Hoy es

Soñó que moría de lunares

La profética pesadilla cambió su mundo. Dejó su carrera como jockey porque empezó a aborrecer los puntos de colores de su vestimenta. Renunció a comer albóndigas por su disposición sobre la salsa del plato y era incapaz de soportar la visión de un vestido de faralaes o los de la mismísima Minnie Mouse.
Nadie le advirtió que, por ese lunar que tienes, cielito lindo, junto a la boca, se podía también morir de amor.

La grandeza del Océano


          Océano, sinónimo de libertad y bravura,
          cuya agua corre, se filtra y desliza por la tierra,
          unido al cielo azul por una línea,
          de amaneceres saludando al nuevo día
          y, de atardeceres cuando
          las estrellas le hacen compañía.


          Océano por donde han surcado
          naves y pateras a través de la historia,
          cuyas aguas retienen las memorias
          de miles de personas, cuyas esperanzas
          y promesas naufragaron
          y otras historias, cuyas esperanzas
          y promesas alcanzaron.


          Océano espléndido y solemne,
          me siento pequeña al ver tu majestuosidad,
          sintiendo el brío y la fuerza de tu libertad.
          siento como te protege
          tu guardián y benefactor Poseidón
          a través de esos picos
          que han nacido en el fondo de la tierra
          y se elevan hacia el cielo
          creando alegría y belleza.


          Océano mágico con sus colores
          marino, turquesa y blanco,
          que como en una escenografía,
          se mezclan y danzan para formar
          la unidad de su belleza.


          En su baile con el viento se crean
          olas que se elevan y juegan.
          mi alma disfruta de ese balanceo,
          entre acordes de risas y canciones.


          Ese vaivén de la danza se acerca
          y como una caricia
          me envuelve y me hechiza
          para transportarme,
          a ese mundo mágico de ninfas
          que me traen sus melodías
          haciendo vibrar el arpa de mi alma
          para enseñarme a vivir
          todo lo que me queda por descubrir.


          Seres que emergen entre las olas
          y se entrelazan en un beso de pasión,
          vestidos con un velo transparente,
          insinuando ese baile de seducción.


          Tules azules y blancos
          que se enlazan en un abrazo
          al bailar con el viento,
          creando un velo áureo
          al contacto con el sol,
          que como una caricia
          rozan la superficie y dicen:
          "La magia siempre ha estado aquí
          jugando con las formas y colores
          para que la belleza y la alegría
          con sus alegres melodías
          os regalen un poco de armonía
          para sentir la gracia de la vida".


          El océano nos ofrece
          creaciones mágicas de esculturas vivas
          que hacen que la vida sea atrevida,
          y, aunque hayamos olvidado el
          perfume de nuestra alma,
          nos recuerdan que vivimos en el
          Océano del amor cuya grandeza alimenta
          a todo aquel que tiene hambre y sed
          y busca el agua perfumada del alma y del amor.


          Hijos del agua somos todos,
          gotas que acarician y despiertan
          a los bosques con el rocío;
          agua que corre y se desliza por las rocas,
          creando belleza en la Naturaleza;
          agua en ese inmenso misterio
          de donde nacemos y que llamamos Vida.





Las imágenes son de La Red


Tomemos una copa

... de La Red





Al doctor Felipe Vázquez,
magnífico conferenciante.
Y a todos su contertulios 
en la Noche de Madrid.






          Alrededor de la mesa las sillas.
          En las sillas cuatro mujeres sonríen.
          Cinco hombres de lustre y apellidos.
          Nueve movimientos para la noche madrileña.

          Hay un eco ilustrado de Puebla
          en lontananza, en la esquina crítica.
          Y un compadre mixteco con ínfulas
          nocturnas a la izquierda del eje.

          San Luis de Potosí tiene perfil
          gongorino en esta noche de primavera.
          Guadalajara españolea en Pablos y amontona
          unos versos rosados de sílabas contadas.

          A mi derecha la mujer periodista,
          la esposa perfecta de acentos lejanos.
          Le brillan los ojos cuando platico
          y le riela una sonrisa alargada.

          Desde aquí llega el eterno sortilegio
          de una poesía que labra distancias.
          A mi izquierda mi esposa marinea
          una sonrisa en ascuas de lumbre.
           
          María ofrece sonrisas, y una arena
          que son miles de ojos recónditos.
          A su lado la niña dormita
          bajo un paragua de ruedos ibéricos.

          El otro lado del Atlántico salta
          sobre la mesa en suaves olas.
          Hay un hueco verdadero de humanidad
          volteando la verja de los silencios.

          Rulfo y Arreola se saben márgenes
          desde un texto futuro, cazadores invisibles,
          huesos abandonados de sus almas, presentes
          en esta noche de palabras notables.





El ilusionista

... de La Red

El mago se situó en el círculo que el foco proyectaba sobre el escenario. Enseñó las manos al público y extrajo de su levita un amplio pañuelo de seda rojo con lunares negros que agitó en el aire. El pañuelo flotaba, irradiaba una belleza cautivadora al ondear que hipnotizaba las miradas. Lo plegó con destreza y lo introdujo en el puño. Con un gesto fugaz, su mano lo desplegó de nuevo. Ahora era negro con un círculo blanco en el centro. Los aplausos arreciaron. Entonces mostró su faja explosiva al saludar. Y la sala se tiñó de rojo y negro.

Las palabras, las traviesas

... de La Red
          Las palabras, las traviesas
          compañeras del ayer,
          se niegan a brotar del alma.

