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Hoy es
Presentación del poemario "Vientos del verso".
Presentación del poemario "Vientos del verso" de Antonio Portillo Casado.
Presenta: Enrique Gracia Trinidad.
Viernes 4 de mayo 19:00h.
Biblioteca Eugenio Trías.
(Antigua Casa de Fieras de El Retiro).
Paseo de Fernán Núñez, 24. Madrid.
Presenta: Enrique Gracia Trinidad.
Viernes 4 de mayo 19:00h.
Biblioteca Eugenio Trías.
(Antigua Casa de Fieras de El Retiro).
Paseo de Fernán Núñez, 24. Madrid.
la tarde revisa
La tarde revisa, con calma, los versos abatidos del poeta. Su extraña luminosidad se apaga en confusos laberintos. La melancolía del atardecer, apenas, tiene respuestas a tantas preguntas sin responder, no sabe cómo aliviar el desconsuelo de aquellos versos carentes de alma, la nostalgia de las palabras se difumina entre el color rojizo del cielo, dejando tenues destellos azules en los cristales de las ventanas que contemplan difuso el horizonte, sólo consiguen ver ausencias grises, recuerdos vagos agazapados en rincones olvidados por el poeta.
Sus ilusiones ya murieron y, enloquecido, llena páginas y páginas con palabras vacías, con sueños que nunca pudo disfrutar, porque la mayoría jamás les pertenecieron, fueron simples alucinaciones de su mente enferma, prisionera de un amor inexistente.
La tarde trata de consolarle, le entrega emociones de otros tiempos, le trae consejos de seres queridos que también partieron al olvido, músicas que le acompañaron en momentos especiales, dichosos. Trata de dictarle, con toda la ternura posible, versos nuevos que le hagan olvidar todos los fracasos y las decepciones que el destino fue poniendo en su vida. Los consejos del atardecer le secan las lágrimas amargas, acariciándole el alma atormentada, tiene que sacarle del abismo y guiarle por la senda definitiva.
Sin embargo, tiene miedo de abandonar su soledad, no consigue escapar de su dolor y continua, compulsivamente, llenando páginas con palabras rencorosas que, lentamente, le empuja al abismo de la locura. Se niega a contemplar las bellezas que le entrega el atardecer, las nubes siguen dibujando hermosas formas rojizas, llenas de tiernos poemas en los que descansan aquellos seres tan amados. Sin embargo, el poeta no comprende aquellas estúpidas insinuaciones y su corazón, abatido, se consume entre las cenizas de sus enloquecidos versos.
Somos polvo en el universo
“¿Quién eres, ese niño asustado o ese hombre que impone su voluntad sin mirar atrás?”. Me sobresaltó esa pregunta y no supe qué contestar. La he oído tantas veces... y tantas respuestas he buscado pero aún no la he encontrado.
Como no tengo amigos, cada atardecer después del trabajo, me siento a ver el mar, el vaivén de las olas que como mis pensamientos vuelven una y otra vez -el tiempo pasa sin descanso como la vida, somos polvo en el viento y cuerpo en la tierra, que irreal parece lo real-. De nuevo oigo esa voz: “a preguntas vivas, respuestas vivas”.
De vuelta a casa, caminaba por ese camino que recorro cada día al atardecer, me gusta recordar una frase de Omar ibn al-Jayyam “Lámparas que se apagan, esperanzas que se encienden: la aurora. Lámparas que se encienden, esperanzas que se apagan: la noche”. A mi manera, saludo también al nuevo día en el otro extremo y a éste atardecer, le deseo felices sueños.
Pensaba en Persia, cuna de grandes pensadores y personajes, entre otros muchos, Avicena y Omar Jayyam -hombres polifacéticos separados en el tiempo y unidos en el espíritu-, siempre me han hecho sentir reminiscencias de una fragancia de azafrán y de jazmín. Recordaba unos versos de Omar sobre ese maravilloso elixir llamado vino: “si los amantes del vino y del amor van al infierno, vacío debe estar el paraíso”. “…Sonríe… Toma este cántaro y bebamos, escuchando serenamente el silencio del cosmos”; no sé lo que pasó, caí en la inconsciencia; tal vez, me doblé un pie y al caerme me golpeé en la cabeza.
En el mismo instante en que dije ay, “me encontraba en un lugar muy agradable, luminoso y de ambiente festivo, me sentía dichoso. No sabía dónde estaba y poco me importaba; solo sentía una serenidad como nunca antes la había sentido. Me senté en un sillón muy confortable y delante de mí, una pantalla enorme donde se proyectaba mi vida -desde que nací hasta este instante. Vi la alegría de mis padres cuando nací, sensaciones y emociones…; niñez: juegos, amigos, risas, caricias y cariño de mi madre, sensaciones y emociones…; adolescencia: colegio, amigos, chicas, primeros besos… secretos… sensaciones y emociones…; juventud: estudios, sueños, independencia y soledad, amores y desamores, caídas y subidas, errores y aciertos, sensaciones y emociones…; adultez: relaciones y compromisos, separaciones, hijos y otras relaciones, trabajo, amistad, traiciones, problemas, historias acabadas e inacabadas, tristeza de cosas irrealizables, sensaciones y emociones...
Cada época tenía su pantalla así pude ver todas las etapas de mi vida en su conjunto; recuerdos olvidados vuelven galopando como caballos salvajes. Ruidos disonantes en mi familia; traiciones de amigos y relaciones; trabajos que no me gustaban y días duros para mantener a mi familia; problemas sin solucionar guardados en el cajón de mi escritorio.
Todos son sentimientos intensos. Reconozco que soy una persona con miedos, escondida en mi ego imponiendo mi voluntad a todo aquel que me rodea. Viendo estas imágenes me doy cuenta de cuantas cosas he pasado por alto y qué poco he aprendido de todas esas lecciones que la vida me ha puesto en el camino. Pasiones desbocadas, traiciones sufridas y realizadas, pocas alegrías y un respeto disfrazado de miedo… Veía escenas agradables y entrañables y otras amargas como la hiel que me escocían hasta el alma. Empecé a removerme en ese sillón tan confortable. Se hizo el silencio, la pantalla se quedó sin imagen.
