los sectores de la población.
       Existen tres tipos claramente diferenciados de lo que es la violencia de género. En primer lugar la llamada violencia física .Es aquella en la que la mujer es víctima de malos tratos provocados por golpes o acciones causadas por el agresor al hacer uso de sus manos o de objetos, con intención o no de provocar la muerte, bajo los efectos o no de sustancias tóxicas que afectan al sistema nervioso. Hasta hace relativamente poco tiempo este estado se consideraba, paradójicamente, atenuante. Ya no. Es el tipo de maltrato que deja secuelas físicas o provoca la muerte y, como es lógico, psicológicas en grado variable.
       En segundo lugar, está la conocida como violencia de género psicológica. Tiene lugar cuando el hombre ataca a la mujer mediante insultos, humillaciones, desprecios o amenazas. Alguna de las acciones relacionadas con este tipo de violencia son :Ignorar los sentimientos de la pareja, críticas, indiferencia, silencios, insultos, gritos, gestos, humillaciones en privado o en público creándole inseguridad sobre su valía como persona, propiciando sentimientos negativos y de dependencia, ausencia de intimidad porque todo está controlado y vigilado por él, evitar mantener relaciones sociales en su compañía y , si lo hace, aleccionarla antes de salir de casa, control del dinero y todas las decisiones domésticas, vigilancia de sus salidas y entradas así como de sus horarios, control de las llamadas telefónicas, de su cuenta de correo electrónico, claves de acceso en internet, impedir la entrada en el mundo laboral provocando una dependencia económica, decir que puede “abandonarla cuando quiera y a ver qué hace sin él porque no vale para nada”, amenazar con quitarle a los hijos y no dejar que los vea más porque “es una mala madre”, dejarle sin dinero, ni tarjetas, castigar o maltratar a los niños o amenazar con hacerlo, manipular a los hijos en contra de ella, provocarla para que busque un sitio donde ir y ”a ver si puedes pagarlo” …
       Sería complicado y difícil terminar de relatar todo lo que es posible realizar para anular psicológicamente a una mujer. El efecto y fin de este conjunto de maldades, ejercido desde una posición de poder, es desvalorizar, producir daño psíquico, destruir la autoestima y reducir la confianza personal. Todo ello lleva a la despersonalización, a la cosificación, de la mujer y genera dependencia del ejecutor. En muchas ocasiones muy complicada de erradicar.
       Los efectos de la violencia psicológica no son tan llamativos externamente, tan visibles y manifiestos como los de la violencia física. En muchas ocasiones la propia mujer no es consciente de ellos y piensa que su relación es algo que entra dentro de la normalidad e incluso puede llegar a pensar que se lo merece. A veces hasta que no ocurre una agresión física grave la situación permanece en el tiempo, si no sucede la mujer continúa viviendo con su maltratador, aceptando su vida tal y como es. Existe, sobre todo en personas muy jóvenes, lo que se denomina “micromachismo” realizado principalmente a través de Internet y de efectos psicológicos intensos. Se trata de un control abusivo sobre su vida: con quién hablan, dónde van, cómo han de vestirse… por parte de su pareja. El sexismo y el machismo perviven y se refuerzan, por desgracia todavía, entre los adolescentes.
       En tercer lugar, además de la violencia física y psicológica, está la sexual. En este caso, el hombre utiliza la coacción o a la amenaza para establecer relaciones sexuales no deseadas por la mujer, llegando a convertirse en auténticas violaciones. Con este tipo de relación la sexualidad de la mujer queda anulada, no cuenta y la ausencia de placer, de orgasmos, es total teniendo que asumir las acusaciones de frigidez por parte de su pareja .El bloqueo es brutal y la ausencia de libido, un hecho. Puede costar mucho tiempo después de haber concluido una relación de este tipo recuperar la sexualidad y, en ocasiones, no se puede. Deja tal trauma que una parte tan importante y gratificante del ser humano como es el placer sexual, desaparece. No podemos olvidar el uso como arma de guerra de la violación en muchos de los conflictos bélicos actuales con las consecuencias terribles para las mujeres que la sufren.
       No se debe consentir ni una sola de las señales o episodios anteriores pensando en dar otra oportunidad o en que ha sido un incidente disculpable porque puede que esa otra oportunidad sea, indefectiblemente, la última.