          Los versos se pierden por laberintos
          absurdos,
          huyen de ingratos silencios
          que son, apenas, ecos.

          Temores antiguos se resisten 
          a tragarse su propio orgullo
          y morir, definitivamente, en el frío
          desapacible del atardecer.

          Las palabras desean echarse a volar,
          recorrer lentamente los rincones perdidos
          de la vida. 

          Quieren sumergirse
          en la blancura imperfecta de los amaneceres 
          cansados, apáticos, pero no se atreven
          a mirarse en la incertidumbre
          humana.

Dos miradas sobre el Mundo: Ciencia y Arte


...de la Red

             Las visiones de la Ciencia y del Arte son muy distintas y corresponden, obviamente, a dos formas sustanciales de percibir eso que llamamos Realidad; pero en todo ello, como no podía ser de otra manera, intervienen muy especialmente las diversas manifestaciones de la omnipresente consciencia del Sujeto que la observa.
            En abstracto, las dos miradas son igualmente válidas, pues mantienen una coherencia interna con los procesos mentales que entran en juego a la hora de verificar, validar, ratificar si se quiere, la relación que guarda el instrumento de análisis con el objeto del mismo. Naturalmente, no son equivalentes, y por esa razón no cabe ningún tipo de comparación entre ellas. Desde mi punto de vista, ninguna puede considerarse mejor o más eficiente que la otra, dadas las barreras y limitaciones que supone la posibilidad de comparar entre sí fenómenos mentales de distinta naturaleza. ¡Válgame Dios, entonces, si alguien se atreve a afirmar que la Ciencia es superior al Arte! Se trataría de una falacia, cuya ilogicidad no se mantendría en pie en cuanto la sometiésemos a un exámen más profundo.
            El primero de los argumentos cae por su propio peso al acotar la funcionalidad de ambas manifestaciones en terrenos concretos de la experiencia de vida del Sujeto, un paraqué que nos remite claramente a dos ámbitos bien diferenciados: el del conocimiento formulable y demostrable, ligado fundamentalmente a la razón, y el de las emociones y sentimientos humanos referenciados a esa extraño y cada vez más conocido órgano mental, que no sólo músculo, que llamamos corazón. Es verdad que el cerebro, sin duda alguna, tiene una fuerte implicación en el acontecer de la consciencia del Sujeto, pero no sólo él. Ya la moderna neurocardiología -no entraremos ahora aquí por su prolijidad a debatir sobre este asunto- viene demostrando desde hace algún tiempo el papel relevante del corazón en muchos de los procesos vitales de conocimiento y toma de decisiones sobre el Mundo en que vivimos.
            Los fenómenos que suceden en éste son complejos y diversos para el Sujeto, como diversa y compleja es su propia psique. Pongamos un ejemplo sólo: a nadie se le ocurriría tratar de comprender y amar a otra persona empleando únicamente el instrumento de la razón, que seguro es muy válido para otras muchas cosas. Más que pensar, por tanto, en "hegemonías", habría que hacerlo sobre "singularidades complementarias". Ya lo dijo el pensador del siglo XVII Blaise Pascal: "El corazón tiene razones que la razón a entender no alcanza". La Ciencia sirve para y hasta donde sirve y el Arte ocupa un espacio que nadie que no sepa vibrar a su compás logrará entender y compartir. No diré nada más -en otro artículo anterior hice referencia a ello- acerca de la manera de percibir y procesar de cada unos de los dos hemisferios cerebrales, que por lo por demás nos proveen de una pauta clara para que podamos comprender y experimentar tales productos mentales de la Ciencia y del Arte. Para muestra un botón: Las olas, por ejemplo.
            Analizadas desde un punto de vista científico, las olas -véanse las marinas- son consecuencia de la propagación del movimiento entre dos medios, el aire de la atmósfera y el agua del mar. Se producen entre otras causas por los cambios de presión atmosférica sobre la superficie líquida y por el rozamientos del aire, que genera ondas capilares o gravitacionales, unas más leves y otras mayores, según la presión ejercida sobre la lámina de agua. Ahí queda eso, pues a "buen entendedor, pocas palabras bastan".
            Pero podríamos decir muchas otras cosas sobre el Mar y el Viento y la criatura que crean entre los dos. Veámoslo a través de un texto poético de mi autoría (curiosamente escrito antes y generador de este artículo que hoy traigo a EnR) con el fin de ilustrar didácticamente el significado dado a una forma diferente de mirar el fenómeno físico de las olas. Se titula así: "El cuento del Mar y el Viento"

Abrió el Mar sus feroces fauces
frente al Viento
y se lo tragó en un instante
de furia
Bajó entonces el Viento
airado
al vientre de tan inmenso monstruo
y le retorció todas sus tripas
tirando de ellas hacia el cielo
Subieron y bajaron los dos
sin cesar
en loco frenesí de abrazos rotos
tantas veces
que al final fue imposible distinguir
quien era el Mar
 y quien el Viento