Comprendí que todo tenía un porqué, me había llenado de miedos, sufrimientos, resentimientos, apegos… Lágrimas amargas escocían mis ojos, sentí un pesar tremendo en el corazón cuando vi el sufrimiento que había causado a la mujer que amaba, a mis hijos, a mis amigos…, mi vida ha sido una huida de mí mismo. Momentos amargos de autocompasión y de excusas.
Se volvió a iluminar la pantalla, tomé consciencia que todas esas personas que han formado y forman parte de mi vida, han sido maestros a los que ignoré, creándome yo solo esta altivez. Vuelvo a ver mi presente y una pantalla de un blanco radiante y brillante se enciende para que yo pueda realizar esta nueva fase de mi vida. Solo yo soy responsable y de mí dependerá la forma que tome el destino.
Las pantallas se apagan y siento un escalofrío. Abro los ojos y veo a mis hijos que con ojos llorosos me abrazan y me dicen “¡has vuelto!”.
Lloro de felicidad al ver que mis hijos están a mi lado y no me han olvidado y porque he comprendido el porqué de mi huida. “Cuando tenía cuatro años me caí de un árbol y una piedra puntiaguda se clavó en medio de mi frente, dejándome mal herido, aún guardo esta cicatriz en la frente y en mi alma. A partir de ahí empecé a tartamudear. Mi padre me hizo sentir que era un fracasado. Sufrí mucho de burlas cuando era pequeño y joven; esas palabras hirientes me hicieron construir una coraza de acero para que nadie más me viera como un fracasado. Tuve que sacar mucha fuerza y voluntad para enfrentarme a la vida, hoy dulces lágrimas de perdón corren por mis mejillas. El niño asustado ha salido y el hombre altivo se ha ido. Descubro que soy una persona nueva con nostalgia de una vida perdida que compensó el miedo por ego. Ahora vuelvo a vivir y estoy preparado para amar y enmendar mis errores”.
En el silencio de mi corazón, una lección ha quedado grabada a fuego “hay que ser observadores de nosotros mismos para poder cambiar los escenarios de nuestra vida”.
Real o irreal, somos cuerpo y energía, somos polvo en el universo. El secreto es unir esos lazos invisibles para encontrar el equilibrio y la armonía.
"Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo"
El sol descansa en la nube
tiñe de gris mi ciudad,
algo se cuece en el dìa
y más tarde se verà.
Hoy me acompaña la calma
y no hay tele, ni wasaps.
Nunca pensé que el silencio
me fuese de utilidad.
Hay cambio brusco de tiempo
el frío vuelve a asomar,
y aquí yo busco en mi armario
algún trapito que usar.
Invitación a un concierto
y elegante quiero estar,
Teatro Fernando Fernàn Gómez
hoy tendrá lleno total.
Extraña corriente de aire
súbito me hace pensar
que si mayo, que si el sayo
o si es refrán de aceptar.
Así que el sayo me quito,
poquísima diferencia hay
entre el 40 de mayo
quizás10 de junio…¡caray!
¡14 días nos quedan!
¿Habrá verano, verdad?
Vivir
foto libro "La Naturaleza Sagrada del Ser Humano" |
¿Qué he hecho con mi vida?, pregunta que surge a menudo pero temida cuando surge al final del camino -cuando la barca nos espera para llevarnos a la otra orilla- y hace temblar los cimientos de nuestra vida. Nos hemos preocupado por una vida sin sentido, olvidando lo más importante, nosotros mismos; hemos vivido invirtiendo nuestro tiempo en complacer a los demás, trabajando sin descanso, olvidando que un beso y una caricia son abrazos cálidos y sinceros que reconfortan nuestra alma cuando volvemos a casa.
Invertimos en erróneas inversiones sin pensar que el tiempo se escapa, con error, creemos que somos eternos. Especulamos con nuestra vida esperando que mañana sea mejor que hoy, olvidando que el mañana nunca llega.
Hemos dejado escapar momentos mágicos por estar inmersos en ese mar materialista que solo proporciona preocupaciones y sinsabores; por el qué dirán -dejado pasar amores y pasiones- del que todos llevamos cicatrices; incluso, al mirarnos en el espejo no nos reconocemos porque hemos apagado el brillo de nuestra mirada que ahora está velada.
Nuestra decisión es la que construye o destruye nuestra vida. Debemos rehusar ser una marioneta del ego, de los miedos y luchar por lo que creemos, siendo observadores de nuestras acciones para cambiarlas si es necesario. Los sueños y pasiones son las fuerzas de nuestra vida porque nos hacen ser el actor principal de nuestra obra, y no, uno secundario de la puesta en escena de los demás. Estar vivo es SENTIR las dos caras de la moneda, amor-esperanza, dolor-temor. Todo, forma parte de nuestra existencia y no podemos dejar de luchar para conseguir lo que amamos.
Estar vivo es sentir y vivir cada día. La barca llega sin avisar, y no nos podemos escapar, para llevarnos hacia poniente. Cuando dudes y desfallezcas siente que estás vivo, levántate y camina, toma las decisiones que tengas que tomar pero no dejes escapar la vida. No vivas muriendo, muere viviendo. Así cuando estés en la barca y mires hacia atrás, verás una vida plena, tu sueño reflejado en tu huella; no una vida fútil cuya respuesta a esa temida pregunta ¿qué he hecho con mi vida?, te escueza en el alma, pues ahora conoces su respuesta, “mi vida ha estado vacía”.
Debemos recobrar el sentimiento mágico de VIVIR y saborear esa palabra viva que es la VIDA.
Mis pasos entre las letras
Leyes universales contra la tiranía de la injusticia
(foto google) |
Tú y yo, hombre y mujer, con miedos y sufrimientos, fuerzas y alegrías, somos un torbellino de ideas vivas, lo que nos hace ser únicos y maravillosos. Todos somos caminantes y vamos en el mismo camino aunque en diferentes direcciones; algunos han olvidado el significado de ser humano -calidez, sonrisa, ayuda-, lo que les ha llevado a una sequía que rompe la tierra enterrando sus almas sagradas.
Las leyes universales de respeto y dignidad llevan a la libertad del ser humano y son las claves para una convivencia pacífica entre nosotros; además, existen otras normas y leyes específicas a cada país para crear un bienestar social que lleve a la paz, “paz = ausencia de conflicto”. La democracia, es la mejor forma de gobierno para cualquier sociedad y debe aspirar a la libertad, a la paz, a la seguridad y a la igualdad de los ciudadanos, si no se respetan estos principios, la sociedad se desarrollará en la mediocridad, provocando conflictos y creando grandes abismos con consecuencias gravísimas.
