Hoy es

Fallo II Concurso Literario Escritores en Red (2018)



Arturo Amez
Primer Premio
Ordenador de mesa y diploma de EnR







Mari Carmen Azkona
Segundo Premio
Tablet reconvertida a ordenador portátil y diploma de EnR





Lola Álvarez Feito  
Tercer Premio
Auriculares inalámbricos y diploma de EnR







Juanjo Ayuso
Cuarto Premio
Auriculares inalámbricos y diploma de EnR




Ana Patricia Santaella
Quinto Premio
Auriculares inalámbricos y diploma de EnR


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Los premios serán entregados en acto privado
el próximo 16 de febrero de 2019

















Audio poemas



Poemas de Manuel Quiroga Clérigo 

Voz:

Pilar Sastre Tarduchy 
Y
Óskar Rodrigáñez Flores 

Dolorosa equivocación


     Se equivocó. No supo medir sus palabras y todo se volvió en su contra. El miedo empezó a dominar sus actos y, desde entonces, comenzó a ver sombras en la luminosidad dorada, mágica, del atardecer. Detrás de cada esquina del tiempo, donde antaño le aguardaba una esperanza para ofrecerle nuevas ilusiones con las que confiara en el destino y pudiera dibujar poemas azules sobre los desengaños cotidianos, ahora estaban ellas, vigilantes, dispuestas, en cualquier momento, a amagarle la existencia. 

     Se equivocó. Era consciente de ello, pero ya no había solución. Había sido un iluso, creyó, en todo momento, que aquella confesión tan directa le libraría de la soledad, imaginó que, por fin, podría amar y, con un poco de suerte, ser amado, una de sus máximas ilusiones en esta vida. Sin embargo, no fue así, y se asustó. Sólo pronunció ‘’TE QUIERO’’, dos sencillas palabras, sin duda, el más grande poema jamás escrito y ella, ofendida, desapareció de su vida.

     No podía entender la reacción de aquella mujer, su huida al escuchar semejante confesión, un ultraje que, al parecer, no podía tolerar bajo ningún concepto, una vulgar chiquillada que podría traer graves consecuencias. Cómo habría sido capaz de ofenderla de semejante modo? La amistad era una cosa y aquella confesión podría traer consigo un mundo que no estaba dispuesta a compartir con cualquiera. 

     En su huida, dejó reproches que se multiplicaban en los silencios cotidianos y, a lo largo de la madrugada, convertidos en sombras chabacanas, atemorizaban los sueños más inocentes. Los poemas que le había dedicado empezaron a desaparecer por la senda del olvido. Avergonzados, se perdían en los desconocidos atardeceres de la distancia. 

     Él, no entendía aquel proceder tan extraño. La buscó, como un loco, para pedirla explicaciones y, si fuera necesario, estaba dispuesto a pedirle perdón. Solo la dijo ‘’TE QUIERO’’. Nada más. Hay que pedir perdón por querer, por amar? 

     No sabía a quién preguntar, tenía miedo, pero de qué? Qué mal había cometido? Las sombras le acosaban constantemente y aquel grandioso poema dejó de tener sentido, gritos y susurros traviesos, intranquilos por las consecuencias del destino, trataban de darle argumentos que justificaran la reacción de aquella extraña mujer. Sin embargo, estos eran contradictorios, las palabras no se ponían de acuerdo, jugaban con motivos dispares, absurdos, enloquecidos por las lágrimas rencorosas de aquella mujer. 

     Un día preguntó por ella al viento y éste le entregó las hojas secas del otoño, en su interior se podían leer las verdaderas razones. De pronto, todos los ‘’TE QUIERO’’, pronunciados y por pronunciar huyeron, desesperados, hacia el olvido. 

     Aquella pobre mujer, amargada por un amor que no encontró jamás, dejó de llorar y murió de melancolía.

Presentación del libro "Fuente, un rato contigo" de Félix Serrano. Biblioteca del Estado en Ceuta


Hola amigos. Nuestro compañero Félix Serrano, 
presentará su nuevo libro "Fuente, un rato contigo" 
el día 24 de enero a las 20:00h en la Biblioteca Pública del Estado en Ceuta.

Nueva obra de Santiago Solano Grande, "Desde el Reino de Tloha".