En las trincheras

... de La Red
       Ésta es la historia de Aamir, un niño de cinco años que ha sido obligado por la crueldad de algunos señores a vivir en una trinchera donde las balas son los sonidos que oyen sus oídos. Aamir agoniza, poco a poco, su pequeña y corta vida se le va con cada respiración - el aire es irrespirable debido a los ataques biológicos, así como a los bombardeos que no cesan -, su pequeño cuerpo ya no tiene fuerzas y ha caído en la inconsciencia, lugar donde no se siente dolor ni temor.
       Su inconsciencia le lleva a unos recuerdos muy queridos, a su casa, donde sus hermanos y padres lo miran orgullosos de su gracia, de su buen humor y de su alegría innata. Padres que trabajan el campo, respetuosos con la tierra que les da de comer y amantes de sus hijos; hijos que estudian para labrarse un mejor porvenir para todos y por las noches se sientan juntos para cenar y compartir sus vivencias, alegrías o tristezas. Una familia más entre las miles de familias en el mundo, a lo largo y ancho del planeta.
       Vidas truncadas sin saber por qué, a la merced de unos señores que decidieron que la vida de esas esas personas les pertenecían y como consecuencia llegaron a la conclusión de que si las aniquilaban no pasaba nada, serían daños colaterales en medio de ese terrible escenario que acababan de crear, la guerra. Así empezó una carrera sin fin de años de horror, de sufrimiento, de miseria que aún siguen padeciendo en sus carnes las personas que viven en las trincheras, temblando de terror cada segundo de sus vidas y esperando que la muerte venga a salvarlos de ese terrible escenario.
       Esos señores que solo saben crear guerras, fabricar armas y generar caos a su alrededor, son almas enfermas que viven a lo largo de los cuatro puntos cardinales del planeta. No les importa si las personas viven o sufren; las personas que no han muerto físicamente están siendo torturadas psíquicamente en medio del caos con la muerte haciendo de su sombra. 
... de La Red
       Para la gran mayoría de los seres humanos estas barbaries son inconcebibles e inhumanas, ya que la vida humana es sagrada y debemos respetarla y no es una moneda de cambio de compraventa como esos señores piensan, ya que a ellos solo les mueve el poder y el dinero, pero tienen sobre su conciencia la muerte y la miseria de miles de seres humanos que han dejado en la cuneta viviendo en las trincheras.
       Aamir, sale de su inconsciencia, se remueve en las trincheras, cubierto de tierra mojada y piedras que se clavan en su pequeño cuerpo, y vuelve a vivir esa pesadilla de horror y dolor, incomprensible para él; llora desconsoladamente porque se ha dado cuenta de que su familia se ha ido, se siente solo y abandonado.
       Su dolor y desesperación es tan grande que vuelve a caer en la inconsciencia, pero esta vez, vive el reencuentro con sus padres y hermanos que les sonríen y le esperan. Él se levanta y se dirige hacia ellos, no siente dolor ni tristeza, solo una gran alegría de volver a estar con su familia. Vuelve su mirada hacia atrás y se da cuenta de que ha dejado las trincheras que como otros muchos compañeros, sonríen y se van felices porque para ellos se acabó el infierno.
       Mucha gente sigue sobreviviendo y agonizando en esas trincheras esperando que su sombra, la muerte, les lleve con sus familias y amigos, sin comprender por qué nadie les ha ayudado.
       ¿Cuánto vale el poder y el dinero? Me pregunto, al ver tanta destrucción, miseria, heridas que jamás cicatrizarán, vidas sesgadas…; trincheras empapadas de sangre y llantos de tristeza, también Madre Tierra llora y clama al cielo. Los corazones de hierro, esas almas enfermas son los verdugos que quitan la vida y la alegría a miles de personas a lo largo y ancho del planeta, pero esos verdugos que han perdido el perfume de sus almas deben saber que las miles de almas que sufren y que se han ido, elevan una plegaria sincera de perdón para que la paz vuelva a la tierra y a la Humanidad entera.
       La voz del pequeño Aamir es la voz de todos los niños y víctimas que se han ido y que siguen luchando por sus vidas, voz que seguirá viva y cada día se alzará más y más, hasta los confines del universo, hasta que los responsables de esos crímenes y de esas trincheras paren las guerras, las masacres, las violaciones para que la Humanidad entera pueda celebrar la victoria de la paz sobre la guerra.
... de La Red
       No hay poder en el universo más grande que el amor y el perdón y no podemos olvidar que los seres humanos estamos hechos de esas esencias. Esas almas enfermas solo desean poder y dinero, qué pobres son al vivir esa falsa ilusión, jugando a ser dioses del averno, donde el egoísmo y el ego acompañan a su cortejo creando sufrimiento y terror.
       La voz del pequeño Aamir se alza en una plegaria de melodía de paz para la Humanidad: 




          Miradas que reflejan el horizonte,
          miradas limpias y sonrientes,
          Caminan juntas en un verde bosque
          de flores silvestres y canciones.
          Han quedado atrás las trincheras,
          tumbas de cuerpos vacíos porque
          tus almas han volado hacia
          un lugar de reencuentro con
          familiares y amigos, 
          donde la sonrisa da la bienvenida
          y esos héroes que han dejado sus vidas
          para enseñarnos a todos, que la vida
          hay que respetarla y que no hay poder ni dinero
          que los sillones de oro puedan comprar. 
          La voz del pequeño Aamir se alza
          en esta canción de alegría y paz,
          para hacer desaparecer las trincheras
          y esos crímenes atroces enterrar
          para siempre jamás.
          Esos héroes se han ido y nos 
          han dejado la enseñanza de que no 
          es buena la venganza sino 
          sonreír y perdonar con el alma. 
          Héroes que con su silencio, 
          con su valor y con su coraje
          han cerrado sus ojos para que
          nosotros podamos continuar
          el compromiso de firmar la paz
          para que otros padres y hermanos
          puedan estar juntos por siempre jamás. 