Los principios de las leyes universales, no se ven, son un reflejo de nuestra vida, de nuestro comportamiento; si respetamos estos principios nuestra sociedad avanzará pacíficamente, tendiendo puentes, incluso, en espacios inexplorados sin importar los obstáculos; en caso contrario, nuestra sociedad agonizará por la tiranía de la injusticia, levantando muros y siendo los ciudadanos prisioneros, quedando a la merced de dirigentes que suprimen las libertades sociales, políticas e individuales, creando así la autocracia -régimen autoritario que mantiene al pueblo en la miseria y los controla por medio del miedo-, adversaria de la democracia.
Las leyes universales de respeto y dignidad llevan a la libertad del ser humano y son las claves para una convivencia pacífica entre nosotros; además, existen otras normas y leyes específicas a cada país para crear un bienestar social que lleve a la paz, “paz = ausencia de conflicto”. La democracia, es la mejor forma de gobierno para cualquier sociedad y debe aspirar a la libertad, a la paz, a la seguridad y a la igualdad de los ciudadanos, si no se respetan estos principios, la sociedad se desarrollará en la mediocridad, provocando conflictos y creando grandes abismos con consecuencias gravísimas.
Los principios de las leyes universales, no se ven, son un reflejo de nuestra vida, de nuestro comportamiento; si respetamos estos principios nuestra sociedad avanzará pacíficamente, tendiendo puentes, incluso, en espacios inexplorados sin importar los obstáculos; en caso contrario, nuestra sociedad agonizará por la tiranía de la injusticia, levantando muros y siendo los ciudadanos prisioneros, quedando a la merced de dirigentes que suprimen las libertades sociales, políticas e individuales, creando así la autocracia -régimen autoritario que mantiene al pueblo en la miseria y los controla por medio del miedo-, adversaria de la democracia.
La Humanidad y el Planeta necesitan la ayuda de todos nosotros para volver a regenerarse y así, todos, poder beneficiarse de su diversidad y riqueza. Es inaceptable que, unos cuantos, busquen sus propios beneficios y rompan compromisos que atañen a todos los ciudadanos del mundo, sin importarles las consecuencias que sufrirán la Humanidad y el Planeta. Para restablecer los compromisos entre países es fundamental que se piense de modo global, una sola Unidad, una Humanidad y un Planeta, y, para ello, es necesario el respeto a las ideas, creencias, modos de vida y costumbres de cada uno de sus componentes, siendo fundamental la educación y la cultura. Educación para saber y poder elegir; cultura que, además de conocimientos humanos, significa “culto a uno mismo”, -no en sentido egocéntrico- sino el de llegar a conocernos a nosotros mismos para desarrollar la empatía hacia los demás y mejorar nuestra convivencia.
Los gobiernos lo componen seres humanos -como tú y yo-, con sus fuerzas y debilidades. Como ciudadanos que todos somos, debemos aprender a respetarnos a nosotros mismos y a los demás, luchar para que los valores morales y éticos de las leyes universales marquen nuestra conducta y así asegurar la libertad, la seguridad y la paz de la sociedad; los políticos no deberían aferrarse al sillón del poder con sabor a néctar ya que su apego hará que se vuelva veneno creando el virus de la corrupción que se expande como una pandemia infectando a todos los ciudadanos. Todos somos responsables de nuestros actos y las consecuencias buenas o malas tocan al conjunto de la Humanidad; matar a un individuo es matar a la Humanidad, salvar a un individuo es salvar a la Humanidad.
La vida es como una partida de ajedrez, tenemos que aprender a jugar y a reflexionar antes de cada jugada, no debería existir “jaque mate” en la democracia; solo jugadas reflexivas para mejorar la sociedad y así evitar la tiranía de la injusticia.
La muerte de un Suicida
... de la Red |
Qué terrible es abrirte en canal
cuando aún estás vivo
romperte a jirones la piel
hincando tus dedos tan profundos
que afloren tus vísceras
ante ti
Manchar con sangre tu cuerpo
que nunca hizo nada
para merecer esto
Mirarte al espejo y no ver más
que la triste sombra de un cadáver
que se alisa tranquilamente el cabello
se afeita la barba
como si nada ocurriese
mientras observa cómo sus vísceras
se desparraman por el suelo
Creerte que debes ser tu mismo
ante todo
ante la Muerte también
que se ha hecho dueña ya
de todo cuanto poseías
Rezarle en voz baja
muy despacito
sólo un poquito
a tu Dios
(a quien por supuesto no conoces)
Y después de un agitado y último aliento
morirte solo
antes de salir a tiempo a la calle
que es lo que en el fondo querías:
dar el espectáculo ante todos
acabar tu vida en el escenario
como un consagrado actor
que representa su suicidio
en el teatro de la Vida.
cuando aún estás vivo
romperte a jirones la piel
hincando tus dedos tan profundos
que afloren tus vísceras
ante ti
Manchar con sangre tu cuerpo
que nunca hizo nada
para merecer esto
Mirarte al espejo y no ver más
que la triste sombra de un cadáver
que se alisa tranquilamente el cabello
se afeita la barba
como si nada ocurriese
mientras observa cómo sus vísceras
se desparraman por el suelo
Creerte que debes ser tu mismo
ante todo
ante la Muerte también
que se ha hecho dueña ya
de todo cuanto poseías
Rezarle en voz baja
muy despacito
sólo un poquito
a tu Dios
(a quien por supuesto no conoces)
Y después de un agitado y último aliento
morirte solo
antes de salir a tiempo a la calle
que es lo que en el fondo querías:
dar el espectáculo ante todos
acabar tu vida en el escenario
como un consagrado actor
que representa su suicidio
en el teatro de la Vida.
¿O no es esto un Teatro?
PASEN Y VEAN
SEÑORAS Y SEÑORES
HOY REPRESENTAMOS
POR PRIMERA VEZ EN ESTA CIUDAD
"LA MUERTE DE UN SUICIDA"
LA VENTA DE ENTRADAS EN TAQUILLA.
La Sal de la Vida
Hoy me olvidé de comprar un paquete de sal que me había encargado mi mujer: precaria memoria la mía que va anunciando paso a paso el fantasma de la senectud. Había ido al Híper, por supuesto, con una nota en la que escribí cuidadosamente el nombre y cantidad de todos los productos que debía comprar; todos no, me faltó, naturalmente, anotar el más importante: "la sal".