Si te gusta leer, aquí tienes más de 1600 páginas. Muy pronto a la venta.
Pedidos adelantados/reservas 
a precio de Eventos en solanograndesantiago@gmail.com













Primer ladrillo (II)

Cuando llueve, el agua corre despendolada calle abajo. Por esa pendiente del cuatro por ciento que tiene, los dos escalones previos a la puerta de entrada, que están a nivel, parecen torcidos, más altos a la izquierda, más bajos a la derecha. Lo mismo ocurre con los dos pilares que sostienen el dintel. El de la izquierda, todos van en mármol jaspeado, lo menos diez centímetros más largo. En éste, atornillada, hay una chapa metálica del tamaño de un A4 pintada de azul. En ella, el pictograma de una casa, todo en blanco; y debajo, el rótulo: La casa del escritor. 
A la puerta de la casa le pasa lo mismo que a los escalones. Deja una rendija de casi un centímetro en un lado que tiende a cero en el otro. Por esa abertura se cuela el frío extremo del invierno, como un niño hambriento, a comerse la pintura de las paredes. Este disparate de aprendiz de albañil se hizo a mediados de la década de los setenta. Un tal Ventura, el único del pueblo que se dedicaba a estos menesteres, fue el encargado del engendro. Ni pinche de maestro cantero hubiera sido en las construcciones de Ventura Rodríguez, desde luego. 
Antes de mil novecientos setenta y cinco el suelo de la casa era de tierra. Las paredes subían como ahora hasta un techo abovedado, adaptándose más que modificando la irregularidad de un suelo de inicio de sierra cuajado de roca y marcados desniveles. Esa maravilla de techos puede que fuera cosa del abuelo materno del escritor, Francisco, o de su hijo Antonio, no se sabe. De esto no hay registro escrito alguno. Solo la cédula de compraventa de una cuadra en la calle llamada entonces Camino de Almendralejo por parte de aquel, el día de San Agustín de mil novecientos veintisiete.






Primer ladrillo (1)

Cuando llueve, el agua corre despendolada calle abajo. Por esa pendiente del cuatro por ciento que tiene, los dos escalones previos a la puerta de entrada, que están a nivel, parecen torcidos, más altos a la izquierda, más bajos a la derecha. Lo mismo ocurre con los dos pilares que sostienen el dintel. El de la izquierda, todos van en mármol jaspeado, lo menos diez centímetros más largo. En éste, atornillada, hay una chapa metálica del tamaño de un A4 pintada de azul. En ella, el pictograma de una casa, todo en blanco; y debajo, el rótulo: La casa del escritor. 
Imagen de Google
A la puerta de la casa le pasa lo mismo que a los escalones. Deja una rendija de casi un centímetro en un lado que tiende a cero en el otro. Por esa abertura se cuela el frío extremo del invierno, como un niño hambriento, a comerse la pintura de las paredes. Este disparate de aprendiz de albañil se hizo a mediados de la década de los setenta. Un tal Ventura, el único del pueblo que se dedicaba a estos menesteres, fue el encargado del engendro. Ni pinche de maestro cantero hubiera sido en las construcciones de Ventura Rodríguez, desde luego.

Primer ladrillo

Montaje fotográfico de Santiago Solano
sobre imagen de Google.




Cuando llueve, el agua corre despendolada calle abajo. Por esa pendiente del cuatro por ciento que tiene, los dos escalones previos a la puerta de entrada, que están a nivel, parecen torcidos, más altos a la izquierda, más bajos a la derecha. Lo mismo ocurre con los dos pilares que sostienen el dintel. El de la izquierda, todos van en mármol jaspeado, lo menos diez centímetros más largo. En éste, atornillada, hay una chapa metálica del tamaño de un A4 pintada de azul. En ella, el pictograma de una casa, todo en blanco; y debajo, el rótulo: La casa del escritor.

Carta a los Reyes Magos


Santa Cruz de la Sierra, 4 de Enero de 2019



Estimados Gaspar, Melchor y Baltasar.