... de La Red


       El canto de los pájaros simboliza a la voz de los niños, símbolo de liberación y libertad, que cada día nos alegran las mañanas con sus cantos y revoloteos.
       Todos nosotros debemos a esos héroes del silencio nuestro compromiso de lucha para restablecer y reconstruir la paz y lugares donde los niños junto con sus familias puedan vivir, jugar y reír y nos alumbren son esas sonrisas como soles para que el futuro de la Humanidad sea vivir en paz y nunca más en las trincheras.



... de La Red





De TBO

... de La Red

Puedes ser Filemón o Mortadelo,
dar rienda a cualquier historia
y no pongo en duda los valores,
como un TBO cada día,
desde la raíz das luz al guión.


También Mafalda urde tu lado irónico,
y sigue latiendo en cada arteria
la juventud de aquel Tintin.


Caminas los paisajes con el ojo avizor,
un rastrear de perro fiel
y el extra de sensible a la injusticia.


La palabra va y viene libre,
fluye el espíritu de Supermán.
En cada verso
vuela un as de corazones.


Si alguien te dibuja soledades,
la vida llama en mil series.
Abre viñeta a contra miedo,
pon los tres puntos…
continuará.



Blowing in the wind

... de La Red


El viento en la tarde, y al otro lado del agua el barullo.
Cuando la vista de la torre baja, la calle se enciende.
Mis dedos reflejan arpegios sobre las teclas del piano
mientras el silencio sigue en el base de toda armonía.

El viento reclama una atención de desesperanza y furia
ante el brocal del pozo de las voces, antiguas, eternas
ahora, y siempre. Siempre caen sobre mí los lamentos,
la rabia, el llanto de cuantas almas hollaron la tierra.

El viento me lleva al otro lado del agua de la vida.
Todo el mal, todo el bien que se hizo está, allí, en la oscura
cabeza del pozo a la que yo llego con esta barca

de palabras podridas por el tiempo: despacio, temblando.
Me interno en la muerte, sobre la bruma de los pensamientos…
Arrojo las redes sin esperanza. Las llamas se alzan.







El Espejo



...de Google
          Sentado frente a ese cristal que tanto relumbra, veo sin embargo pasar una sombra imperceptible delante de mí. Me abruma su negra presencia, y a la vez me espanta pensar que me vigile desde ese translúcido baluarte, tras el cual pareciera esconderse la propia muerte.
         Suelo pararme a menudo ante él, para matar mis ratos de aburrimiento, que son muchos; pues en esta hora de mi vejez el tiempo sobra y se expande y se pavonea, haciéndose dueño de todo el espacio del que dispongo. Y como yo no soy sino un reflejo de mi mismo, algunas veces sin contenido que percibir, acabo por convertirme en el apático transitar del propio Tiempo: ¡qué aburrido carnaval, sin fiesta de carnaval! -me digo-.
            Además, quisiera haceros partícipe de mi impotencia por librarme de la compañía de tal Espejo, por más que lo intente. Tanto es así, que últimamente incluso se atreve a hablarme, aunque yo no le pregunte nada; y creedme: nunca, por más ocioso que esté, deseo conversar con él, aunque a veces su insistente monólogo acabe por colmar mi paciencia. Le oigo decir, por ejemplo:
            --¿Estás triste, verdad? ¡Qué insoportable es la vida del anciano! Sin nadie con quién hablar; solo y abandonado de la diosa Fortuna. Porque dime si no: "¿qué tal andas de salud, viejo?"
            --¡Calla ya, maldito azogue! ¡Déjame en paz! -le contesto enfurecido-. Aunque demasiado sé que todo cuanto diga es inútil.
            Es pertinaz el reflejo de este pequeño yo que parece morar dentro de mí, como si de mí mismo se tratase. Y luego, está también el sempiterno dios Tiempo: ¡tan continuo en mi consciencia...! Todo parece conformar una inevitable encrucijada: unas veces el atiborramiento de las imágenes y palabras encadenadas, y otras, por el contrario, esa inmensa y seca llanura sin un sólo árbol que contemplar. Qué debo elegir, si es qué puedo -me pregunto-. Y pasan las horas muertas y acabo por dormirme en el sofá que a menudo ocupo: nada encomiable, por supuesto.
            Y al cabo de un buen rato, cuando parece que he descansado un poco y me despierto recuperado... ¿Quién creéis que reaparece ante mí?

Lazos en el aire

... de La Red
Cuántas palabras y plegarias,
cuántos sentimientos y pensamientos
lanzados al aire
absorbemos y respiramos a través
de la piel porque el aire
nos atraviesa y gracias a él,
vivimos.


Lazos de sentimientos de odio y de perdón,
lazos de pensamientos duros y de amor,
lazos de palabras de indiferencia y de pasión,
lazos de plegarias, huecas y profundas.


Lazos que tejen al viento
los profundos sentimientos y pensamientos
de los habitantes de la Madre Tierra,
buscando soluciones, sueños y quimeras.


Lazos que se mueven al ritmo del viento
y nos devuelven sus melodías
en canciones o baladas,
oyéndose sus lamentos o sus risas
y haciéndonos sentir, tristeza o alegría.


Lazos que nos reclaman nuestra bondad y humildad
para que esas plegarias sean atendidas
y poderlas transformar en risas.


Lazos que como un mandala
que todo abarca con amor y paz
acaricien a la Humanidad y a la Naturaleza.


Lazos de respeto para todos los seres
y sus diferencias.
Lazos de perdón para curar heridas abiertas,
lazos de belleza para que la plegaria
por la Madre Naturaleza y por la Humanidad entera,
se cumpla y podamos juntos vivir
en la Luz, la Armonía y por fin, sonreír.



