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... de la Red |
Metro a metro,
humo y fuego
de pensamientos,
oigo llegar
el tren
de los sonidos terráqueos;
se acerca,
percibo
como se acomoda
febrilmente,
en la forma
de antiguos ecos.
Toco su máquina sagrada
hecha
de nervios y de viento
y me dejo arrastrar
en caída libre;
recojo,
sin prisas y sin tiempo,
todos los ingrávidos
olvidos
que él me entrega:
ellos son ahora
mis recuerdos.