Hoy es

Epitafios desmembrados...


La senda, asustada, se pierde

... de Google
LA SENDA, ASUSTADA, SE PIERDE

por la niebla espesa
del atardecer. Desaparece,
de pronto, entre las cenizas
resecas de los recuerdos.

Seres queridos se perdieron
por caminos desconocidos,
extraños, donde su ausencia,
repentina, cambio
el rumbo de los sueños.

Sus partidas provocaron la incertidumbre
del apenado destino.
Se llevaron las claves de la felicidad
y el silencio se llenó de amarguras,

de angustias. Las palabras, incapaces
de gritar quisieron de recuperar
la magia de antaño en hojas arrugadas
que volaron, desesperadas, a lomos
de un viento rencoroso.

Tenían razón, ellas sabían
toda la verdad, conocían
las claves para ser feliz.

Sin embargo, tantas ausencias
fueron acabando con sus ganas de vivir,
la magia se consumió en un rincón
perdido en soledades ebrias de locuras.

No valía la pena luchar. Era absurdo!
Los acontecimientos cambiaban vertiginosamente
y ya no había magia en las palabras moribundas.

La niebla fue devorando amaneceres
luminosos y, por los parques dormidos,
dejaron de vagar las parejas de enamorados.

Revista TBD Nº 28

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TRAGAPENAS


Pierdo todo mi tiempo en este juego,
compro mi vida sin monedas
y me visto de espejos oxidados
que dan la buena imagen requerida.

Aquí estoy, medicándome con versos
Y sembrando sonrisas
que se ahogarán en primavera.

Gritar sin voz, llorar sin ganas,
caer desde este puente a la deriva.
Llegar sin miedo hasta la muerte.

Me queda una partida y dos abrazos
y no voy de farol, estoy rendida
al juego más estúpido de todos.



Don Quijote y Sancho en la Navidad de 2018

Imagen de la Red. Autor: Antonio Mingote.


-Sancho amigo, ¿qué entiendes por celebrar la Navidad?

-Mi señor don Quijote, que ha de ser sino lo que fue, es y será siempre; recordamos la fecha en la que nació el Señor nuestro Dios, y por ello, lo celebramos en buena compaña, comiendo ricas viandas, chacinas exquisitas, estupendos vinos y deliciosos dulces. ¿Y para vuesa merced qué sentido tiene?

-Sancho bueno y simple, razón tienes en que son fechas muy señaladas en las que nació Nuestro Señor, pero además y en el mismo camino,  es la gran oportunidad, que en el largo año tenemos, de acercarnos a la fuente cristalina para beber su pura y límpida agua y así que circule por nuestras entrañas, corazón y seso, y los limpie de las muchas suciedades e impurezas que tristemente guardan.

-Mi señor don Quijote, qué bonito lo  que cuenta.

-Hermano Sancho, y qué necesario sin duda es.




Saludos y Feliz navidad, amigos.

Antonio Portillo Casado
https:antonioportillocasado.blog

Feliz navidad

     Querido/a amigo/a: 

     Te deseo una Feliz Navidad y que 2019 te traiga lo mejor. Espero que los nubarrones actuales, cada vez más densos y amargos, se vayan diluyendo y dejen contemplar un horizonte más claro, donde reine la ilusión y la esperanza. 

     Un abrazo azul 

José Gerardo Vargas Vega
Un loco en Red



P.D. Esta navidad, si puedes, regala poesía, hay muchos libros esperándote, entre ellos, el mío. Emociones de un atardecer, te aguarda, impaciente, en internet en distintos formatos. Espero que te guste, recomiéndaselo a tus conocidos. Gracias.



“Resuenen con alegría los cánticos de mi tierra"

A finales de año,
me encuentro con la muerte algunas noches.
Pasea entre la gente descuidada,
vuela de luz en luz como aire fresco;
vida sin domesticar
sabe esconderse entre las nubes
cerca de un dios que no conozco
pero al que rezo si me pierdo.
En esta Nochebuena no la he visto.
Todavía estoy viva y coleando,
como la barracuda en el mar
y los peces en el río.

Villancico Los Peces en el Río Partitura para Piano. La Virgen se está Peinando partituras de villancicos de navidad en diegosax partituras

Maimónides, eminente sabio y escritor cordobés. Por Ana Patricia Santaella

Imagen de la red
Buenos días, amigos. Nuestra compañera Ana Patricia Santaella ha escrito el artículo "Maimónides, eminente sabio y escritor cordobés" que ha sido publicado en la Revista Argenpress Cultural. Pinchad sobre el siguiente enlace para leerlo: 

http://cultural.argenpress.info/2012/04/maimonides-eminente-sabio-y-escritor.html

Mi amigo Rudolph. Por de Nataly Jorge.






¡Al igual que todos los años, Rudolph, que es mi amigo, y es el Jefe de todos los renos, ha llegado por Navidad! (casi siempre llega con el turrón).

Así que en esta ocasión no me he podido resistir a aceptar su invitación, y nos vamos a repartir juguetes, alegría, salud y amor.

Y también me gustaría añadir, si es este vuestro caso, que nunca dejéis de sentir como niños, que no os avergoncéis jamás de hacer o decir ninguna gamberrada, y que hagáis todo lo que os apetezca hacer, porque solo pensando y sintiendo como un niño podréis transmitir esa alegría, esa magia que en ellos existe.

En mi nombre y en el de todos mis amigos: René, el pato/ Marcos Alfredo, el mosquito escritor/ Margaret, la ranita cantarina/ Daisy, la ratoncita del bar/ Milly, la ranita traviesa/ Harry, el osito dormilón/ Armand, el reno juguetón/ Tom, “mi Guía y mi camello con alas” el cual me traje del desierto, y otros que hoy no quieren ser aquí citados por el tema ese que circula de la protección de datos, os deseamos felicidad a raudales, y que un rayo de luz y de magia permanezca siempre en vuestros corazones.

¡El hombre, cuando deja de soñar, simplemente, deja de existir!


¡FELIZ NAVIDAD!

                                ¡FELIZ AÑO 2019!








Instrucciones para desmontar un corazón

(foto de la red)

Lo primero de todo es retirar enseres y recuerdos.
Subir hasta la aurícula derecha y espantar a las palomas que allí habitan. No querrán irse,
seguramente, y en ese caso, la mejor fórmula es darle a cada una un mensaje, o el mismo para todas, y conminarlas a propagarlos alrededor del mundo y sus satélites. Habremos de arengarlas con un enfervorecido discurso sobre las grandes misiones de la vida, el bien común y la inmortalidad de la obra escrita. Y así, ellas solas y por propia voluntad, levantarán el vuelo camino de cualquier lugar, dispuestas a dar la vida en tan alta misión.