Charla vía WatsApp

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       — Hola, Julián. Hace ya algún tiempo que no coincidimos en la tertulia de los jueves, en el Café Gijón. Espero que tu salud sea buena y que estés activo como siempre. El motivo de este WAP es preguntarte acerca de dos cuestiones. La primera, conocer el horario de la Asociación Colegial de Escritores, para recoger las revistas de nuestra tertulia. La segunda, no es otra que interesarme por el estado de salud de nuestra tertulia, en la que observo no existe prácticamente participación alguna de los asociados. El jueves pasado estábamos solo Pedro y yo. ¿Hay alguna razón para tan escaso nivel de participación? Confío que se trate de una situación transitoria. Recibe un abrazo.
       — Hola, amigo. La verdad es que estoy pasando, y es sólo el principio, por un momento delicado en lo familiar que me resta mucho tiempo del que antes disponía para nuestra tertulia; por eso que apenas coincidamos en ella. Sí, es verdad que llevo ya algún tiempo si atenderla como debiera. Los detalles entran en el ámbito de lo privado y me los reservo. El horario en el que puedes ir a recoger los libros es de lunes a jueves de 10 a 13 horas. En lo relativo a La Asociación y a La Tertulia, pues sí, los índices de participación han bajado a cero o casi cero, todo ello debido precisamente a que, por los motivos personales que te he indicado más arriba, yo ya no mando las convocatorias de participación; y no hay nadie que me ayude en ello. De ahí que, ya sabes lo que somos, en cuanto dejan de decirnos anda participa, pues eso, todo se enfría y ocurre esto. Hay también otra razón, y es que la absorción de la vieja Tertulia de la Calle La Red añade más trabajo todavía, y en esto estoy solo, aunque pudo dar la impresión hace tiempo de que somos/éramos muchos. Llevaré esta situación a la Junta Directiva, primero, y a la Asamblea General, en febrero, segundo. Y que la Junta Directiva y la Asamblea General tomen las medidas que crean oportunas. En mi opinión he dado un empujoncito notorio a La Asociación desde que va a hacer ya tres años tomé la Presidencia y la Dirección de La Tertulia. Creo que es el momento, para que La Asociación no pierda comba, de plantearme y plantear a los socios este problema, que ha de resolverse cuanto antes si no queremos caer en esto: cero participación. Por otro lado tampoco es que estemos de brazos caídos. Hemos puesto en marcha un concurso literario a desarrollar en las cafeterías y bares literarios de la ciudad, con escasa participación, es verdad, pero nos movemos. Y estamos preparando un acto de entrega de premios y cena con motivo del décimo aniversario de La Asociación que puede dar mucho juego y reactivar un poco esta somnolencia que parece haberse apropiado de nosotros. Y con lo del Programa Editorial vamos viento en popa. Hemos publicado en poco más de un año cinco títulos y tenemos algunos libros más en lista de espera. Bueno, amigo... estoy hay. Un abrazo. Julián.
       — Amigo Julián. Siento mucho tu situación personal y familiar, que según me dices puede prolongarse. Sólo espero que puedas (podáis) salir de ella pronto y te sientas nuevamente con ganas para pilotar el barco de nuestra asociación, cosa que sabes hacer tan bien. Yo, por mi parte, no dudo también que todos nuestros amigos socios, es lo que deseo. Con respecto a nuestra querida Tertulia, decirte que echo de menos la proyección que venía teniendo tiempo atrás y que ya advertí, recordarás que te lo comenté, había descendido de forma notoria en sus últimos tiempos. Espero y deseo que con las próximas reuniones de la Junta Directiva y la Asamblea de Socios pueda enmendarse su rumbo, igualmente potenciado a través las actividades y eventos que están programados. Por otra parte, te agradezco la información que me das en relación con la Asociación Colegial de Escritores. Veré si puedo acercarme a recoger las revistas. En fin, amigo mío: ¡mucho ánimo para superar cuantas adversidades se atraviesan en tu camino! Confío en que nos podamos seguir viendo con mayor asiduidad en nuestra Tertulia. Un fuerte abrazo, tu amigo.

