Hoy es

No puedo resistir

de google
     Las horas ingratas pintan versos estúpidos en la blancura imperfecta de mi alma, cansada de vagar entre tantos sueños caóticos que, al final, huyen por caminos perdidos en un tiempo difuso. Me dejo llevar por tópicos eternos que me introducen en paraísos luminosos donde pierdo mi propia identidad entre borrachas imágenes que acaban con mis sentimientos más inocentes.
     Las palabras ausentes acuden a mi ayuda, procuran arrancarme de las garras de la soledad, del egoísmo de viejos complejos y temores absurdos. Los rotundos ecos de su voz conmueven a mis silencios, incapaces de seguir gritando, hartos de escuchar las excusas de siempre, las justificaciones repetidas a lo largo de tantas madrugadas. Me ofrecen estrofas luminosas que fingen entregar toda su pasión, pero son incapaces dibujar los versos sencillos, transparentes, de mi alma. 
     No puedo resistir tanta desdicha, el dolor es insoportable. Escapo del sopor del atardecer, huyo entre sueños apagados que me llevan hacia un destino incierto donde, tal vez, pueda ser feliz. En eso confío cuando el amanecer me entrega, cada jornada, esperanzas nuevas, repletas de ilusiones, poemas por hacer que aguardan mis ardientes lágrimas, las estrellas fugaces inunda de una extraña dicha mi corazón cansado de buscarla, mas sólo encuentro reproches de atardeceres rencorosos que me impide contemplar el horizonte en toda su plenitud.
     Tal vez en algún recodo del camino me esté aguardando. Espero que no sea demasiado tarde y pueda escribir mi último verso sobre las hojas secas de un otoño compartido.