Limpio el palomar continuaremos por el “sobrao”.
Subiremos a la aurícula izquierda. Con prudencia abriremos la puerta después de correr sigilosamente el cerrojo. No por miedo a ahuyentar a nadie y que salga despavorido. Allí se guardan aciagos fantasmas, recuerdos y voces que pueden volver loco al hombre más cabal.
Como íbamos diciendo, con suavidad abriremos la puerta. Que no nos sorprendan las luces que revolotean por las paredes, que no nos sorprendan las melodías que espesan el aire y corren como brisas, no nos dejemos llevar por los escalofríos que nos provocarán los sentimientos materializados en volutas de humo. Será imprescindible usar mascarilla y botella de oxígeno para realizar la operación.
Aquí la solución es más fácil: polvo de primavera, a base de aroma de margarita, alas de mariposa y alguna que otra tontería de estas. Como cebo que se pone a los animales para llevarlos a la trampa, lo iremos esparciendo en dirección a la ventana, y luego a través de esta, hasta que todo lo allí recluido haya salido atraído por su esencia. Pudiera ser un problema que el corazón sea de poeta, ¡mala cosa! en este caso habrá que recurrir a un especialista.

Limpias las aurículas es momento de montar el andamio para completar el trabajo.
Habrá que dejar espacio suficiente para el latido pues, aunque esté en fase de desmontaje, el corazón seguirá latiendo. Ahora, poco a poco, iremos retirando la sustancia de la que se compone el órgano, roja y espesa, con sumo cuidado de que no toque en parte alguna del cuerpo de los obreros, o caerán poseídos de una terrible melancolía, de muy difícil curación, y que en casos extremos no tiene más remedio que el sacrificio.
Con paletas de plata pura iremos recogiendo su materia, suave y brillante, hasta llegar al armazón. La depositaremos en cubos de cristal bruñido y se los daremos a verdes cotorras para su traslado, vía aérea, hasta las llanuras del amanecer, para su posterior tratamiento y reciclado.

Llegó el momento más difícil, el más delicado.
Puestas al descubierto las áureas estructuras se hace preciso una fina labor de orfebrería para deshacer los nudos, desprender las fibras de las cordadas e ir depositándolas, una por una, en cajetines de terciopelo y madera de sándalo. Daremos los cajetines a los leones para su custodia y traslado hasta el viejo zapatero de las esquinas, quien con suma paciencia y cariño fabricará botas y zapatos, solo aptos para caminos cuánticos.

Ya limpio, el corazón persistirá en latir. Invadirá el aire su pulsión, con suave bamboleo llegará hasta el horizonte, hasta el límite extremo de la atmósfera, llegará al sol y los planetas. Llegará
hasta el principio de los tiempos.


Nataly Jorge, recibe el Premio Mundial de Poesía Nosside en Italia

 Felicitamos a nuestra compañera Nataly Jorge por recibir el Premio Nosside de Poesía en Italia.

Reseña Literaria del poemario Evoluzione dell'amore de Óscar Rodrigáñez Flores.







Buenos días a todos... ¡y feliz Martes!

Vamos con la cuarta reseña de poesía consecutiva. 
Para la próxima (que tardará un poco), salto al ensayo.

Espero que os guste.

Evoluzione dell'amore. Óscar Rodrigáñez Flores. (Oskar Rodrigañez Flores).

Dice Guillermo Lopetegui en su prólogo a la plaquette que este libro permite a su autor "viajar a lo profundo de sí mismo para resurgir como el fino y casi neorenacentista* poeta que es". Y antes de eso que "se hace feliz depositario de toda una Tradición poético-amorosa que lo emparenta en el tiempo con sus ilustres antecesores españoles del siglo XVI y también con aquellos otros que en la Italia del Quattrocento* recorrían caminos que iban de la picardía a la sublimación cuasi celestial y que tiene a su máximo representante en Pietro Aretino".

*En cursiva en el original.

Y si cito este fragmento del prólogo es para remarcar como cada lector puede hacer, y de hecho hace, una lectura diferente y propia, única del mismo libro, pues mi humilde acercamiento a este poemario de título en italiano -aunque por su similitud a nuestro idioma puede entenderse sin necesidad de diccionario- me habla de un neorromanticismo que me recuerda a Larra, si bien predomine la tristeza y no la amargura en el tono. Parece querer decirnos con sus versos este premiado autor, que la evolución del amor desemboca siempre en la despedida y la nostalgia por lo que terminó. Desde los títulos de los poemas "Ojos tristes", "Lloros entre hojas amarillas", "Miradas marchitas", "Rechazo cruel", "Despedida del adiós", "Presagio del final", "Última luz"... todo dice tristeza y dice despedida.

Es cierto que ha habido dos poemas en los que, versos muy concretos me han hecho pensar en dobles sentidos de erotismo inquietante dentro del sentimiento general de abandono y melancolía. En "Eternidad indómita" dice el poeta: "Volamos hasta el amanecer, / recorriendo luces indómitas", versos que vienen justo después de éste: "y amantes cautivos bajo el pelo". Podría sugerir que ese "vuelo" es la pasión sexual y las "luces indómitas" los "flashes" del deseo y el orgasmo pero justo dice a continuación: "en la eternidad de la sombra / de tu corazón sombrío", lo cual parece bajar la metáfora una vez más a un pesimismo propio de la Perséfone.

De similar manera en "Última luz" el lenguaje puede resultar excitante: "Apago la luz de la espalda / y acaricio, poco a poco / tu vello cristalino". Incluso si a continuación "Nuestras voces se apagan / en un silencio crepuscular" se añade "y fluimos lentamente, / hasta el amanecer". El silencio crepuscular puede ser ciertamente algo triste pero también la calma que sigue al clímax.

Creo que estos dos poemas son los que hacen hablar al prologuista de Aretino, si bien estimo que la vertiente pícara del renacentista era mucho más evidente y directa, mucho más atrevida y a veces abiertamente sexual (incluso podía llegar a ser pornográfico como algunos relatos de Boccaccio), aspectos de sus versos que inspiraron el tono de algunos de mis nanorrelatos cuando escribía incansablemente sobre la Italia de los Borgia.

Por otro lado el autor huye de las asonancias (domina el verso libre) que podrían hablarnos de un Romanticismo de última época como Bécquer y Rosalía, pero también del carácter épico de Espronceda o de la amargura que provoca la pasión rota, el desengaño virulento propio de Larra -como ya decíamos antes. Y por todo ello la percepción de neorromanticismo se ve muy en entredicho.

Por todo ello me atrevo a decir que Óscar Rodrigáñez Flores toma elementos de poetas a los que admira (quizá Petrarca, quizá Bécquer) y los pasa por su tamiz (a veces quiero oír un eco de influencia de Luis Cernuda por cuánto hay una lucha entre la realidad -el abandono del ser querido- y el deseo -querer estar junto a esa persona y que la relación continúe- pero quizá me engaño) y los trae a la modernidad de la libertad formal (sin métrica ni rimas predeterminadas) y la ambigüedad de campos semánticos que se refuerzan y se contradicen, provocando pequeños flashes de claroscuro sin que lleguen a herir los ojos del alma: "Amar entre arritmias / entre los halos de luz / y la oscuridad de tus labios" ("Despedida del adiós").