Mi mujer me había repetido más de una vez: "Qué no se te olvide comprar la sal, pues me es imprescindible, ya que no queda ni una gota en la despensa". Pero esta bendita memoria que ahora tengo, una vez más se me desmemorió. Digo bendita, pues en alguna ocasión -no sé cómo se allega hasta la superficie del mar de oscuridad en el que vivo- he podido acordarme del famosísimo relato de Borges: "Funes el memorioso". A veces, sin embargo, es mejor disponer de una cierta dosis de amnesia que nos haga transitar por el mundo sin demasiadas angustias y sobresaltos; vivir en una especie de limbo prodigioso donde podemos entregarnos a todas nuestros íntimos asuntos, cuando, claro está, la memoria nos lo permite.
Una vez hube regresado del Híper, algo sofocado por el ajetreo de las compras, me interrogó mi mujer: "¿Te has acordado de traer la sal? Recuerda que te dije que era absolutamente imprescindible". No, no la traje --respondí, con cara de niño a punto de ser castigado. "Tú, como siempre". No hubo más palabras por su parte, pues ello significaba obviamente, muy a mi pesar, lo que me tocaba hace: ir a por ella.
El Súper, afortunadamente, no estaba muy lejos de casa, pero pronto comencé a notar cansancio: hacía calor, pues aquí, en el sur, las temperaturas se alegran ellas solas sin que nadie las anime. Ese calor subido de tono y la primavera, ya casi en flor, hicieron reaccionar de nuevo, milagrosamente, a mi memoria. Y como si de una repentina premonición se tratase, facilitada por la sensación de sequedad de mi boca, pensé de pronto en el mar, en el agua, en la sal... ¡Caprichosa memoria la nuestra que nos mueve a su antojo sin que podamos hacer nada!
Como ya he dicho el Súper está cerca de casa y por esta razón (son tantos los aspectos referidos a la sal que me venían a la cabeza) no me dio tiempo de reflexionar más que sobre algunos. El primero de ellos. una bella expresión que recoge el evangelista Mateo referida a Jesús: "Eres la sal de la Vida". Una sencilla metáfora que por analogía lo dice todo del gran Maestro, comparando el valor de la sal para la supervivencia del cuerpo humano y la de Jesucristo como alimento del alma. Fueron unos breves instantes de pasmo poético, algo que no me es ajeno, pues soy un poeta aficionado. Creo que cuando le decimos a una bella dama en clave romántica "Eres la sal de mi vida", aunque el contexto sea cotidiano o trivial, elevamos la situación a quintaesencia. Vemos aquí como las palabras remueven las tranquilas aguas del corazón haciéndolo latir con frenesí y arrebato.
Sin embargo, no todo lo relacionado con la sal son parabienes. Existe también -recordé tristemente- un lado oscuro que tienen que ver con su materia: el de las numerosas guerras, sobretodo en la antigüedad, por el control y monopolio de tan apreciado elixir. Y hasta una terrible historia referida al campo de concentración nazi de Dachau, en el que se hicieron experimentos con prisioneros de guerra de origen gitano para ver su resistencia a la ingesta morbosa de agua salada: una muerte segura programada en 12 días. Aquí se cumple, como en tantas otras cuestiones, que el mal, casi siempre, no está en la propia naturaleza de las cosas, sino más bien en el uso que de ellas hacemos. Porque la sal nos da la vida: "la sal de la Vida"; pero también puede arrebatárnosla, si no que se lo digan a la cantidad de hipertensos que enferman o mueren por causa de ella. La sal para "salar" las comidas y conservar los alimentos; y la imprescindible sal en especie o "salario" con que se pagaba en la antigua Roma a los soldados y con la cual estos salaban y conservaban así sus alimentos.
Cuando regresaba del Súper, mientras caminaba con el frasco de sal en la mano, recordé la creencia en la sal ligada a la fertilidad, y que no debiéramos tomar más de 6 gramos de ella al día. Y lo buena que es para mantener en forma la actividad de las neuronas de nuestro cerebro. ¡Caray con la sal!
Seguramente -intuí- que la fecundidad de la memoria de "Funes el memorioso" -no sé si Borges llegó a adivinarlo o incluso a confesarlo alguna vez-, se debía a que siempre tomó a diario, durante toda su vida, una dosis justa de sal.
Porque ya sabes, recuerda: "Eres la sal de la Vida". Y por eso, en un atrevido gesto de vanidad personal, no me resisto a dejarte este pequeño poema de Amor.
Una vez hube regresado del Híper, algo sofocado por el ajetreo de las compras, me interrogó mi mujer: "¿Te has acordado de traer la sal? Recuerda que te dije que era absolutamente imprescindible". No, no la traje --respondí, con cara de niño a punto de ser castigado. "Tú, como siempre". No hubo más palabras por su parte, pues ello significaba obviamente, muy a mi pesar, lo que me tocaba hace: ir a por ella.
El Súper, afortunadamente, no estaba muy lejos de casa, pero pronto comencé a notar cansancio: hacía calor, pues aquí, en el sur, las temperaturas se alegran ellas solas sin que nadie las anime. Ese calor subido de tono y la primavera, ya casi en flor, hicieron reaccionar de nuevo, milagrosamente, a mi memoria. Y como si de una repentina premonición se tratase, facilitada por la sensación de sequedad de mi boca, pensé de pronto en el mar, en el agua, en la sal... ¡Caprichosa memoria la nuestra que nos mueve a su antojo sin que podamos hacer nada!
Como ya he dicho el Súper está cerca de casa y por esta razón (son tantos los aspectos referidos a la sal que me venían a la cabeza) no me dio tiempo de reflexionar más que sobre algunos. El primero de ellos. una bella expresión que recoge el evangelista Mateo referida a Jesús: "Eres la sal de la Vida". Una sencilla metáfora que por analogía lo dice todo del gran Maestro, comparando el valor de la sal para la supervivencia del cuerpo humano y la de Jesucristo como alimento del alma. Fueron unos breves instantes de pasmo poético, algo que no me es ajeno, pues soy un poeta aficionado. Creo que cuando le decimos a una bella dama en clave romántica "Eres la sal de mi vida", aunque el contexto sea cotidiano o trivial, elevamos la situación a quintaesencia. Vemos aquí como las palabras remueven las tranquilas aguas del corazón haciéndolo latir con frenesí y arrebato.