)

El hombre y la tierra

... de La Red

Estoy sentado en una piedra, la vara sobre mis rodillas, el sombrero en la cabeza: la paja sobre mis pensamientos.
El mundo desciende muy despacio, hasta un pueblo en volandas de una luz casi alba: los recuerdos no tienen fisuras.
Hay un gran abejorro negro, monstruo pleistocénico en mis ojos, con ruido de helicóptero averiado: la flores tiemblan de gozo.
El frío del noctámbulo persiste. Las orejas del perro descansan. Las paredes, una sombra gris: esto es el mundo salvaje.
Y de repente un batir de alas sobre la piedra, hasta conformar un águila real: miramos el esplendor en plumas.
Los ojos no son humanos, hay una herida de siglos, una determinación endémica y sorpresiva: escalofríos en un cáliz vacío.
El tiempo se detiene allí, en aquella estampa de tiempo, como una vieja migaja perdida: luego el vuelo rompe todo.
Cada día ocurren estos milagros en el viejo jardín recóndito, sin que exista causa alguna: de la nada, los sueños.





Conclusión errónea

... de La Red

              La casa tirita,
              como mi alma:
              descalzas habitaciones en blanco,
              ojo en su error.


              La luz rueda.
              Como una alcoba gime
              estatua hermética abajo,
              desde todas las sombras.

              La pata de una silla.
              Como sangre
              en la consciencia,
              allá en lo mustio.


              Y el arco,
              con un ala extendida
              sobre la copa vacía,
              en la inmensidad.


              La cama sueña
              con un remo teñido.
              ¡Ah gris hermético
              de todos los mundos!

              La lumbre y yo
              ondeamos de soledades,
              butaca del eterno,
              hasta una forma elevada.


              Así la hormiga y el grano.
              Llenamos
              la tarde límpida
              de promesas: antes lluvia.



Juego poético a todo color

... de La Red




Para Enrique Gracia Trinidad
y sus discípulos









          Si el azul lo quemó Enrique
          por Gracia y para desgracia
          de poetas de alambique,
          que hacen miel de la falacia.

          ¿Que haré yo que al mar le canto,
          a tus ojos coloridos
          y si la vista levanto
          vuelvo a bajarla perdido?
          Trinidad devuelve al cielo
          su color tan denostado,
          y al rojo quema sin duelo,
          por ser verso derramado.









Danza de los cuerpos

...de Google
Deja que tus brazos
se orienten hacia los míos
sin dudas ni medidas
que tus gráciles manos
enarbolen el noble ingenio
de tu dulce corazón.
Y ven hacia mí
que quiero navegar tu vientre
oculto paraíso virgen
          de negras flores coronado:
          ¡Oh, diosa de la oscura noche!


          Allí donde nuestros cuerpos permanecen
          apenas sin ser vistos
          y nuestras almas
          árboles de entrelazadas ramas
          se deshacen poco a poco
          en la corola de un sueño ardiente
          allí donde los pájaros fugitivos de la carne
          nos entregan su último viaje:
          una danza inacabable
          de muslos y brazos que serpean
          sin rendirles cuentas a nadie.


          Allí donde todo se culmina
          en arrullos suspiros y lágrimas
          cantos de risa y llanto
          de un efímero amor errante.

Ataque poético

Hervideros- Lanzarote
Foto Ana Galán

La vida es cuenco
lleno de luz.
Vierte la sangre
en rojo sucio.


Coloca el búnker,
brazos en alto,
rifle en los dedos,
bebiendo el cóctel
que sabe a lucha.


Asoma el ojo,
letra a palabra,
yo y los demás,
dispara el verso.
Toca a quien sufre,
dolor y rabia
llora tu letra.


Un suma y sigue,
nuevo disparo
de yo contigo.
Pugna la imagen,
quitar del medio
lo que se siente.


Hoy más que nunca,
casi imposible
borrarse amor.


Busca otra bala
y sin razones:
muerte al poema.

Antología Anual 2016


Un montaje de
Óscar Rodrigañez y Pilar S. Tarduchy
Gracias, amigos,

La dialéctica poética: La Poesía y el poeta


...de Google

          Como afirma Víctor Vich, lingüista y profesor de literatura de la Pontifica Universidad Católica del Perú (PUCP), al realizar un análisis sobre todo lo que rodea o da sentido al concepto formal de Poesía, ésta intenta decirnos algo acerca de tres aspectos fenomenológicos que se muestran relevantes ante nuestro ojos. Y así viene a sugerirnos preguntas (que por su propia naturaleza no puede contestar o dilucidar del todo) en torno a tres centros de atención que tocan de lleno nuestras fibras sensibles como seres humanos. Viene Víctor Vich a decirnos a este respecto lo siguiente:
             "La Poesía dice algo sobre el Sujeto, acerca de los vínculos del Sujeto y sobre el propio Lenguaje".