Los versos que el autor elige para abrir y cerrar la obra pertenecen a Paul Géraldy y a Fernando Pessoa (con su grandeza y su inevitable saudade portuguesa)... Quizá la lista de referencias es distinta de la creo ver... Quizá, sencillamente, es más larga.

Besos para todos.


Reseña de:
Guillermo Arroniz Lopez

Navegante. Autor José María Garrido


Pides como un dios para vivir y olvidas,
emperador de la calle,
emperador,
dueño del asfalto y de la sed
duque del cartón, señor del miedo

Navegante de un océano perdido
compañero de la sole y la botella,
tus amigas que ni hablan ni te piden,
y tú las miras, compañeras,
con tus ojos casi ciegos
y las odias a las dos.

Una crece y la otra se vacía
mientras un insulto en forma de moneda
cae junto a tu mano temblorosa
y otra vez la noche,
el hambre
y los amados fantasmas de la muerte.

Y bebes para vivir y sueñas
sueñas que se borran, y están cerca
muy cerca,
y bebes y naufragas
en ese desierto conocido en el que habitas
sin que venga a salvarte la tristeza

La tristeza ya no tiene sitio en tu dolor
una esquirla, el milagro, la esperanza,
y una foto de familia en el recuerdo
apenas eres eso,
barro como Adán en el infierno
endurecido por las horas

Y yo te compadezco,
Desde aquí, desde mi trono
sin saber que eres mi espejo.

Los dos lados de mi casa




Los dos lados de mi casa 


       La entrada de casa da un pasillo recto que la divide en dos partes iguales. La parte derecha es luminosa y moderna; desde la cocina se ven numerosas plantas colocadas junto a la pared bajo los ventanales de un patio alargado y cubierto. La de la izquierda es sobria, más clásica, con numerosos adornos. Los muebles son de estilo como los de mis padres. Parece que hubiera querido reproducir un pedacito del hogar en el que me crié. Sin embargo, es en el lado derecho donde respiro; donde el ambiente huele a flores y a tierra húmeda; en el que disfruto de esos pequeños trozos de naturaleza raptada. Olores que a ciertas horas se mezclan con vahos de guisos de puchero y de fritos. En el patio un fondo de música alegre me envuelve, puedo escuchar los ecos suspendidos de las risas de los niños, recordar el barullo de sus juegos, la algarabía de las fiestas familiares. Y recostada sobre una tumbona, puedo observar el cielo y las estelas que trazan los aviones. Ese rincón es mi lugar de lectura preferido; al lado de un ficus de dos metros, que ha cumplido treinta y cuatro años, en el que todavía cuelga una bolita dorada de la última Navidad. Desde la habitación, que antes era de mis hijas, también se ve el ficus. Sigue siendo un lugar de estudio. Ahí escribo y deambulo por mundos imaginarios. Paso la mayor parte del tiempo en esa mitad de la casa. Cuando voy al otro lado, el de los muebles oscuros, cruzo el pasillo y es como si diera un salto en el tiempo; me veo inmersa en el pasado. Regreso a mi juventud cuando paseo la vista por las librerías del despacho. En el salón, entre las fotos, hay demasiados recuerdos. Algunos oprimen el pecho. Cuando me demoro allí, solo el parloteo del televisor consigue adormecer mis sentidos, distraer las tristezas. Por eso he pensado en cambiarme a una nueva casa, decorada con muebles claros, que tenga más espacio, más luz, más terrazas y muchas plantas, y en la que no haya ningún pasillo que marque frontera en mi corazón. 



                                                                                                                                      Lana Pradera 

.


El contrato

Imagen de la red



Tenemos un contrato, querida.
Íbamos de día y noche. Lo firmamos. 
Tu recibes tus compras y yo mis escarceos. 
Aunque a veces, cambiamos el orden. 
Pero no chocamos. Qué felices somos. 
Pagamos esas facturas.


EL CONTRATO(c) Antonio Portillo Casado

El manso




Santiago miraba las bolsas del supermercado todavía llenas, esparcidas en el suelo de la cocina. La de congelados empezaba a dejar un cerco de agua alrededor como única pista. Tenía que sacar los productos de la compra y rellenar la nevera, el congelador y la alacena, pero el mero hecho de pensar en abrir una al azar, llenarse los sentidos de crujientes envoltorios, del olor a carne cruda pasando por encima del de la pescadería o clasificar los yogures por fecha de caducidad se le antojaba tan pesado como escalar una pared de piedra. En los dedos de sus manos todavía se marcaban los surcos de las malditas bolsas de plástico y le recordaban que apenas llevaba cinco minutos allí parado, con el sudor fresco sobre las sienes, paralizado por el pánico que le producían las elecciones de cualquier tipo.
¿Por qué siempre había que guardar las cosas en orden? ¿Qué le impedía guardar el detergente en la alacena junto a los calamares congelados? ¿Acaso se iban a estropear? Al cuerno con los calamares. Tomó una bolsa cualquiera y volcó su contenido. Se quedó contemplando cómo las manzanas Pink Lady rodaban en distintas direcciones. Parecían huir de él, como si buscaran cobijo debajo del fregadero o en el hueco de la puerta entreabierta. Sí, que le temieran. Él ya había visto antes el rojo que se desparramaba por las juntas de los azulejos, allí, en esa misma cocina. Pateó con saña una última fruta díscola, que le plantaba cara asomando por debajo del logotipo de la bolsa. Sintió un fugaz placer cuando la pulpa quedó esparcida entre los restos de piel y la suela de su zapato. ¿Por qué tenía que acabar así? Él no había deseado que terminase de aquel modo. Las parejas rompían y se separaban. Vivían por su cuenta y, a veces, hasta se llamaban.
Pero no, Amelia no podía aceptarlo, no de él, aunque antes hubiera disculpado a otros maridos infieles en parejas cercanas. Le había gritado en salón, en el baño mientras hacía como que hacía sus necesidades, le había hostigado en una tenaz persecución que había finalizado en la cocina.
Se agachó y recorrió con la yema del dedo las manchas del suelo mientras por el rabillo del ojo espiaba a las manzanas prófugas. Le observaban, le acusaban- Había intentado olvidar, dejar atrás aquel día en el que rompió lo más sagrado e irrompible. El día en que no pudo aguantar más y cortó los gritos de cuajo. Habían pasado ya tres años desde aquella locura de gritos y recriminaciones, de corazones rotos. Si Amelia iba a dejarle que lo hiciera, como habían hecho otras. O mejor aún, que le hubiera echado de casa con la maleta esperando en la calle para escarnio público. Pero no, Amelia tenía que montar el numerito, segura de que él, el manso Santiago, no abriría la boca, aceptaría su culpabilidad y su castigo para seguir atormentándolo de por vida.
Amelia se equivocó. Él no se calló, dejó de ser el manso durante exactamente cinco minutos, durante los cuales destrozó la cocina antes de que ella se marchara. Aquella odiosa cristalería roja sembrando de añicos esos mismos azulejos, volando a cámara lenta en todas direcciones como las manzanas. Pink Lady. Qué nombre más ridículo para unas manzanas rojas.

