Hoy es

Paseos por el campo









Todas las fotografías están tomadas en los alrededores de Santa Cruz de la Sierra, Cáceres











Presentación en el Café Comercial de la antología poética Leer Después de Quemar de Rafael Soler


Buenos días, amigos. El próximo lunes día 1 de octubre se presenta en el Café comercial, 
la antología poética Leer Después de Quemar del poeta  Rafael Soler. 
Café Comercial (Glorieta de Bilbao, 7). Le acompañará Miguel Losada. Abrirá el acto Lucía Comba

Una filósofa y escritora atípicamente comprometida: Simone Weil" cuya autora es nuestra compañera Ana Patricia Santaella titulado


Imagen de internet


Buenos días amigos. Publicamos un artículo del Magazine Luz Cultural titulado "Una filósofa y escritora atípicamente comprometida: Simone Weil", cuya autora es nuestra compañera Ana Patricia Santaella. Podéis leer el citado texto en este enlace:

Invitación al Recital de Begoña Montes y Antonio Portillo junto a otros poetas en la 2ª Feria del Libro Hispanoárabe de Madrid


Buenos días amigos, nuestros socios Begoña Montes Zofío y Antonio Portillo Casado, participarán en el  Recital Poético que se celebrará el próximo domingo día 30 de sept. de 12 a 13 h. en la Feria del Libro Hispanoárabe de Madrid (Centro Cultural Daoíz y Velarde, Plaza Daoíz y Velarde. 4, Madrid).

Invitación a la presentación de la novela SUR de Antonio Soler (Premio de Narrativa Alcobendas Juan Goytisolo)


Buenas tardes:

Os comunico la invitación para asistir a la presentación de la novela SUR de Antonio Soler (ganadora del Premio de Narrativa Alcobendas Juan Goytisolo). 
El acto tendrá lugar el jueves 27 de septiembre a las 19:30 horas en el Espacio Miguel Delibes (Avd. de la Magia, 4 - Alcobendas).

Locura Final


(Foto de la red)

El hueco del colchón
delata tu presencia,
la forma de tus muslos

que con dientes y labios y suspiros
tantas veces mi boca recorrió.
Estás aquí, lo sé, en lo oscuro,
susurrándome lasciva
que alimente tus pechos de gozo y de deleite.

Quizás me esté volviendo loco
pero yo sé que estás ahí,
tras la cortina de la ducha,
desnuda,
en la cocina tras la puerta,
en el armario
jugando al escondite.

Puede que loco, si,
pero te siento, te oigo,
andando por la casa,
hablando en la escalera.
Salgo al balcón
y es tu perfume el aire
y son tu voz todos los pájaros
y son tú todas las mujeres

y no hay materia que no te recuerde
y no hay reloj que marque otros latidos
y no hay luz que no venga de tus ojos.

Loco, si, loco!
antes de ti y ahora,
sin ti,
sencillamente loco.



Contrapensamientos


Un libro para dejarse llevar




































La fuerza de La Esperanza




Esperanza es ese estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea. Mira este vídeo. Este luchador, literalmente, se alimentaba de su esperanza, aunque ello supusiera esperar, con poco fundamento, que fuera a conseguir lo deseado o pretendido. Muchos de nosotros debiéramos seguir este ejemplo, grande, humano cien por cien. Yo me apunto a la Esperanza, aunque ello conlleve alejarse de una realidad, que siempre se nos da ya prefigurada, siempre en el borde del abismo. ¿Y tú? ¿Tú que vas a hacer?

Muy pronto en librerías



Estimados amigos. 
Poco más o menos así será el cartel de publicidad (50x100 cm) de mi próxima aventura literaria.
 En cuanto tenga más información os la paso. 
Un abrazo. 
Y gracias por todo.







Entrevista a José Mª Garrido y Adoración Rosado realizada por Ana Galán



Imagen de la red


Entrevista de Ana Galán a José Mª Garrido acompañado por Adoración Rosado 
en Contrapartida Lugar Poético.

Pincha en el siguiente enlace para escucharla:

Retrospectiva




(foto de la red)

Nos encontramos
justo cuando tú volvías
y yo huía para siempre.

Me preguntaste yo que tal
y yo te respondí mi vida.
Te pregunté como te iba
y me contaste tú la tuya.

Te conté de mis hijos y su futuro,
tu a mí de tus hijas y sus maridos.
Te conté de mi salud y sus problemas,
tu a mí de tus desdichas y frustraciones.
Te pregunté como te iba la muerte:

igual que a mi, cada vez más cerca.

Y al final nos despedimos,
con una sonrisa
y una casi lágrima
y los recuerdos desbordados.

No se si buscarías en mi.
Yo te juro que busque,
como el sediento busca agua,
la luz que había en tus ojos
en aquellas noches de juventud y vida,
en aquellas noches de verano.

Cómo te habrá tratado la vida
que no encontré nada.