Sin embargo, no todo lo relacionado con la sal son parabienes. Existe también -recordé tristemente- un lado oscuro que tienen que ver con su materia: el de las numerosas guerras, sobretodo en la antigüedad, por el control y monopolio de tan apreciado elixir. Y hasta una terrible historia referida al campo de concentración nazi de Dachau, en el que se hicieron experimentos con prisioneros de guerra de origen gitano para ver su resistencia a la ingesta morbosa de agua salada: una muerte segura programada en 12 días. Aquí se cumple, como en tantas otras cuestiones, que el mal, casi siempre, no está en la propia naturaleza de las cosas, sino más bien en el uso que de ellas hacemos. Porque la sal nos da la vida: "la sal de la Vida"; pero también puede arrebatárnosla, si no que se lo digan a la cantidad de hipertensos que enferman o mueren por causa de ella. La sal para "salar" las comidas y conservar los alimentos; y la imprescindible sal en especie o "salario" con que se pagaba en la antigua Roma a los soldados y con la cual estos salaban y conservaban así sus alimentos.
Cuando regresaba del Súper, mientras caminaba con el frasco de sal en la mano, recordé la creencia en la sal ligada a la fertilidad, y que no debiéramos tomar más de 6 gramos de ella al día. Y lo buena que es para mantener en forma la actividad de las neuronas de nuestro cerebro. ¡Caray con la sal!
Seguramente -intuí- que la fecundidad de la memoria de "Funes el memorioso" -no sé si Borges llegó a adivinarlo o incluso a confesarlo alguna vez-, se debía a que siempre tomó a diario, durante toda su vida, una dosis justa de sal.
Porque ya sabes, recuerda: "Eres la sal de la Vida". Y por eso, en un atrevido gesto de vanidad personal, no me resisto a dejarte este pequeño poema de Amor.
LA SAL DE LA VIDA
Dame una pizca de sal
de tu pequeño mar
y toma si quieres
un poco de ésta que es mía.
Así podremos bañarnos juntos:
tu agua con mi agua,
mi sal dentro de tu sal;
juntos si quieres
para siempre en el Amor.
Como dos gotas saladas
que se unen abrazada
diluidas en el Mar.
Vestidos de naranja con números de perpetua
Naturaleza Sagrada del Ser Humano |
Después de haber pasado un bonito día con mis amigos, soñando con mis primeros besos y caricias de ese chico cuya mirada me hipnotizaba…, mi vida cambió en el camino de vuelta a casa, cuando el coche del padre de Clara se paró. De vez en cuando nos recogía para llevarnos a casa, pero, ese día, Clara estaba enferma…
-Te invito a merendar ya que quiero hablar contigo de la sorpresa de cumpleaños de Clara.
En el coche estaban dos amigos y fuimos los cuatro a una cafetería; no recuerdo mucho, me sentí mareada y volví a tomar consciencia cuando estaba en una cama y esos tres hombres maduros se reían y decían obscenidades. Sólo veía las sombras de sus máscaras.
No quiero imaginar lo que han hecho a mi cuerpo. Oigo palabras de amenazas que me hielan el alma… juro no contar nada… pero en el fondo de mi ser, sé que cuando esté preparada denunciaré estos actos indignos del ser humano, y, a esos tres depredadores con apariencias de señores los veré detrás de los barrotes vestidos de naranja. Cada uno esculpe sus cómos, porqués, delimita su parcela de hombre o bestia; cada cual elige su vida, todas las decisiones tienen consecuencias.
No quiero imaginar lo que han hecho a mi cuerpo. Oigo palabras de amenazas que me hielan el alma… juro no contar nada… pero en el fondo de mi ser, sé que cuando esté preparada denunciaré estos actos indignos del ser humano, y, a esos tres depredadores con apariencias de señores los veré detrás de los barrotes vestidos de naranja. Cada uno esculpe sus cómos, porqués, delimita su parcela de hombre o bestia; cada cual elige su vida, todas las decisiones tienen consecuencias.
Al mirar a Clara, días después, los ojos se llenaron de amargas lágrimas, –ella me preguntaba ¿qué te pasa? Y, aunque, no era culpable me alejé sin querer, no podía soportar su compañía porque veía a su padre con esa mirada lasciva que me helaba la sangre… aún, no estaba preparada para decirle la verdad. Me alejaba sin contestar, solo pensaba: “tu padre y sus amigos me han violado hasta hartarse, han robado mi primer beso y caricias”. Sabía por Clara que su padre, cada atardecer cuando volvía a casa, les daba un beso de buenas noches y se sentaba con su mujer a tomar una copa, para hablar de cómo había ido el día. ¡Qué lejos estaban de saber que el buen padre y ejemplar marido era una bestia sin escrúpulos, de vejaciones y afrentas, violador de niñas!
Me siento sucia, humillada y ultrajada, no sé si alguna vez ésta herida sanará, tendré que hacer acopio de todas mis fuerzas para reescribir mi historia, una nueva historia serena y sembrada de flores de múltiples colores, algunas con espinas que me harán sangrar pero será por mis decisiones.
“La claridad viene con el valor y el coraje de mirar de frente para no sumergirse en el pasado y sentirse víctima el resto de nuestros días; las emociones tienen dos caras, hay que elegir siempre la positiva como la valentía y la sonrisa para que la fuerza y la voluntad surjan de ellas. Todos tenemos un destino y debemos ir a su encuentro”, palabras que mi madre me repetía una y otra vez para curar mis heridas en el cuerpo y alma.
Por fin, un día al levantarme y cuando miraba a mi madre, vi en la profundidad de sus ojos, la fuerza de ser mujer y madre; comprendí sus palabras “ser mujer significa tener coraje, voluntad, amor y fuerza, porque somos portadoras de vida y guías de nuestros hijos, no debemos aceptar maltrato ni violencia en nuestras vidas”. Supe que había ha llegado el momento de pasar página y de denunciar esas violaciones.
Sé que durante toda mi vida habrá una espina de ese recuerdo y también sé que hay que luchar por la libertad y la justicia para evitar que bestias humanas sigan destrozando la vida de otras personas. Al mirar de frente puedo ser feliz, las vejaciones y las violaciones se pagan y esas tres bestias no necesitarán más sus máscaras porque ahora visten de color naranja con números de perpetua.