EBANI,s (Entidades biológicas aéreas no identificadas)



     

Los gobiernos más poderosos de la Tierra estudian el fenómeno OVNI dedicándole no pocos recursos económicos. Los avistamientos suman cientos de miles solamente considerando los últimos setenta años. El proyecto “Libro Azul”, auspiciado por las Fuerzas Aéreas de USA, llegaron a contabilizar 12.618 casos únicamente en E.E.U.U. durante sus 17 años de actividad. En el 2014, por ejemplo, se registraron 8.619 en todo el mundo, contabilizando únicamente, como es lógico, aquellos que fueron reportados a las autoridades del rango que sea o al menos se hicieron públicos por cualquier medio. 


Y tengamos por cierto que la inmensa mayoría de las veces los avistamientos no son confesados por los testigos.
Quizás miles de ellos callan por prudencia para evitar parecer locos o ser tomados a guasa, o tal vez son autocensurados por su propio subconsciente ante el temor a lo desconocido e ininteligible. 

Los investigadores vienen dando explicación natural a buena parte de ellos, amén de descartar la proporción fabulada por mentirosos mitómanos, que al parecer es fácil de determinar, como un 8 % según algunas fuentes, pero dejan sin esclarecer en absoluto una elevadísima cifra de “encuentros” incuestionables… 

Es evidente que la gente ve cosas extrañas evolucionando en el cielo, tanto diurno como nocturno y, por término general, no suelen confundir una estrella fugaz o un avión, provisto de sus reglamentarias luces intermitentes de posición o sus faros de aterrizaje, con un ovni. Esas personas comprenden en el acto que no están viendo algo normal y corriente. 

Descartados como dije los embusteros, los individuos en estado de embriaguez o drogados cuya mente intoxicada pudiese producirles alucinaciones, y los enfermos mentales con síntomas similares cuyas declaraciones no son tenidas en cuenta. 

Y agotado el empleo de explicaciones profusas como la de interpretaciones erróneas de nuestra percepción en el momento de avistar aviones y otros vehículos aéreos humanos, la de meteoritos y bólidos espectaculares, espejismos de complicada génesis, reflejos aparatosos o fenómenos atmosféricos extraordinarios, como auroras boreales, fuego de santelmo o el misterioso rayo bola, también llamado centella; este último, una rara manifestación eléctrica natural que los científicos admiten como cierto desde hace un par de siglos pese a que no ha sido posible su reproducción ideal en laboratorio. 

Incluso, tras considerar también la posibilidad de fenómenos paranormales aunque no parezca que sea el espacio aéreo su ámbito normal de manifestación y ello además nos cree la controversia de estar alejándonos de la explicación racional, aún nos restarían muchísimos casos sin resolver que representarían genuinamente el campo del enigma ovni, en fin, el que viene preocupando a los representantes de los estados más poderosos del planeta. 

Sin descartar en absoluto que seres de origen extraterrestre, pilotando extraños aparatos de incierta tecnología nos visiten, desde hace relativamente poco o quizás desde hace milenios, o simplemente compartan con nosotros este mismo planeta sin querer inmiscuirse en nuestros asuntos para nada, y desde ese punto de vista incluso haríamos mal en llamarles extraterrestres─ tal vez “intraterrestres” sería una opción siguiendo los postulados de la fantástica teoría de la “Tierra hueca”─ quiero hablaros de otra posibilidad hace tiempo ya propuesta que no me parece nada descabellada. 

Y esta vendría además a cuento ya que la hipótesis de la presencia de seres venidos de otros mundos no acaba de ser tomada en serio por el mundo científico más ortodoxo, siendo incluso “imposible” para algunos doctos técnicos, admitiendo que existieran aquellos, la posibilidad del inmenso viaje, sin pararse un momento a pensar que nuestra incipiente tecnología, seguramente en pañales, ha sido capaz de llevar al hombre a la Luna ya hace la friolera de 49 años y a nuestras naves no tripuladas hasta los confines del Sistema Solar, e incapaces de imaginar lo que podrían llevar a cabo seres al menos tan inteligentes como nosotros que nos sacaran mil o diez mil años de adelanto. 

Además, así soslayaríamos el argumento de que los contactos, los avistamientos, parecen más bien fruto de la casualidad y no obedecen aparentemente a patrones inteligentes, sino que por el contrario son caóticos en su distribución, sin plan ni concierto salvo el de la patente cicatería a la hora de mostrarse abiertamente a grandes masas de público, no resultando coherentes sus anárquicas apariciones con la de la llegada o permanencia en este planeta de una civilización extraña a la nuestra, tanto si quisiese pasar inadvertida, cosa que podría sobradamente hacer en base a su supuesta tecnología superior, o pretendiese mostrarse francamente a los terrícolas, extremo que evidentemente no llevan a cabo. 

Como decía más arriba, teniendo en cuenta las anteriores premisas y también algunos detalles de numerosos avistamientos, ha surgido la teoría, no ahora sino hace ya muchos años, de que los ovnis, gran parte de ellos, un altísimo porcentaje de los inexplicados─ el resto de esos podrían ser en efecto naves espaciales o un fenómeno natural aún desconocido─ serían en realidad seres vivos, de muy extraña conformación, es cierto, que habitarían las altas capas de la atmósfera, descendiendo de forma esporádica hasta la superficie de la Tierra. 

Uno de los primeros en teorizar sobre una fauna desconocida residente en la alta atmósfera e incluso en el espacio exterior, fue el marino, escritor y ufólogo Trevor James Constable, que llamó a esos entes, por influencia de la Criptozoología, la pseudociencia que se ocupa de la busqueda de animales míticos cuya existencia no ha sido probada, “critters del cielo” y también “amoebae constablea” por la apariencia de grandes amebas que, según él, presentaban. 

Por las mismas fechas, o poco antes, en que Constable iniciaba la elaboración de su teoría, la condesa Zoë Wassilko von Serecki, escritora y parapsicóloga, había hecho también lo propio desarrollándola en un interesante artículo publicado en 1955 en la revista “Inconnue”, dándole un nuevo impulso dos años más tarde, el celebre biólogo, escritor y explorador criptólogo Iván Sanderson. Todos estos valientes teóricos a los que habría que añadir otros pocos, como John Besso, que generalizó el término “medusas espaciales”, John Cage, que elucubró sobre el tipo de energía electronegativa que podía animar a estos entes, etc, pusieron en riesgo su reputación ante la ciencia oficial por atreverse a plantear tan atrevidas hipótesis. 