Regocijo



Hilaria se abrió paso en silencio entre las que rodeaban el cadáver. Bajo el sol del mediodía, una miríada de insectos volaban ya sobre el cuerpo. A pesar de la autoridad que irradiaba, le costó hacerse un hueco en el círculo. Cuando por fin llegó al centro, se detuvo a observar unos instantes. Ser la primera era su privilegio. Se pasó la lengua entre los labios y se abalanzó sobre las costillas abiertas. Las risas del resto de las hienas acompañaron el festín de su líder.


Creerse Cervantes

... de la Red

       El verbo me recorre este único nervio que es todo cuanto soy: el auténtico y prístino genio que me hace levantarme, caminar, alimentarme y enfermar; experimentar el dulce caos del amor y tal vez soñar. Digo tal vez, pues no sé si la vida es en sí misma un sueño encaprichado con seguir soñando a toda costa; una máquina que vomita infinitas emociones por segundo, mueve altos y bajos instintos, sentimientos y pensamientos echados como peces sin redes a la Mar.
       Soy yo, en cierto modo, el capitán de una nave (debo asumirlo, aunque no esté del todo conforme) que navega por ese proceloso Mar donde abundan los monstruos del deseo, los cuales vienen a por mí para llevarme a las profundidades abisales en las que viven. Allí, sin que me traguen del todo, me cantan sus devaneos y veleidades obligándome a rendirles pleitesía. ¿Son acaso dueños de mí? No lo creo, pero tienen a su favor un arma portentosa: "el poder de sus encantamientos".
       ¿A qué os suena esta expresión? Sin duda, al verbo prodigioso del escritor que muchos de nosotros hemos soñado ser: Don Miguel de Cervantes Saavedra.
         Mas no os preocupéis, que no aprecio mi talento en demasía, ni osar en pensamiento quisiera -aún no estando cuerdo del todo- emular a tan insigne maestro. Pero siendo hombre al fin y al cabo..., una minúscula porción de ese genio creador me recorre por este único nervio al que en existencia me debo.
       Perdonadme -ahora que voy acabando ya este discurso- si brota de mi boca tamaña inmodestia: "Sintiéndome una frágil criatura de la carne, obnubilado una vez más por los desvaríos de mi cabeza, me he creído por un instante Cervantes".




...de «Aves del Paraíso»
Cuaderno de Pensamiento, Poesía y Relato. 2018.






























Dos poemas adjuntos

Resultado de imagen de josé maria garrido de la cruz
José María Garrido de la Cruz
       Buenos días amigo, te envío como documento adjunto un par de poemas - para su publicación en el Diario si procede -, que son mi contribución al recital de poesía de otoño del Circulo de Bellas Artes de Madrid, que se celebrará el próximo miércoles 22 de noviembre a las 20 horas en la sala Ramón Gómez de la Serna de dicha institución. Aprovecho para extender la invitación a cuantos queráis acompañarnos en dicho acto.



EL JARDÍN 



En mi jardín mientras soñaba
apenas sin dolor nacieron en la noche
siete notas musicales como el fuego
árboles perennes, herederos de la sed
los colores perfectos de la vida


Miré sus hojas inquietas, inquietantes
todas tan verdes y distintas
y nacieron en mí nuevas preguntas
Y quise ponerle nombres
como Haydn hiciera con las bestias


En el placer, había nombres para todos los dioses
en el olimpo la sombra, la calma y la palabra.
en aquel bosque que crecía
crecían paralelas las preguntas


Faltaba lo prohibido, el árbol de la duda
El bautismo poético, la danza.
Y me senté a esperar la tentación segura.
Cronos me miró y me dejo inmóvil.