Los derechos humanos son un derecho intrínseco de cada ser, nadie puede estampar su sello de propiedad o su deseo en el cuerpo de otra persona; el ser humano no nació para ser mancillado.
Me siento sucia, humillada y ultrajada, no sé si alguna vez ésta herida sanará, tendré que hacer acopio de todas mis fuerzas para reescribir mi historia, una nueva historia serena y sembrada de flores de múltiples colores, algunas con espinas que me harán sangrar pero será por mis decisiones.
“La claridad viene con el valor y el coraje de mirar de frente para no sumergirse en el pasado y sentirse víctima el resto de nuestros días; las emociones tienen dos caras, hay que elegir siempre la positiva como la valentía y la sonrisa para que la fuerza y la voluntad surjan de ellas. Todos tenemos un destino y debemos ir a su encuentro”, palabras que mi madre me repetía una y otra vez para curar mis heridas en el cuerpo y alma.
Por fin, un día al levantarme y cuando miraba a mi madre, vi en la profundidad de sus ojos, la fuerza de ser mujer y madre; comprendí sus palabras “ser mujer significa tener coraje, voluntad, amor y fuerza, porque somos portadoras de vida y guías de nuestros hijos, no debemos aceptar maltrato ni violencia en nuestras vidas”. Supe que había ha llegado el momento de pasar página y de denunciar esas violaciones.
Sé que durante toda mi vida habrá una espina de ese recuerdo y también sé que hay que luchar por la libertad y la justicia para evitar que bestias humanas sigan destrozando la vida de otras personas. Al mirar de frente puedo ser feliz, las vejaciones y las violaciones se pagan y esas tres bestias no necesitarán más sus máscaras porque ahora visten de color naranja con números de perpetua.
Los derechos humanos son un derecho intrínseco de cada ser, nadie puede estampar su sello de propiedad o su deseo en el cuerpo de otra persona; el ser humano no nació para ser mancillado.
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Este relato es una denuncia a las violaciones, al maltrato, a la violencia, a las vejaciones de mujeres, niños, minorías… Reclamo respeto y justicia para todos para que el orden en el mundo se restablezca y los derechos humanos sean respetados.
Cielo andaluz azul
imagen propiedad del autor |
Cielo andaluz azul.
Los calmados olivos
de la tierra mía pasean
entre suaves lomas y riachuelos
Y yo, aire. Aire perfumado.
Aire libre, sin dogmas
ni ortodoxias.
Aire libre yo.
Libre aire. Yo aire. Yo libre.
Aire, aire, ¡aire!
Libre aire libre.
Libre de dogmas.
Libre, libre, yo y tú libres...
volando por este azul
cielo andaluz de luz
y libertad henchido.
(del poemario Singladuras, Madrid – noviembre 2016)
Por qué se ama o por qué se odia
... de la Red |
Lo difícil no es mentir,
sino saber por qué se miente;
encontrar, al menos,
la estela de esa huella
que ilumine con su luz
la voz de nuestra consciencia.
No amar a ciegas, sino saber por qué se ama;
sin resentimiento alguno, tocar el fondo
de ese oscuro mar
en el que sobrenadamos
para adivinar por qué se odia.
Por qué se envidia
o por qué se llora;
el porqué de la alegría
que alimenta el corazón
o las penas que lo afligen.
Sin pedirnos permiso nunca,
por qué de súbito aparece
o de pronto se desvanece
el ardor de la pasión;por qué se ama
o por qué se odia
sin justicia ni razón.
. Del Poemario Con-versando
J.L. Pacheco
los gritos del silencio
Los gritos del silencio, son insoportables, sobre la mesa, las palabras compungidas tratan de animar a los últimos poemas de un atardecer cada vez más sombrío, en el que las hojas doradas de los árboles se convierten en enfurecidos puñales que se clavan en el corazón.
Versos absurdos, tristes, huyen cabizbajos, humillados por la soberbia del poeta que se resiste a aceptar la ingratitud del destino. No puede comprender la rebeldía de las palabras, es incapaz de doblegar su orgullo, trata de imponer su criterio, resistiéndose a ser el dueño absoluto de la blancura del horizonte, su dominio de las palabras, la magia desbordante de su ilusión, aquellos poema que hacía en los que las emociones, brotadas de su corazón, eran la senda de un vida, los sueños que le arrastraban hacia esperanzas casi inalcanzables, desaparecieron en un ayer lejano, eran un recuerdo fugaz.
Su soberbia le impedía llorar, lo necesitaba. Aquel silencio ensordecedor apenas le permitía ver las cosas hermosas de la vida, los amaneceres se sucedían sin pena ni gloria, la ilusión de antaño por descubrir los secretos que la vida guardaba celosamente sólo para él, le iba guiando por sendas misteriosas hasta descubrir que su lucha tenía sentido, las lágrimas derramada en un rincón oscuro del tiempo, apartado de los caminos luminosos de la alegría, por donde la dicha vagaba hacia la luz suprema del verdadero amanecer. Los días amanecían radiantes y le aguardaban demasiados proyectos, no podía perder ni un solo minuto en estupideces, tonterías que terminarían huyendo avergonzadas.
Entonces era feliz, dichoso, las palabras le ayudaban a dibujar sus poemas, eran fieles a sus deseos, bailaban con su magia, su fidelidad era absoluta, los versos cotidianos brotaban sin cesar aguardando su momento.
Todo se desvaneció, no comprendía los motivos que le habían llevado a aquella penosa situación, no sabía cuáles eran las verdaderas razones de su amarga soledad, aquel egoísmo le consumía.
Su alma estaba vacía, llena de una ingrata ausencia. Las palabras jamás regresarían.
A quien pueda interesar
Por si a alguien le interesa, el próximo miércoles 11 de abril tendré el lujazo de recitar junto al gran Rodolfo Serrano, con la voz y la guitarra de Antonio Sanz. Será en Libertad, 8, a las siete de la tarde.
Una visión post-materialista de la Naturaleza
... de la Red |
Hace ya casi cuatrocientos años, el eminente filósofo del Siglo XVII René Descartes pensaba que los animales eran "autómatas" naturales; meras máquinas vivas al servicio del hombre. Con la gestación de su filosofía del "dualismo" (Dos sustancias en el Mundo: el Cuerpo y el Alma) separó al hombre del resto de seres vivos del reino animal, otorgándole a éste el predominio del Alma sobre el Cuerpo, lo cual, de facto, relegaba todo lo orgánico a la pura materia, en la que se incluía el conjunto de lo creado por Dios, a excepción de su obra magna: el ser humano. De ahí a que se instaurase paulatinamente en el nuevo y creciente pensamiento científico una concepción "materialista- reduccionista" de la Naturaleza, no había que dar más que un paso.