Unos decenios después, un científico de la talla de Carl Sagán, postuló sobre la posibilidad de que en los grandes planetas gaseosos de nuestro Sistema Solar, más concretamente Júpiter, se diese una población de seres vivos constituidos principalmente por gases y con estructuras sólidas mínimas que le sirviesen como soporte vital, entes extremadamente livianos, enrarecidos, de escasísima masa en relación a su tamaño, que flotasen en esas atmósferas y se nutriesen de algún tipo de energía como por ejemplo la solar o la resultante de reacciones químicas, al menos los que ocupaban la base de la pirámide alimenticia, los que denominó “buceadores” o “hundientes” y quizás también los siguientes en la escala evolutiva, los “flotantes”, mientras que los llamados “cazadores” depredarían a los intermedios. 

De existir, puesto que nada hay probado, por ejemplo en nuestro planeta, una de sus particularidades más señalada sería precisamente la de su composición, mayoritariamente gaseosa, predominando el hidrógeno que le haría más ligero que su entorno, pero también participarían los normales componentes del aire, nitrógeno, oxígeno, CO2, vapor de agua… y quizás algunas estructuras sólidas de materia orgánica muy tenue… 

Entre todas las aportaciones de los investigadores citados, se han llegado a definir algunas de sus características físicas como el tamaño, muy variable, entre unos decímetros de diámetro y varios cientos de metros, su forma un tanto irregular y cambiante según las circunstancias. Por ejemplo algunos testigos e incluso fotografías dan a estos seres cierto aspecto de medusa, de gusano, o simplemente globular o lenticular. 

Invisibles, al menos en el espectro que perciben nuestros ojos, o semitransparentes en ocasiones, mientras que en otras ofrecerían un aspecto metálico. Luminosos al reflejar su hipotética membrana exterior la luz del Sol u otros focos naturales. Incluso se especula que su aspecto a veces ardiente pudiera ser debido a combustiones internas por ejemplo del hidrógeno que contienen. Capaces de desplazarse verticalmente al modificar a voluntad su densidad, y horizontalmente aprovechando los vientos o incluso mediante la expulsión de un chorro de gases, como haría por ejemplo un pulpo en el mar, o, hipótesis más atrevida, mediante una especie de energía desconocida como la telequinética, con lo que conseguirían esas grandes velocidades que también se les atribuye. 

Se alimentarían de energía solar quizás, como los vegetales a fin de cuentas, aunque también se especula, desde que hace poco tiempo, científicos demostraron la presencia de bacterias en la zona alta de la atmósfera, que puedan nutrirse de algún tipo de plancton aéreo. O tal vez de ciertos gases… 

No se argumenta sobre su longevidad ni forma de reproducción, pero sí se ha ponderado que probablemente a su muerte sus componentes deben disiparse en la atmósfera sin que llegue a tierra otra cosa que partículas de polvo residuo de su escasa materia sólida. Eso explicaría el que jamás, dicho con reparos, se hubiese encontrado ese extraño cadáver. 

Digo con reparos, puesto que algunos indicios de tejidos orgánicos extraños en descomposición se han descubierto puntualmente a lo largo de la historia, noticias insólitas que recogió por ejemplo en su inmenso archivo el investigador de los fenómenos extraordinarios e inexplicables, Charles Fort. Hablamos entre otros hallazgos, de la denominada “jalea astral”, masa gelatinosa, o del “cabello de ángel”, especie de telaraña, substancias siempre relacionadas con las lluvias de meteoritos o los avistamientos de OVNI,s. 

Estos residuos de los que hablamos podrían ser parte de la leve estructura orgánica de estos seres cuya constitución, han llegado a aventurar sus estudiosos, podría ser de silicones coloidales, es decir estaría basada en el átomo de silicio. Así pues, se trataría de formas de vida animadas por una energía de tipo eléctrico concentrada alrededor de un núcleo o cuerpo de materia altamente atenuada, cuya sección principal la integraría una membrana contenedora de los componentes gaseosos que representarían la mayor parte de su masa. 

El periodista e investigador mejicano Jaime Maussan ha bautizado a la hipotética criatura con el nombre de EBANI, entidad biológica aérea no identificada, denominación que ha causado alguna controversia pero que resulta válida a falta de otra mejor. Otra posible hubiera sido por ejemplo entidad voladora orgánica no catalogada, EVONC. 

Lo que me parece terrible y detestable, es que se les denomine de forma creciente en las redes como animales del cielo o espaciales y, aún peor, bestias atmosféricas. Lo de animal, lo de bestia sobre todo, tiene tal carga peyorativa que es como ponerles a priori la etiqueta de ser inferior “pisoteable” por el noble y superior ser humano, todavía sin conocerlo ni saber nada de él. Situarle entre los otros pobres seres vivos que tenemos derecho a cazar, por deporte, a comernos para regodeo de los paladares de sibaritas glotones, a capturar para diseccionar y ensayar con su salud en aras de la ciencia y sobre todo de la vanagloria de macabros científicos, o a utilizar, si se prestan, en algún sanguinario juego donde puedan lucirse y enriquecerse los gladiadores de turno. Penoso verdad, pues a lo mejor es todo ese repertorio de crueldades tenebrosas las que ponen los pelos de punta a nuestros hipotéticos visitantes inteligentes. ¡Quiera el Cielo que no sean como nosotros! 

Volviendo a los EBANI,s, no deseo alarmaros con su posible existencia, salvo algunas pocas indemostrables elucubraciones sobre su peligrosidad, de la que no se ha aportado la más mínima prueba, se les juzga en general absolutamente inofensivos, en ocasiones curiosos y juguetones, en otras tímidos y asustadizos, se les presume dotados de una inteligencia semejante al menos a la de un delfín, que no es poca cosa, y adornados de una sensibilidad a los sentimientos humanos que sorprende. 

Es curioso que estos seres empezaran a proliferar, vamos sus avistamientos, y suponiendo que fueran protagonizados por ellos, desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial o, mucho más a su término, que es lo mismo que decir en el inicio de la “Era Atómica”, tras lo de Hiroshima y Nagasaki, cuando la contaminación terrestre, marina y aérea se disparó en todos los órdenes. 

Primero fueron los foo-fighter o luminarias, esas bolas de fuego que, en puntuales e imprevistas ocasiones pero de forma creciente, acompañaban a los aviones de ambos bandos en sus misiones, sin interaccionar con ellos pero haciendo demostraciones de increíbles velocidades y aceleraciones. 

Y tras la contienda, el fenómeno lejos de remitir, arreció. Fue en 1947 cuando se acuñó el término “flying saucer” ─platillo volante─ por parte del piloto Kenneth Arnold, y empieza la era OVNI. Me atrevo a conjeturar, y esto es de mi cosecha, que fuera ese el momento en que, si no estaban antes, “alguien” los trajera desde otro lugar hasta nuestro planeta. Solo es una corazonada… esos seres aéreos, ¿nos están limpiando la “jaula”? ¿Se están alimentando de la porquería y veneno que volcamos constantemente a la atmósfera, ya que nosotros mismos somos incapaces de evitarlo, para que no muramos asfixiados en nuestra propia ponzoña? … 

Por cierto, ¿saben que cada año se llegan a descubrir hasta veinte mil nuevas especies de seres vivos en el mundo?, ¿y que se han hallado formas de vida extremófilas sobreviviendo a la congelación de los hielos polares o entre las cenizas volcánicas? 