Todo había pasado en un instante,
y crecían, los esclavos felices de la tierra
mientras yo lloraba buscando en el polvo mi futuro,
no había duda.


La materia era la misma, pero ellos aún más fuertes
Ya estaba allí la envidia haciendo a la duda compañía.
Faltaban cinco muertes, cinco notas musicales en la escala.


Todos saciaban su sed en lo profundo
Y yo
jugaba con las horas muertas ya perdidas,
a alcanzar la eternidad sin comprenderla. 




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EL CIPRÉS 



Miré al ciprés
que en Silos crece como un soneto
buscando luz
y me vi, diminuto como un dios
reducido a polvo, solo a polvo


Soñé al ciprés
silbido agudo de la muerte,
puerta perdida y sin retorno
y se alargó su sombra
hasta acariciarme su ceniza.


Miro al ciprés
y persigo su silencio seductor
que grita como un náufrago
a las puertas del abismo.


Se inclina ante mi ceguera
mientras llora sueños heridos de sed
y despierto, y me mira
callado y quieto vestido de silencio y luz.







No puedo huir de nuevo



Era la primera vez que cogía ese tren. Los postes aparecían borrosos en su visión periférica, concentrado como estaba en el rostro de la desconocida que se sentaba en el asiento de enfrente. Se parecía tanto a ella… No era persona de entrar en conversaciones improvisadas a fin de amenizar el tedio del viaje y mucho menos de forzar un acercamiento. Contrario a su costumbre, sin embargo, reaccionó como una centella cuando, al frenar el convoy con brusquedad, salió disparado del asiento y estiró los brazos a tiempo de sujetar el equipaje que se cernía sobre el tocado de la mujer. De pie, en equilibrio peligroso sobre las punteras de los zapatos, acertó a empujar la maleta de vuelta a su lugar.
—Disculpe, no he podido evitarlo… —se excusó, azorado. La postura salvadora del sombrero, y tal vez de la cabellera que cubría, había acercado sus caderas al rostro de ella, dejándolos en una situación embarazosa.
—No se preocupe, ha sido usted muy galante.
Se giró para evitar el apuro y acertó a bajar la ventanilla tras varios intentos. Asomó la cabeza y anunció que la vía parecía obstaculizada por un vehículo. Regresó a su asiento, dejando que la brisa del atardecer rebajara el ardor de sus mejillas. Pese al momento de embarazo, los ojos que lo observaban a través del velo de rejilla brillaban con diversión.
Desde el pasillo les llegó la voz del revisor con la noticia de que estarían detenidos no menos de dos horas. Encendieron sendos pitillos y se interrumpieron varias veces antes de que consiguieran iniciar una conversación fluida. Tras las frases de cortesía, llegó la temida pregunta:
—¿Viaja usted a Paris?
Antes de responder, exhaló el humo para darse tiempo a afrontar la respuesta. Decidió, finalmente, que ya era hora de volver a ser el Rick de siempre.

—En efecto, viajo desde Casablanca, y creo que es el momento de retomar una gran amistad.

En la alacena de los recuerdos

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guardo las palabras más queridas
y, cada mañana, destapo con cuidado
la fragancia que las protege
de las infamias crueles del silencio.

Intento embriagarme con la esencia
oculta de sus amaneceres,
pretendo entrar en su paraíso
y huir, definitivamente, de las prisas
innecesarias por llegar
a ninguna parte.

Me acoge con cariño, con un mimo
excesivo, maternal, pero no soy capaz
de liberarme de los complejos
absurdos de un ayer muy lejano.

Tengo miedo de perderme 
en una huida sin retorno.

Soy incapaz de arrancar 
las miserias del alma.

No quiero, ni pretendo, ahogar
a las palabras con las lágrimas
desesperadas de mi soledad.

Tan sólo deseo contemplar
el nuevo amanecer
y respirar las cálidas fragancias

que brotan de la alacena
del olvido.