¿Qué puede llevar a un ser humano a comportarse de una forma tan brutal, tan egoísta, tan violenta consigo mismo, con los demás y con todo lo que le rodea?
Cuando estamos ciegos por orgullo, por ego, por humillaciones o malas experiencias es cuando juzgamos a los demás y a las cosas que nos rodean según nuestras ideas o gustos, llegando a imponer por la fuerza nuestro criterio, creando a nuestro alrededor temor que no es respeto.
Algunos egos desmesurados y débiles se erigen como reyes del terror, causantes de tantas desgracias, muertes de inocentes, sufrimiento, crueldad, violencia, dejando un gran vacío a las personas que sobreviven y una cicatriz que siempre les recordará que una vida sin respeto sumida en el terror, no es vida, es una lucha por sobrevivir en un caos donde la ley no conoce los derechos, la libertad o la justicia.
La historia de la humanidad a través de los siglos, y hasta este preciso instante, está repleta de ejemplos de crueldad, horror, violencia… historias que unos han escrito y otros han sufrido en sus carnes, como las violaciones de los derechos de la libertad. Los autores de estas historias violentas son conocidos como dictadores que imponen sus fuerzas, sus ideas, sus intenciones matando a todo ser humano que no esté de acuerdo con ellos.
En la actualidad, viviendo en nuestro planeta, hay muchos reyes del terror, no aprendemos de nuestro pasado, de nuestra historia. Siguen imponiendo sus fuerzas, sus cadenas que ahogan a los ciudadanos con leyes, con normas de conductas más propias de robots que de seres humanos. Estos reyes del terror creen que el dinero, el poder o el hecho de atemorizar a los ciudadanos les da privilegios, supuestamente, otorgados por las “alturas,” convirtiendo en vasallos a las personas de su “reino,” encadenadas al cuello para que sientan que no tienen vida propia sino que pertenecen a ese dictador o “rey del terror,” cuya única misión es crear fanatismo, intransigencia, opresión y horror, y, como consecuencia, los ciudadanos viven en una permanente ansiedad, angustia y temor lo que provoca incertidumbre, y va consumiendo las vidas que día a día se van apagando en un huir, rompiendo fronteras y encontrándose con miserias.
El universo de esos reyes del terror, con voraz bulimia de guerra y violencia, está sujeto por fantasmas invisibles de rencor y de resentimiento; universo solitario, arrogante, débil, con coraza de hierro que existe por el miedo a perder ese “imperio en decadencia y de temor,” miedo que se transforma en violencia física y psíquica, causando grandes daños a la Vida. Cuánta pena, cuánta lastima siento por esos seres humanos desprovistos de corazón, símbolo de amor y de esperanza, que no pueden sentir como su alma llora por las heridas que ellos mismos se han infligido. Aunque sigan maltratando a sus almas, deben saber que el alma no se dejará abatir y que cuando levante su vuelo será imparable y no habrá vuelta atrás, los imperios del terror caerán.
El alma herida hace que nuestra vida sea una tragedia ya que no comprende cómo es posible que se hayan olvidado lo que significa ser un Ser Humano. El alma llora porque no tiene hogar y tiene hambre, hambre de amor y de perdón, alimentos necesarios para poder sobrevivir en este caos que han creado los reyes del terror. “No permitamos que anochezca en nuestra alma, luchemos por la paz, por la alegría y vistámonos de luz.”
Negras sombras planean sobre nuestras cabezas, sombras de locura porque perdemos la cordura. Todos tenemos un momento en que nuestra alma nos hará sentir y oír las cuerdas de nuestros violines, el sonido del arpa de la vida y los susurros del aire; en el momento oportuno, a cada uno de nosotros nos tocará vivir nuestra gloriosa experiencia de oír cantar a nuestra alma.
Debemos luchar por crear leyendas con finales felices donde la luz, la paz y la sabiduría, la cordura de los hombres y de las mujeres ganen a las sombras oscuras. Cada día se oye el sonido del arpa de la Vida que corresponde a las plegarias de almas cálidas e inocentes que piden ayuda para sobrevivir, mostrando que las ganas de vivir son imbatibles razones para luchar por la libertad.
En el devenir de los tiempos y de nuestra historia debemos mirar hacia lo alto, hacia el mundo invisible para encontrar fuerzas y victorias. En el escenario de nuestra vida debemos luchar por conseguir nuestros sueños y que cuando baje el telón hayamos vivido nuestra vida, conforme a nuestros criterios, esperanzas y deseos, no dando importancia a las críticas de muchos mercachifles y oportunistas que pululan a nuestro alrededor.
Los reyes del terror descuartizan las piezas de un mundo que ya está roto y continúan sin parar y sin ton ni son, y en medio de la angustia, que provoca el miedo que flota en el aire como un fantasma, los seres humanos buscamos la verdad, buscamos respuestas, buscamos un bosque donde sus árboles nos puedan abrigar y proteger de esa mano invisible llamada terror.
A lo largo de la historia, esos reinos del terror han tenido sus momentos de gloria pero ha llegado el momento de su ocaso, en el reino de la paz no hay cabida para más injusticias y más crímenes contra inocentes o contra la humanidad, es el momento de la bajada del telón para ese reino del terror.
Si para algo sirven tantas guerras y dolor es para que la mano invisible que rige la Vida nos una en solidaridad y luchemos por la paz, la justicia y la libertad.