Conocemos muy poquito. Ahí lo dejo… 



Antonio Castillo-Olivares Reixa 

Móstoles, 23/08/18

La Poesía de Lola Martínez. Ensayo resumido realizado por Ivonne Sánchez Barea.

LA POESÍA DE LOLA MARTÍNEZ 
Por Ivonne Sánchez Barea (2018)



Ocupo los espacios mentales, para entrar en los mundos de la autora, Lola Martínez. La espera no ha sido infructuosa, porque hallo siempre mies y sabiduría al releer cada uno de sus versos entre las páginas de cuatro de sus títulos que tengo como pilar para analizar. Observo el sentir, la sensibilidad y el pensar, de quien se detuvo en cierta ocasión bajo el arco de color que acampana mis horas. Ella, Lola, está presente en el estante de los libros para releer. Pasaron meses antes de poder adentrarme nuevamente en las páginas... y regresa a mi memoria, esos efímeros instantes, en Ciudad de México, en Zacatecas, en Madrid y en Granada. Ciudades, lugares que han sido testigos de los puntos de encuentro, entre nuestras obras como autoras.

Y, sobre la espera; palabras en pilares sostienen el tiempo. En días como hoy, regreso a “Catavientos”, de puntillas en un vuelo, conjurando a los cisnes soñados, envueltos de tul, y, desde el triste gesto dejando caer las letras sobre el papel, para fecundar versos desde la paz. El alma inquieta es estrella de cualquier función. Se humedece un suspiro. Lola hace visible a “las que no existen”, e invita sin más a adentrarse... un paseo imaginado, una secuencia de tiempo que se vive, bebiendo despacio, a sorbos las ideas hiladas ente sus versos.

Más tarde, llegó un poco como ella, cómo caminante del cielo... Publicado en 2007 “Las piernas de la libélula”, es un descubrir el mundo, los cinco continentes, sobre el licor de las musas, en vuelos mágicos de brujas, quienes comemos flores en la mesa de las poetas, y dejando derramar sobre el mantel, nuestros versos... Los lugares buscan refugio y paz en el arma de la pluma, escapando del dolor y la impotencia para dejar plantadas las raíces de la justicia en el campo santo literario. Las realidades, en vacilante mirada piden disculpas a los ojos, por ver el nácar sobre el barro del mundo. La voz, las voces son vagones que se tragan el mundo, se ahogan en las heridas del agua, tal vez, un roto canto de ballena apátrida, o, las piernas de la libélula que a veces se convierten en cola de sirena. Las estrellas se paralizan entre rebozos de nubes. Un árbol en tentación de manzanas, invita a continuar el trayecto. Lola Martínez vuela sobre mares... y con ella, el o la lectora.

Un colibrí que renace flotando de la cintura, tejiendo el hilo frágil de luz, entrama la autora con sus versos, y puede, que una bandada de colibríes se estacionen en las gargantas de aquellas mujeres poetas, a quienes se les ha cercenado sus lenguas que capturan néctares. Caen en el olvido, en aquel último hueco. La autora flota... dice aquello de lo que se fue durmiendo, y, decidió volver por no saber. Sin más, corren días, sueña horas, siendo testigo de la cercanía de sus ideas, unos puntos, fundiendo el hablar sin la respuesta. Allí, en ese lugar de todos y de nadie, despierta, quien no ha muerto. En el borde del rumor, se atrinchera el silencio. Versifica en su tratado del alma, en un pulso de ésta hija de un cascabel de la luna... Lola, acaricia el mito de Atenea, se enriquece con las cosmovisiones de las mujeres, desnudando el “Sayal”, abrazando a la libélula desde sus versos de espuma. Todas llevamos velos tupidos sobre espaldas, o en el rostro de nuestro género. Sus versos nos hacen nacer nuevas partes para reinventar los vuelos.

La libélula no puede estar encerrada, se le agrietan las alas. Dando por certero el tiempo que se acaba, Lola, muda la piel en el espacio inédito. Aquí crece, sigue cayendo la lluvia entre palabras y justicias, buscando con paciencia, con obstinación, lo importante: la verdad. Se sigue preguntando y le siguen susurrando extremos volátiles, sobre la vida y el tiempo. El amor, también presente, se trenza en el nido, recauda el momento. “Sinécdoque” retoma la esencia, con la materia que la realza, des encriptando el implacable transcurrir de la palabra pensada, descifrando la profunda reflexión desde el todo de ella misma, de Lola Martínez.



Calle Campanario, 26 – 18199, Cájar/Granada – España ivonne.sanchez.barea@gmail.com

Por largos pasillos infinitos

deambulan las personas,
caminan hacia una luz
cegadora. Vertiginosamente,
las sombras desaparecen
por esquinas llenas
de ausencias dolorosas,
y las tristes palabras
devoran silencios pestilentes.

Los gritos de gargantas resecas
imploran un bálsamo que alivie
su tremenda soledad, el alimento
necesario para calmar el desconsuelo
de los atardeceres rotos.

Por los largos pasillos
las manos, cientos, miles de ellas
piden algunas monedas
para comprar sonrisas y amaneceres
limpios de lágrimas rojas.

Los pasillos son infinitos
y los hombres se pierden, definitivamente,
sin poder encontrar la salida
de la única verdad.


... de Google

MUJER

“Soy sólo una mujer y ya es bastante...”
Gloria Fuertes
Paseo de puntillas por la historia.
Génesis de hueso y barro.
Un pecado sin voz remuerde el alma,
parirás con dolor, llanto sin luna,
belleza y embeleso,
diosa inmortal, guerra sin nombre.
Caminas silenciosa por los siglos,
inventora de amor y sinsabores,
sin dejar de ser nadie en la cruzada.
Poemas cristalinos te harán libre
con tu huella indeleble en los recuerdos.
Sangre que brota turbia y descuidada.
Eres mujer y ya es bastante,
sin más sombras vacías y desnudas.
Volverás a nacer
para resucitar en otro cuento.





Regresaré del silencio

para aguardar tu llegada, mi amor,
y entregarte mi soledad.

Me gustaría, si puedes,
que trataras de arropar
mis añoradas ausencias
con la dulzura de tus besos.

A cambio, yo te entregaría
la dulzura de mis palabras,
dispuestas a ponerse las mejores
galas de una primavera eterna.

Los poemas, día a día, irán
brotando en nuestro jardín
donde, cada amanecer,
ajenos a los murmullos del tiempo,

empezaremos a vivir aventuras
nuevas, esperanzas fascinantes
nos acompañaran por alegres caminos
cubiertos de ilusiones maravillosas.

Por favor, mi amor, no tardes,
me ahogo en el silencio cruel
de la ingrata soledad.

Ya no puedo soportar
sus gritos desesperados
en mi triste corazón, temeroso
por las ausencias y los olvidos.