            No se trata -según él autor de este discurso- de definir qué es Poesía, sino más bien de dar pistas acerca de hacia dónde apunta ésta. Y realmente estas notas que aquí se citan me convencieron, como aprendiz de poeta que soy (entre otras cosas por coincidencias lógicas y sentimiento emocional), de que podemos hallarnos ante un sendero claro a recorrer para acertar a comprender su impreciso alcance, pues, finalmente, la Poesía dice o quiere decirnos algo con relación a una sustancia en el fondo in-decible, que para mí encarna la propia esencia del Sujeto que todos somos.
            La Poesía nace del propio Sujeto y acaba en él dejándonos siempre llenos de extrañas resonancias, misterios que escapan a nuestra comprensión lógica al situarse en una dimensión que está más allá del Mundo corpóreo que percibimos por medio de nuestros cinco sentidos. Y esto tiene que ver mucho -a mi juicio- con la naturaleza singular de nuestro complejo cerebro, cuyos dos hemisferios sincronizados, aunque nos proveen de una visión en apariencia coherente con el Mundo, en realidad nos permiten llegar a percibir como mínimo dos visiones distintas de esa misma Realidad: disponemos de un cerebro lógico-analítico-secuencial que se dirige por medio de signos hacia lo aparente, y un cerebro ana-lógico-holístico-emocional, que se dirige hacia lo in-tangible, usando para ello el arbitrio de los símbolos.
            La Poesía, la literatura en general, la música y el resto de artes creativas trabajan con este último tipo de sintonías; podríamos decir que escrudiñan, tantean un poco a ciegas, qué puede ser aquello que presentimos más allá. Y justo al recalar aquí, viene a mi mente la "filosofía del límite", un aserto sistémico-conceptual de uno de los más grandes filósofos que ha dado nuestro país: Eugenio Trías. Proclama este gran pensador que el hombre es "un ser fronterizo", que vive su existencia sumergido entre dos "cercas": la hermética o sagrada, y la del parecer, que corresponde al mundo que llamamos real; no prioriza ninguna de las dos, pues justo considera el filósofo que hemos de vivir por naturaleza necesariamente entre ambas. La primera nos devuelve una visión de todo lo misterioso que hay tras del Mundo; la segunda nos lleva hacia el mundo fenoménico de lo tangible o profano; el límite se hallaría en medio de las dos. Por tanto, según lo expuesto hasta ahora, al poeta se coloca casi siempre frente a la cerca hermética, intentando adivinar qué es lo que la trasciende, una empresa por demás imposible de alcanzar desde una posición material y profana. Y lo curioso del caso es que hoy en día tenemos nuestra mente enormemente focalizada, justo en el lado contrario: en lo profano; hasta el punto de llevar a cabo un constante ejercicio de sacralización de tal Objeto. Hemos des-balanceado uno de nuestros dos hemisferios cerebrales, dándole máxima prioridad al izquierdo, en detrimento del derecho. Así nos baila la existencia en el marco de las modernas sociedades humanas, según alcanzo a comprender.
            Mas no quiero apartarme demasiado de las acertadas reflexiones del profesor Víctor Vich, cuando a la Poesía se refiere, aunque para llegar hasta ellas y encuadrarlas posiblemente en una visión algo más amplia, haya considerado necesario adentrarme primero en el panorama teórico expuesto hasta aquí.
            "La Poesía dice algo sobre el Sujeto", señala parte de lo que hemos enunciado ya, al referirnos a la posición del Sujeto frente al Mundo. Y lo que afirma Víctor Vich es que la Poesía nos presenta a un "Sujeto" siempre "sujetado" a un algo: una infinidad de condicionamientos que el poeta canta en sus versos, hablando de la limitación de este encadenamiento que constantemente lo maneja y a través del cual añora su liberación. Ello pone en valor el cuestionamiento del tan canonizado libre albedrío, que la neurociencia actual rechaza cada vez más.
            "La Poesía dice algo acerca de los vínculos del Sujeto", viene a significar una ampliación de parte de lo anteriormente expuesto. El Sujeto está atado al vínculo físico y mental de sí mismo, al de los otros y al de la sociedad en su conjunto. Aquí toma cuerpo trascedente, por ejemplo, la poesía amorosa, de importancia capital en el quehacer del poeta; igualmente la poesía social y de denuncia, las cuales apelan respectivamente a la necesidad de compañía, la primera, y de justicia social, la segunda, en un Mundo cada vez más deshumanizado.
            Y, finalmente, "la Poesía dice algo sobre el propio Lenguaje". Lo hace visible y lo representa como un artefacto incompleto, defectuoso, impotente para poder expresar con palabras una Realidad que se le escapa, pues está mucho más allá de la cerca hermética a la que se refiere Eugenio Trías. Las palabras del poeta, aún a pesar de usar constantes metáforas (un lenguaje elevado sobre el propio lenguaje) no pueden plasmar sino borrosamente esa Realidad que mora sustancialmente fuera de "la Caverna", en palabras del filósofo Platón.
            De modo, que el poeta se queda siempre en la antesala de "Algo" que se sospecha mucho más grandioso y perfecto que el Mundo profano de los sentidos. La Poesía, a través de las manos de éste, en esa dialéctica nunca acabada, llama una y otra vez a la puerta sagrada y clausurada de lo in-decible. Y para ello el escritor tiene que dejar casi de lado el lenguaje de los signos para pulsar el de los símbolos, rozar con su alma, si cabe, una estructura mental lógico-emocional con la que aquella está enormemente entrelazada: el muy elevado lenguaje de la Música, aunque sea a través de las palabras.


 Nota: No hago reseña textual acerca de las ideas del profesor Víctor Vich, sino referenciándolas a un video personal subido a YouTube de una de sus clases. Sólo una parte de las que aquí se plasman tienen que ver con ello. El resto de lo que se expone es una reinterpretación y ampliación mía de otras que considero se entrecruzan con dichos conceptos y forman parte de mis reflexiones personales.. 

Los ojos de ella parecen decir

... de La Red
Y cuando cae la calidez del cielo; la luz carboniza,
en la linde. Y el aire parpadea en la piel;
a la vuelta, en el vórtice.