Hoy en día, ese paradigma es hegemónico en la Ciencia, ya que hay multitud de científicos que no ven en el Mundo más que un orden material, y en el ámbito de la neuro-biología identifican los procesos y productos neuronales del Cerebro con cualquier otra manifestación fisiológica del Cuerpo, lo cual equivale a pensar que somos tan sólo unos animales más evolucionados que el resto, pero naturalmente privados de ese algo que hemos dado en llamar "Alma" o "Espíritu"; o lo que es lo mismo: la "Mente" equivaldría sustancialmente al "Cerebro". No se reconoce a la Conciencia como una entidad relacionada, pero de diferente naturaleza que el Cuerpo. Todo lo cual, nos lleva a pensar que Descartes, que introdujo de alguna forma a Dios por la trastienda para evitar así que la Inquisición le abriese juicio, y por eso huyó a Holanda, por aquel entonces un país mucho más liberal que su Francia natal, produjo, tal vez sin querer, una nueva revolución copernicana que nos trajo el materialismo científico que domina la investigación de hoy en día, y que yo diría (no sé si él filósofo lo pretendió de veras) colocó al "Alma" vagante en un limbo que no tiene sostén alguno fuera de la Religión. Podríamos decir que el ser humano de la Religión es una cosa y el de la Ciencia otra. ¿Pero acaso no son el mismo ser sólo que puesto en marcos ideológicos distintos? ¿Quiénes somos, pues, cuando nos quedamos huérfanos del Cosmos, de la Naturaleza o de Dios? El dilema está servido, a partir de que se fuese gestando en Europa un gran cisma entre Religión y Ciencia, antes unidas en un continuum de pensamiento. Hoy disponemos de dos "narraciones" distintas con respecto a nuestra identidad como especie, pero ninguna de ellas parece ser capaz de conjugar todo cuanto somos, ya que tampoco esa "Ciencia materialista" logra dar respuesta al lado más oculto, singular e identitario del ser humano: la Conciencia.
Si no traemos a escena las aportaciones científicas producidas durante el primer tercio del pasado siglo, por lo que dio en llamarse "Física Cuántica", no podremos abrirnos a un nuevo paradigma explicativo de la Vida y la Conciencia de todos los seres vivos sin exclusión. Nos estamos refiriendo, a partir de tales presupuestos teóricos, a una nueva visión del funcionamiento de cualquier ser vivo, desde una bacteria o virus a todos los organismos pluricelulares. Algo que viene a constituir una alternativa a la visión materialista-reduccionista del Mundo. Se trata de lo que se conoce ya como "Paradigma Post-materialista".
Son muchas más las evidencias que sostienen los pilares de esta nueva aproximación científica al problema de la Vida. Hoy sabemos, por ejemplo, que cualquier ser vivo, por sencillo que sea, es ya en sí mismo una complejidad dinámica; no un mecanismo automático, como el de un reloj, que podemos explicar rompiéndolo en piezas y analizando las relaciones que sus engranajes tienen. Por ejemplo, la célula, considerada la unidad elemental de Vida de los organismos, de la que podríamos afirmar que es en sí misma "inteligente", con multitud de procesos escalares y de ensamblaje molecular que requieren una sincronía en tiempo real difícil de imaginar, máxime cuando existen en el cuerpo billones de ellas actuando todas al unísono. Según comienzan a mostrarse las evidencias, la dirección de tan complejo conjunto "orquestado" podría producirse por la vía de una sincronía bio-fotónica, es decir a nivel propiamente sub-atómico. Esto quiere decir, de alguna manera, que la Vida no se explicaría únicamente por reacciones mecánico-químicas, sino que por debajo de ellas, a nivel sub-molecular, actuaría la "Energía". Los procesos parecen comenzar a nivel sub-atómico, a escalas de longitud y tiempo de Planck, allí donde la corpuscularidad de la materia se convierte en algo borroso, probabilístico e imposible de medir, pues los parámetros de las leyes físicas macroscópicas no pueden aplicarse.
¿Qué es, por tanto, la Vida? Y mucho más: ¿Qué es la Vida que se revela a sí misma, que se hace auto-consciente? La Conciencia, es hoy por hoy, para la moderna Neuro-biología, el enigma más difícil de desentrañar. Desde luego, a mi modo de ver, cualquier modelo que intente explicarla difícilmente va a poder hacerlo "troceando" la materia hasta llegar a la dimensión de aproximadamente 1,6x 10 elevado a -35 metros (Longitud de Planck), que constituiría algo así como el tamaño de los píxeles que conforman lo que llamamos Realidad. ¿Pero qué hay más abajo? Sencillamente Energía; nada más que Energía. El proceso, pues, no comienza en la Materia, sino en la Energía; o si se quiere: el camino de construcción de esa Realidad que conocemos va desde la Energía a la Materia. También podríamos añadir: "La Materia no es más que Energía densificada".
Los procesos de la Vida, arrancarían a nivel profundo, siendo por tanto, energéticos o "cuánticos" . Y por supuesto, nuestro cerebro, aunque hecho de materia como el resto del organismo, funcionaría como una computadora cuántica. Esto no lo digo yo, sino uno de los más prestigiosos y reconocidos biólogos del momento, Stuart Kauffman, especialista en el funcionamiento de redes booleanas biológicas, que defendiendo una concepción emergentista de la Vida y de progresiva concientización de los seres vivos, podría alinearse perfectamente con los investigadores Roger Penrose y Stuart Hameroff, que sitúan el acople cuántico de la mente en los microtúbulos neuronales. Polémicas aparte, este biólogo piensa que por debajo de la estructura molecular que podemos observar al microscopio actúa un substrato fenoménico a-causal del que emerge y emergió en su día la Vida en la Biosfera. El ADN y el ARN nucléicos habrían funcionado sobre una base auto-catalítica molecular, ya creada, produciendo paulatinamente la diversidad biológica de nuestro Planeta por medio de los mecanismos de la selección natural.