... de Google


Presentación del poemario Vientos del Verso de Antonio Portillo Casado el 30 nov. 19:30 h.en la BPE Fermín Caballero de Cuenca



Buenos días amigos. 
Nuestro compañero Antonio Portillo Casado 
presentará su último poemario Vientos del verso 
el día 30 de noviembre a las 19:30 horas 
en la Biblioteca Pública Fermín Caballero de Cuenca.
Presenta el libro la poeta conquense Raquel Carrascosa.

Gloria maldita

(Imagen de la Red)






El viento fuma colillas
en la acera y las hace girar.
Señalan a los culpables.

Otras veces, las apaga,
para que las ratas de la calle
inhalen calor y alumbren
los tres o cuatro cartones,
la manta sucia y un tetrabrik
que sabe a gloria maldita.


GLORIA MALDITA(c) Antonio Portillo Casado










Reseña de José Mª Garrido sobre la presentación del libro Desnudez del Hilo de Ana Galán.

DESNUDEZ DEL HILO
ANA GALÁN VIGO
EDITORIAL LASTURA 2018
Por José María Garrido
16 de noviembre de 2018



En esta tarde de otoño y lluvia, los versos de Ana Galán Vigo se reflejan como hilos en su telar, en cinco tonalidades, como si de un pentagrama se tratase. De lino granate, de lana roja, de yute negro, de angora azul, y de algodón encarnado, a la luz de las oberturas poéticas que Montse Morate y Francisco Caro le brindan, dejan al descubierto la esencia de la autora, la historia y los motivos de estas letras que la Editorial Lastura nos ofrece. 

La biblioteca municipal Eugenio Trías a la que hay que agradecer su acogida, hoy vuelve a hacer pleno y podría si ese fuese su estilo haber colgado en la puerta de una sala que se quedó pequeña, el cartel de no hay billetes, y es que además de mostrar sus habilidades poéticas, Ana, que recientemente ha sido galardonada con el XVI Premio de Poesía del Círculo de Bellas Artes de Madrid, nos sorprende con su prodigiosa memoria y su magistral didáctica a la hora de conducir el acto de manera que el tiempo se detiene y se dilata el gozo, al percibir que con los hilos de su trabajo está edificando un atmósfera de sosiego y equilibrio.

Y si ya nos atrapa con la fotografía de la portada del libro, de la propia autora, vuelve a sorprender al final del acto, - porque Ana es detallista en la palabra y en los hechos - con un regalo en forma de cuaderno en blanco, porque sabe, que muchos de los asistentes, sienten como ella, la necesidad y el placer de la escritura, para que unos aprendamos y los otros nos sigan enseñando este noble oficio.

Hojas en la chistera





Escucha hoy al viento, lleva colores zurcidos
en el chaqué, hojas en la chistera.
Pasea por El Retiro, por las calles de Madrid.
Empuja al caminante perezoso, decide
desviarlo de las armas de destrucción más iva.
Cree que el destino se puede evitar.
Se alía con las mujeres luchadoras,
único vendaval que, aún, tiene garras.
Los hombres descuidaron su fuerza en naipes,
bicicletas y juegos de ordenador.
A ellas les importa la realidad,
son la esperanza de este estúpido mundo.
Siempre las mujeres dan sentido.



HOJAS EN LA CHISTERA(c) Antonio Portillo Casado

"María Zambrano. Una filósofa brillantemente universal". Artículo de Ana Patricia Santaella para ARGENPRESS CULTURAL

Imagen de la Red

Hola amigos. Nuestra compañera Ana Patricia Santaella nos envía este articulo que escribió sobre la gran filósofa española María Zambrano en Argenpress Cultural.
Pincha en este enlace para leerlo:


Recital poético de Ana Montojo el día 22 nov. a las 19:30 h. en la Biblioteca Elena Fortún.


El próximo día 22 de nov. a las 19:30h., 
nuestra compañera Ana Montojo 
recitará una selección de poemas en la Tertulia Arco Poético
de la Biblioteca Elena Fortún.

Amanecer del alma

     El amanecer nos trae las luces y colores de la aurora que nos auguran una nueva vida, así el amanecer del alma nos vaticina un renacer a través de un nuevo y dulce aliento de esperanza para atravesar los áridos campos del corazón humano.

     En el nuevo renacer la nueva personalidad debe crearse sobre las cenizas de su antigua existencia, donde sólo había esporádicas esperanzas y maltrechas relaciones. Sin deseo ni acción, sin experiencia propia no hay resultados y no podremos comprender la verdadera esencia del alma. Satisfacer la sed del alma no se consigue tan solo leyendo acerca de la supuesta “verdad” o de pertenecer a una u otra creencia. Nuestra alma amanece después de haber vivido las sombras, de haber experimento la noche oscura, donde el dolor ha golpeado la esencia del corazón. Hay que hacer el esfuerzo de alzar la vista hacia la luna si queremos mirarla a la cara y no vivir cabizbajo para verla reflejada en un charco.

     Muchas personas se identifican con su ego egoísta dando por sentado que son los dueños de sus vidas, no aceptan ni quieren darse cuenta de que en realidad son marionetas de su propio ego, lo que les convierte en autómatas de sus pasadas y presentes acciones. Nuestros estados de ánimo, sentimientos, reacciones, experiencias son los efectos y consecuencias de unas causas anteriores que fueron provocadas mediante el ego mezquino, o bien, realizadas sin consciencia, como robots. Esas personas no aceptan que su orgullo es el que dirige sus vidas llegando su ceguera a hacerles creer que ellos están libres de su arrogancia.

     Estar en la posición del deseo de actuar pero no hacerlo es estar en la pasividad del engaño y de la ilusión lo que nos lleva a la soledad creando ansiedad y angustia. Para sentir el alma, tenemos que ser conscientes de nuestro cuerpo -físico, emocional y mental- que contiene una sabiduría infinita y es, además, el vehículo que nos permite transitar por el planeta. Muchas veces turbulencias de pensamientos, tifones desgarradores nos azotan nuestros sentimientos y tsunamis de dolor nos hacen caer en profundos pozos donde permanecemos perdidos, desorientados y confusos con solo nuestra sombra por compañera. Incluso, en esas situaciones, nos llegamos a acomodar porque el miedo a avanzar nos impide ver más allá de lo que alcanza nuestra vista, volviendo a esa apatía de las estériles arenas de la rutina. Para calmar el cuerpo –físico, emocional y mental- disponemos de un útil vital y precioso, la meditación. El aire es el motor de la vida y a través de la respiración el cuerpo se relaja y empieza a desatar esos nudos entre la mente y el cuerpo, liberando la comunicación entre los sentidos y el alma.