Y la tengo abrazada a mi árbol; sus ojos resplandecen,
besan mis manos. Y si sangro dorados hilos de palabras;
las piernas recoge, la cabeza ladea.


Y pongo la poesía en la ventana; ella se sienta,
mira el libro. Y sigue mi voz como en sueños;
una música angular, un tañido huérfano.


Y entro también yo en el círculo; la ansiedad cae,
desde lo alto. Y llega una calma de mansedumbres redonda;
es la ternura, borde y rumbo.


Y La Cari se tiñe de negro; es la heredad,
junto a nosotros. Y los ojos de ella parecen decir
que me quiere, que nos queremos.



Viernes

... de La Red
       Es viernes, otro fin de semana…
       Tengo que matarle.
       Desde que llegó, hace ya una eternidad, mi casa se ha llenado de humo denso y negro.
       Apenas puedo ver algún rayo de luz por las ventanas.
       Mi psiquiatra me ha icho que aproveche esos momentos de luz, que lo analice y lo anote, escriba las fechas y la hora, lo que está pasando entonces, que lo registre todo como un historiador.
       Dice que eso me ayudará a saber quién es y por qué ha venido.
       Pero yo no veo nada. Todo está oscuro.
       Antes me gustaba escribir, ahora ya, desde que mi mujer me acusó de maltratador para quedarse con el piso, no siento ganas, no puedo.
       Maltratador psicológico, había dicho para suavizarlo.
       De eso hace ya meses.
       No. Mi psiquiatra dice que no debo emplear la palabra no puedo, que la cambie por me cuesta trabajo. Si, .me cuesta mucho trabajo localizarlo.
       - ¡Cuando le encuentre...!
       No distingo la noche de los días que van pasando, lentos, pero cuando me doy cuenta ya son meses… por la noche apenas duermo, se me cae la soledad encima mientras mi mujer se va a otro cuarto, yo me rasco la piel como un poseso.
       Tengo que ir al médico o ponerme guantes para dormir. Sé que esa no es la solución. La solución es encontrarle y matarle. después quedaremos los dos solos y podremos reencontrarnos.
       Volverá conmigo y ya no comerá sola.
       Quiero que vuelva a cantar y saltar como lo hacía antes.
       Hace muchos años que soy calvo, pero eso no me preocupa.
       Esta mañana ella me ha tirado un peine. No era para peinarme.
       Quería que me mirase en el espejo, que me sintiera calvo, pero en el aseo no había ventanas, todo estaba oscuro.
       Encendí una vela, pude ver su rostro, como cada mañana, buscando una ilusión, pero el humo enseguida lo apagó todo.
       No necesité decir nada. Mes escupió una mirada como si fuese un beso de despedida. Cerró de golpe la puerta de la calle y yo me quedé en sombra.
       Cuando vinieron a buscarme los del Samur, para internarme lo primero que se me ocurrió decirles fue que yo no era un maltratador.
       No me hicieron caso.
       Por el espejo retrovisor de la ambulancia le vi.
       - ¡Es él!
       El golpe fue brutal. Varios coches chocaron en cadena. Pero no hubo muertos.
       Cuando me vio el psiquiatra yo tenía aún la mano ensangrentada. Me puso una inyección de no sé qué y no sé cuánto tiempo llevo muerto. Mi mujer está a mi lado, me caricia la mano vendada y hay luz en las ventanas.
       Ya estoy en casa.
       Creo que no es un sueño.
       Es otra vez viernes.
       La veo saltar y cantar, no sé si es que piensa que ya estoy muerto, o porqué he resucitado y soy el de antes.
       Será un descanso para ella, pero el otro, el fantasma, ese sí que ha muerto en el accidente.
       Por fin le he matado.
       Ha retirado la denuncia.