Fueron a despedirme las amapolas

Imagen del autor

Ellas no me lo dijeron para que no me molestase, porque no quiero que muevan su delicada y estilosa figura para saludarme. Pero yo sé que dejaron momentáneamente su campo de lanzas verdes para decirme adiós. Abandonaron su alfombra ondulante y glauca, pero de lanzas, mientras éstas soñaban que Helios doraba sus picas. No me dijeron nada, pero sé que aprovecharon ese sueño azul de las alabardas y con sus caras encarnadas, sus pestañas azabaches y su elegante paso, llegaron hasta el borde de la vía por donde iba a pasar yo. Las vi lozanas, entusiasmadas, trémulas. Alguna se atrevió a flirtear con una sonrisa de luna oriental y una mirada intensa de enamorada. Me despedí, las besé y me sonrojé como ellas. Sus perfumes me acompañan. Yo les dedique una sonrisa cómplice que ellas entendieron. Me alejé, con el alma más grande y el corazón más pequeño, entre los olivos y las hierbas primaverales que nos observaban y sentían un instante de felicidad sureña.


Fueron a despedirme las amapolas.(c) Antonio Portillo Casado

(Del poemario SINGLADURAS. NOV 2016):

La esperanza ante la desesperación

Muchas tardes me acerco a la orilla del mar a recoger viejos maderos de algún barco desgastado por sus muchas travesías que se han ido perdiendo en el océano y han llegado a esta orilla; me gusta recogerlos e intentar hacer con ellos alguna obra de arte, crear vida de algo muerto porque así me siento yo, en este enigmático país de melancolía cuyos ríos misteriosos están surcados por ácidas lágrimas. Soy un fugitivo y huérfano del amor, huí del hogar cuando era muy joven creyendo poseer la fuerza, el coraje y la valentía para ir en busca de mis sueños.
Recuerdo que en mi huida tenía mucha prisa, y, no vi la piedra en el camino, así en el primer tropiezo me quedé tirado en la cuneta y mis sueños conmigo. Desde entonces, hace ya treinta años, vivo en la autocompasión y destrucción hacia mi persona y hacia los que me rodean porque sufren mi carencia de amor.
Hoy, mi hijo ha hecho lo mismo que hice yo, marcharse; pero, él tuvo la valentía de despedirse, valentía que no tuve yo. Hoy, también, me he enterado que mis padres se han ido y una profunda tristeza ha inundado mi alma; no sé por qué ese sentimiento nace ahora después de tantos años. Algunas personas cercanas, incluyendo a mi hijo me tendieron una mano cuando dejaba a mi paso botellas vacías y otras apiladas esperando a ser vaciadas. Desprecié sus manos porque las fuerzas para enfrentarme a sus miradas me habían abandonado hacía mucho tiempo. Preferí quedarme en ese oscuro rincón donde el dolor y la autocompasión junto con mi represión interior habían matado incluso mis más lejanas y profundas aspiraciones porque anestesié mis sentimientos con rabia para no sentir culpa.
Un día cayó en mis manos un libro cuyas palabras decían: “para dejar huella debes de ser Hombre”. Observé desde lo alto mi oscuro teatro y comprendí que el telón siempre había estado bajado; nunca hubo ninguna obra que representar porque mi vida había sido escrita como una novela sin autor, edificada en una muralla de silencio y olvido entre mi corazón sombrío, mi familia y algunos conocidos.
A pesar de navegar por ríos de melancolía logré imponer mi voluntad a mi dolor iniciando el vuelo del ángel y dejando atrás a la bestia. Quebré la parálisis de mi vida al haber construido un sigiloso víacrucis de dolor y sufrimiento. En ese momento sonó en mi corazón una campana despertándome de ese letargo de muerte, donde los pensamientos que me habitaban estaban en perpetuo diálogo y en dramático desacuerdo. La vibración de la campana se quedó impresa en mi alma y como un observador miniaturista observé las carencias de mi vida fugitiva.
Esas palabras “para dejar huella debes de ser Hombre” me devolvieron a la vida, a la libertad, al mundo de las quimeras y sueños, a conversar con almas sencillas, aprendiendo a saborear caminatas y reflexiones serenas, a disfrutar de una calma antes nunca insospechada. Así surgió el cosquilleo del conocimiento de estar vivo cuya finalidad es cultivar el camino con semillas de sabiduría para que florezca el saber universal de la vida. Descubrí la esperanza ante la desesperación.
Mi carencia de amar fue sustituida por amor que como un meteorito incandescente atravesó mi alma, cuando me encontré cara a cara con mi hijo, sus ojos lagrimosos llenos de dulzura y perdón me devolvieron mi sueño más profundo, amar y ser amado. Ahora sé que la huella que toda persona debe dejar es sentir el amor porque no hay alegría más grande que amar. La esperanza nos salva y la alegría y el amor se unen en ese punto entre el crepúsculo y el mar para que hagas lo que hagas siempre podamos encontrar la paz.

                                      (foto de la red)