    Desde el principio de nuestra historia hemos comido de la fruta del árbol del bien y del mal, hemos pasado por el infierno del egoísmo y del exilio de nuestra Alma. Hemos roto los lazos de la amistad tejidos con las cuerdas de la armonía, rompiendo la delicadeza poética y ultrajando sus versos porque nos hemos olvidado que somos almas vivas. Rechazamos el dolor y la angustia pero no luchamos para salir fuera de ese confort de la rutina que tanto nos aburre y nos encadena. La vida tiene piernas, baila y está viva y no puede dormirse en los laureles porque es un continuo movimiento.

     Grandes pensadores de nuestra civilización han proclamado a los cuatro vientos que el hombre tiene por misión elevar su condición de mortal uniéndose a esa alma inmortal de felicidad para experimentar el conocimiento directo que destruye la ignorancia y nos lleva a la búsqueda de la verdad, desprendiéndonos de verdades temporales y de libertades transitorias. Los seres humanos somos almas vivientes, infinitas creaciones cuyas huellas podemos observar a través de la historia de la humanidad.

    El alma es una melodía con diferentes tonos y notas que forman millones de canciones y poemas. Tenemos que descubrir el sentido que queremos dar a nuestra vida y descubrir la causa de tomar una u otra decisión porque de ello depende que nuestro camino sea sombrío o luminoso, que oigamos la música de un triste violín o la alegría de un maravilloso violinista. No hay que temer a la lluvia porque cada uno tiene su propio aguacero interior. Poner en orden nuestro desorden, nuestras ideas y sentimientos para avanzar en la dirección elegida utilizando nuestra voz, -instrumento sagrado del alma sin olvidar que el murmullo dicho con sentimiento de amor es oído por las estrellas-, usando canciones y poemas que enciendan una luz para poder ver en la oscuridad y volver a tomar el camino, aprendiendo de cada caída y de cada risa.

     Vivimos bajo las leyes del flujo y reflujo, nacimiento y muerte; el amanecer del alma es descorrer el velo de la ilusión y descubrir el secreto de la creación, escrito en el libro del universo cuya única página la llevamos impresa en el alma.

                                       
  (foto de la red)

Presentación del poemario Desnudez del hijo, de Ana Galán el 16 nov. a las 19h. en BPM Eugenio Trías., Madrid.




Nuestra compañera Ana Galán 
presenta su nuevo poemario Desnudez del hilo 
el Viernes 16 de noviembre a las 19 h. 
en la Biblioteca Eugenio Trías.
(antigua Casa de Fieras de El Retiro en la Sala de Materias)
Paseo Fernán Núñez 24, Madrid


Presentación y Recital de EnR en el Instituto Cervantes de Tetuán y Tánger (Marruecos)



Del 5 al 8 de noviembre, compañeras y compañeros de EnR han presentado nuestra asociación  en el Instituto Cervantes de Tetuán y Tánger (Marruecos). También recitaron sus textos. El viaje incluyó unas visitas turísticas con un encanto especial, tal y como podéis ver en la fotografía. 





Quiero ser semilla

Imagen de la red




Eres una de las hojas verdes

en un árbol plácido.

Respiras sueños azules.

Subsistes cerca del río,

que pliega algas suavemente

y en las orillas hace burbujas.

Eres alma lobulada

con un sentimiento

que esparce la brisa

en el bosque circundante.

Verde estrella en la mano que te sustenta.

En unos días la moda te vestirá de ocres

para tu final.

El abismo aguarda

y mientras te aproximas a su dominio,

te preguntas:

¿Por qué fui hoja y no semilla?



QUIERO SER SEMILLA(c) Antonio Portillo Casado
(Del poemario Vientos del Verso)




Papiroflexia



«Tu mayor deseo se hará realidad, si construyes mil grullas de papel»
(Sadako Sasaki)

Lucía se tapa los oídos con las manos mientras, en la habitación contigua, su padre eleva el tono hasta cubrir con sus gritos la voz de su madre. Sollozos, lamentos, palabras, que intentan atravesar las paredes, en un idioma que nadie escucha.
Entre lágrimas, arrastra su miedo hacia el escritorio sobre el que reposa su colección de grullas de papel. «Una, dos… diez… cien... doscientas… quinientas… novecientas noventa y nueve… Una más y se hará realidad mi deseo». Tratando de no hacer ruido, coge un folio y comienza a doblarlo, marcando con determinación cada pliegue.  
Cuando está terminando el último pájaro de papel, oye un golpe seco y un grito desgarrador. Deja caer la hoja al suelo mientras un pensamiento terrible atraviesa su cuerpo hasta alcanzar el corazón. Corre hacia la ventana, la abre y contempla el horizonte. Sus ojos adquieren una mirada intensa al extender sus brazos hacia el cielo. Pronto acabará todo... Olvidará el dolor y ella misma volará hacia el infinito.



VASILI AJMÁTOV, Relato de José Mª Garrido.


https://1.bp.blogspot.com/-gypnhsGF_EI/W9tM9TxVz-I/AAAAAAAANnM/nB_K3_V2lcYjVhBQAEIFkl6vAtGqk5HcgCLcBGAs/s320/_93780217_mediaitem93780216%255B1%255D.jpg


Vasili Ajmátov vive en un caserón grande, frío, desangelado, a mitad del camino del cementerio. Nadie sabe los años que tiene, ni a qué se dedica. Lleva un pequeño espejo redondo a todas partes y cuando nadie le ve, le lanza furtivas miradas.
-¿Soy yo? - se pregunta -, Imposible. No soy escritor. ¡Ojalá lo fuese!
La imagen que le devuelve es siempre la misma, le recuerda al  rostro de Kafka tanto en las noches de plenilunio como en las tardes de tormenta. Un rostro, solitario y taciturno.

Desde que se fue, nadie le visita. por eso pasa las tardes dando largos paseos por el camino del desfiladero, donde los grandes peros dejan caer sus extraños y amargos frutos en otoño. Va acompañado de su cuchillo de monte. Su hoja tiene un color arrebol; le gusta utilizarlo despacio, con cierta parsimonia, sobre todo cuando ya no grita.  La última vez, tuvo que limpiar el mango como un carnicero. Recuerda aquellos siete memorables minutos de placer, después de trazar en su piel un mapa con coordenadas imprecisas como sus propias arrugas.
Se acerca, no le ve, no grita.
Tiene una altura considerable y viste un traje marrón combinado con el verde.
Sigiloso, se acerca un poco más. Su brazo siente la ternura mientras acaricia su tronco. Sus dedos siguen levemente las arrugas de su traje.  Es valiente, no se mueve. Está seguro de que aprecia el latido de su piel. Su mano se va al cinto.
Acerca la punta a sus arrugas, solo tiene que apretar un poco más.
Está solo. Se empina para perfilar su obra sin perder el equilibrio.

¡El espejo!Al caer se golpea con una piedra, pero no se rompe. No puede evitarlo, sus ojos se van hacia él. ¿Un monstruo? Aprieta, no grita, mueve su mano con delicadeza hasta que su corazón se desploma.
Es grande como su puño.
En el vacío que deja escribe su nombre:  “Asun”.

 Nunca la olvidará.


José María Garrido
28 de octubre de 2018