El poema es de
José María Garrido de la Cruz

El puzle de nuestra vida

... de La Red
       Para terminar con éxito el puzle de nuestra vida y alcanzar la puerta de salida del laberinto de nuestra historia, tenemos que observarnos a vista de pájaro para ir comprendiendo y sintiendo nuestro cuerpo físico, emocional, mental y espiritual en toda su grandiosidad.
       Cada uno de nosotros somos los artesanos de las piezas de nuestro puzle, siendo responsables de nuestras acciones y, por ende, de sus consecuencias. A veces, por miedo, por no tener valor de cambiar nuestra existencia, hemos decidido fabricar piezas de egoísmo, de ignorancia, de apatía lo que genera el exilio de nosotros mismos porque no hemos querido saber nada de nuestra grandiosidad y hemos olvidado nuestros sueños y deseos por diferentes razones y, como consecuencia, nos sentimos vulnerables por haber perdido la confianza al enterrar la valentía y la voluntad en el pozo de la soledad y del sufrimiento.
       Los guardianes de nuestra vida y de la naturaleza habitan en las ciudades, en los pueblos, en las montañas, en los bosques, en el mar… espíritus o seres invisibles que nos rodean para ayudarnos sin cesar; unos los ven, otros los sienten, otros los niegan y hay otros que ni lo uno ni lo otro, según sus creencias y experiencias. Seres invisibles que nos ayudan con sus preguntas cuya vibración sentimos en nuestra conciencia. Miles de silencios que siguen a esas preguntas por desconocimiento o por no querer saber. Preguntas que nos alumbran como farolillos si deseamos ahondar en nuestra alma, pero si cesamos en la búsqueda, los farolillos se apagarán ya que no sabemos hasta donde podemos avanzar ni cuán largo puede ser nuestro camino.
       El laberinto de nuestra historia está plagado de trampas tanto físicas como psíquicas: enfermedad, depresión, apatía hacia las cosas sencillas de la vida, y qué decir de las cosas más significativas porque nos ahogamos en un mar de confusiones y miedos y no llegamos a tomar decisiones. Tenemos miedo de cruzar la línea, tenemos miedo del cambio, tenemos miedo a salir de nuestra zona de confort, porque nos hemos acomodado en nuestra pequeña burbuja prefiriendo vivir ahogados en esas emociones que nos hacen vulnerables y frágiles, olvidando que a veces una lágrima puede elevar el alma y la autocompasión puede crear un surco tan profundo que será muy difícil salir de él. Se requiere determinación y esfuerzo para romper la burbuja y bajar al pozo de la soledad para recuperar la voluntad y el coraje, imprescindibles ambos, para volver a encontrar la dirección del camino.
       Hemos vivido con muchas sombras, cadenas, miedos, tradiciones y costumbres, hasta tal punto que se han hecho nuestra segunda piel, sin pararnos a reflexionar si esas piezas que hemos fabricado procedían del amor, de la verdad, de la honestidad o del miedo a Vivir nuestro destino.
       Nuestro puzle se compone de miles de piezas y cada día van cambiando según nuestras decisiones y con el paso del tiempo nos damos cuenta de que mantenernos en nuestra zona de confort, con esa pasividad, no trae nada bueno a nuestra vida. Cuando nuestros ojos saben ver detrás de las apariencias, cuando la alegría falta en nuestra vida, es el momento de reflexionar y decidir ¿qué es lo que deseamos en nuestra vida: armonía o discordia? Pregunta difícil cuya respuesta está en la voz de nuestra conciencia.
       No podemos seguir haciendo oídos sordos a nuestro corazón, a la voz de la naturaleza, al despotismo o indiferencia de los señores que gobiernan ni al pueblo que sufre en un medio social de miseria y tiranía. Nos dirigimos hacia un mundo de ciencia ficción, un mundo de robots, un mundo donde las máquinas tomarán posesión de la vida dejando en la cuneta a millones de seres, un mundo donde lo material prevalecerá sobre lo social y lo humano. Hay que reflexionar y no seguir avanzando por ese camino. Camino donde las personas pierden su dignidad y sin dignidad nos convertimos en androides. No podemos sucumbir a la violencia, a la rigidez de pensamientos, a las injusticias sociales o personales y debemos ser implacables en la lucha por la paz, por la justicia, por el amor y por el perdón para así crear un mundo mejor.
       Hay que alejar sentimientos de mediocridad, tener la voluntad de sacudir la inercia, la apatía, la desidia que ahogan nuestras vidas, vidas de angustias, de miedos, de temores y de dudas provocadas por esas emociones que nos incitan a quedarnos en lugar de salir a buscar nuestro destino, San Agustín dijo: “avanza sobre tu ruta, ya que ella solo existe por tus pasos”. Si deseamos avanzar tenemos que ser los alquimistas de nuestras vidas para lograr nuevos retos y sueños y llegar a nuevos derroteros, transmutando por medio de la alquimia del corazón los pensamientos rígidos, la apatía, el ego, el egoísmo… en entusiasmo, coraje y ganas de luchar.
       El laberinto que es nuestra historia, contiene las memorias del mundo, las pasadas y actuales. Todos los seres humanos tenemos nuestra psicología personal y nuestra sensibilidad debido a nuestras experiencias y por el contexto social en que nos movemos y vivimos. Hay que buscar la unidad y dejar a un lado la división, unidos venceremos, divididos nos vencerán. Todos tenemos la obligación y la responsabilidad de crear un universo a nuestro alrededor de paz y amor.
       No podemos olvidar que con nuestro libre albedrío Dios nos dio la libertad, y nadie tiene derecho a quitárnosla; en el gran puzle de la Humanidad, la libertad y el respeto son las piezas principales para vivir en el principio sagrado de la Unidad, aunque para algunos, la sabiduría del alma es locura para el ego humano. El laberinto tiene su salida por la puerta del corazón de cada ser, que es, la puerta principal del retorno a nuestra Casa, el amor nos conduce al Amor. Una vez pasada la gran puerta del retorno nos encontramos que ya no hay cargas emocionales sino otros nuevos horizontes, donde el amor, la paz, la sabiduría son los pilares de ese nuevo alba, de esa nueva vida.




Algunas sabias palabras




“Pensar sin aprender es esfuerzo perdido; aprender sin pensar, peligroso”
“Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí”
Confucio



“El riesgo de tomar una decisión equivocada es preferible a la parálisis de la indecisión”

Maimónides

“Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”

Pitágoras


“El orgullo divide a los hombres, la humildad los une”

Sócrates


 “La máxima victoria es la que se gana sobre uno mismo”

Buda


La red del desierto


Un montaje de
Óscar Rodrigañez y Pilar S. Tarduchy



Gracias amigos.

Momentos

Muy muy pronto estaremos de promoción. 


Arde la sierra de Santa Cruz de la Sierra
Foto tomada el 12/04/2016

Arde la sierra de Santa Cruz de la Sierra
Foto tomada el 12/04/2016











































































       Y para terminar, como estamos en Semana Santa, y la tradición manda, pues que me he preparado una torrijas. Tranki, amigos, que no me he vuelto majara, ni nada de eso, que recuerdo que soy diabético. Así que son torrijas para los que no procesamos bien los glúcidos. Básicamente se sustituye la leche por bebida de soja sin nada de azúcares. ¿A qué parecen de verdad? Y están de buenas...