         No sé si me recordaréis ya. Hace mucho que no os escribo. Lo menos cincuenta años. Os contaré un poco quién soy y qué he hecho de bueno este año, por si ayuda a que me concedáis lo que os pido. Lo malo, sobre todo, mi temperamento; ya sabéis, que tengo un pronto que no hay quien me aguante. Procuro sujetar fuerte las riendas de este caballo, para que no se me desboque, pero no siempre lo consigo. Bueno, no me entretengo más en esto que vosotros ya lo sabéis todo, que para eso sois magos, y sabios, y eternos, como el Niño Jesús.
         Bueno pues os escribo desde la cuadra en la que nací, que ahora es mi casa y está de aseada que da gusto estar en ella. Este año, como Presidente de Escritores en Red, que por esto os escribo precisamente, he intentado que todos los socios se sintieran a gusto en la Asociación. He ido más allá de lo que los estatutos me piden.
Me he involucrado, no sé si siempre hasta donde cada cual necesita, en los asuntos de todos y cada uno de ellos, mis amigos, mis hermanos de letras. He maquetado, que recuerde ahora, el libro de poemas de José Mari, el de Milagros, la revistas de verano e invierno en Internet; y en estos días, llevo ya una semana con ello, estoy con la Antología Anual en papel, así de gratis.
Nos fuimos a Bilbao a presentar la del año pasado (vaya fiasco gordo, pero gordo gordo, el que solo tuviéramos un solo asistente a la convocatoria, Salva, hoy socio en EnR, por cierto), pero qué bien nos lo pasamos: mucha poesía y ese espacio de hermandad tan necesaria en el mundo en el que vivimos.
Estuvimos presente por primera vez con caseta propia en la Primera Feria del Libro de Portugalete: ¡qué alegría, y qué poco rendimiento económico… todo fueron pérdidas!
Viajamos también a Tánger y Tetuán, ¡qué bien todos, qué diez días de turismos estupendos!, ¡qué desastre lo del Instituto Cervantes, con la ilusión que llevábamos, pese a los muchos meses de trabajo duro por parte de los organizadores, que son un cielo de personas!...
Bueno, que no me quiero poner trágico. La vida se nos impone siempre, por mucho que queramos controlarla. Nada sale nunca como se ha programado. Es verdad eso de que el hombre propone y Dios dispone. Así que me siento satisfecho, pese a todos los reveses de este año, que han sido muchos, demasiados quizás.
Y lo más importante, que con tanto recuerdo, se me olvidaba. Este año, en febrero cumplo los cuatro años de Presidente, y toca cambiar el cargo, que ha de hacerse, según estatutos por mitad cada dos años.
Ya sabéis que estoy un poco cansado y que necesito centrarme en otros asuntos, vosotros sabéis, así que ésta es mi petición:
¡Porfa, traedme para Escritores en Red un Presidente que consiga lo que yo, un hombre de pueblo, no conseguiré jamás, hacer de la Asociación algo realmente trascendente, algo que perdure en el tiempo - desde luego no sé lo que pido -, algo más allá de la importancia de esta hermandad entre escritores por la que yo he peleado con todas mis fuerzas! Si recordamos la historia de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, por ejemplo, Escritores en Red necesita un Echegaray, o un Benlliure...
Sé que es mucho pedir, pero por pedir que no quede.


Por cierto, me llamo Santiago Solano

Un gran amigo y un gran POETA. "In memóriam"





José Luis Alvarez Gallego, amigo, mis lágrimas caen gota a gota sobre cada una de estas palabras que te escribo. El corazón se me encoge, y mi alma escucha su lamento.

Te nos has ido temporalmente y desde donde estès, te podrás sentir muy orgulloso al constatar el gran cariño que todos tus amigos te tienen.

Quizás nunca pensaste el revuelo que formarìas con tu partida, pero los hombres buenos, sensibles y grandes como tù, permanecerán siempre en nuestra memoria.

Este año, en “La Misa del Gallo” no te vi, busqué tu presencia pero no estabas. Quizás estabas preparando tu viaje para marcharte en una fecha señalada, y que tu huella nos quedase grabada, aún más, entre todos tus amigos y seguidores.

Eres único, y serás “único”, y es que cuando declamabas hasta los Dioses del Olimpo se ponían a tus pies.

Gracias por tu amistad, gracias por haber estado siempre a nuestro lado,  y que en cada aurora, en cada amanecer puedas sentir el gran cariño que todos te profesamos.

Descansa, acurrúcate en una flor, y que por cada gota de rocío que recibas, puedas abrir los ojos, y escribir tu poesía!