Somos, pues, Energía primordial y a-causal, que deviene luego en Materia a través de procesos de coherencia y de-coherencia cuántica. Y el inmenso Universo que contemplamos y la Naturaleza toda tienen su origen en la Energía que ha venido promoviendo procesos de concientización, con rangos y desarrollos diferentes, desde las plantas y los animales hasta el ser humano.
René Descarte, nuestro personaje principal en esta historia, tal vez llevase razón en parte, ya que afirmó la existencia de dos sustancias, una material ("Res extensa") y otra inmaterial ("Res cogitans"), que hoy podríamos asimilar a fenómenos de orden material y energético respectivamente; sin embargo, se equivocó al presuponer la facultad consciente sólo en el ser humano. Todo el Universo es consciente de sí mismo, constituyendo -así lo imagino- una Matriz energética en cuyo seno existe todo cuanto percibimos. La razón completa la tiene a mi juicio otro gran filósofo cartesiano, sucesor del francés, pero crítico con la estructura formal de su pensamiento. Se llamaba Baruch de Spinoza y su pensamiento central podría resumirse en esta sencilla frase latina "Deus sive Natura". Algo que traducido a lenguaje matemático equivaldría a decir: DIOS=NATURALEZA.
"5 días"
Inflamada mi laringe
hoy me han prescrito no hablar,
“5 días” de momento
en los que debo callar.
Y ya tiro de elementos
para hacerme comprender,
papel/boli/ “complementos”
no te van a sorprender.
Hablo en el super con notas
y en el mercado también,
ya tengo las manos rotas
pero pienso es por mi bien.
Muchos piensan que soy muda
y me asombra el desconcierto,
y hasta que aclaro la duda…
¿Do you speak english, cierto?
Me gritan y yo respondo
mi problema es la garganta,
escucho y les correspondo.
¡No me tiren de la manta!
Y nada más puedo hacer
solo esperar… “revisión”,
y volver a renacer
cuando deje esta prisión.
Nunca pude imaginar
esta larga travesía,
solo yo quiero cantar
y entonar mi poesía.
Y no me importa si en ello
le causo daño a mi voz.
Yo canto a la encina y al viento.
Yo canto a la luna, y a ¡Dios!
Diario de un caminante
... de Google |
“En cuanto nace la chispa de la vida dentro del vientre de la madre, empezamos a construir la espiral de nuestra existencia, creando círculos entrelazados que nos llevarán sin parar, de uno a otro, de experiencia en experiencia, de aprendizaje en aprendizaje hasta el último círculo que se cerrará con el último suspiro, en esta danza del tiempo y del espacio”.
Hace muchos años –no sé cuántos pues los he olvidado- me marché de casa dejando familia y amigos; como equipaje una maleta llena de ilusiones, un libro en blanco y la certeza de que algún día los renglones serían escritos en el agua, la arena y en mi alma. Mi único objetivo era buscar respuestas a mi inconformismo interior que se revelaba cada día más fuerte, alimentando mis ansías de búsqueda. Soñaba con viajar, volar, conocer gente, libros, estaba sediento de conocimiento… Durante mis viajes, descubrí personas maravillosas que me elevaban el alma y otras que la herían. Comprendí que en la guerra de la vida siempre hay heridas desde el primer momento en que ponemos los pies en nuestro camino: caídas, empujones, traiciones, mentiras, manipulaciones; estas heridas son por golpes dados y recibidos.
Estos golpes me hicieron comprender que vivir de espaldas a la vida produce sufrimiento que proviene de ese vacío de querer caminar pero el confort puede más, provocando una vida sombra y deficiente; siendo “tibios” por no tomar decisiones, dejándonos arrastrar por otros, viviendo una trampa mortal en nuestra vida. La decepción y la frustración que producen esas situaciones que provocamos nos hieren el alma haciendo brotar ríos salados de los ojos porque una vida vacía es una vida sin control, que nos arrastra con tal fuerza como un río desbordado que todo arrasa hacia situaciones imprevisibles. No sabemos quiénes somos, hablamos con otros nosotros mismos, con esa voz cargada de arrogancia, interpretando mil papeles de comediantes pero ninguno de actor principal; nos volvemos personas grises de corazón y nuestra vida se enreda como una madeja tirada en el suelo, posponiendo para mañana el momento de desenredarla.
Vivir de frente es vivir conscientes de que llevamos las riendas de nuestras vidas porque somos sus artífices; tomamos decisiones que a veces nos llevan a lanzarnos al vacío con coraje, fuerza y sabiduría; desplegando las alas para observar desde lo alto y maravillarnos de la trama de los acontecimientos que nos construyen y comprendemos que todo está interrelacionado. Muchas veces nos hieren y herimos, rectificamos, perdonamos, así aprendemos y crecemos realizando una obra de arte en nosotros mismos; somos los actores principales de nuestra vida porque vivimos en el eterno presente.
Después de muchos años de transitar por culturas diferentes, por senderos polvorientos, de descansar en oasis, escalar montañas, de internarme en las profundidades de la noche acompañado de sonidos que emergían de mi corazón angustiado; de pasear entre girasoles que bailaban al son de los rayos dorados y algún que otro hada me regalaba una mirada llena de ternura, acariciándome el alma que se zambullía en el azul infinito; comprendí que yo soy el camino; que lo que buscaba lo había hallado hacía muchos años, al descubrir el canto de mi alma a través de sonrisas, atardeceres, fragancias y paisajes que me saludaban cada día. Y, ese descubrimiento me llevó a la felicidad, al haber encontrado ese refugio interior en el corazón donde germina su flor curando mis heridas.
Somos nuestro propio destino, tan lejano y cercano al mismo tiempo. El viaje comienza y termina en nosotros porque somos el camino. Mi último renglón se escribe en mi alma: “si sientes ese cosquilleo no tengas miedo de lanzarte al camino que te llevará hasta el final del universo en el eterno presente”.
domingo de Resurreccion
Y sonaron las campanas
y se abrió la luz del sol,
llegaron mirlos y peces
a la fuente del Señor.
Y sonrieron los lirios
también cantó el ruiseñor,
y una paloma blanca
rauda voló hacia Dios.
Yo me desnudo ante ti
en cuerpo y alma señor,
protégelos de asechanzas
de enfermedad y rencor.
Y hasta aquel brocal del pozo
yo me acerqué con fervor,
me diste a beber agua fresca
del manantial de tu amor.
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