Hoy es

Recursividad poética



... de la Red

              Lanzo rápido el borde de mis manos hacia ti, pero ya no puedo hallarte; habitas seguramente en un ignoto espacio en el que las musas de la noche juegan a contar cuentos en voz baja que mis oídos no alcanzan a oír. El tiempo, que teje su lenta tela de araña, llena mi alma de pesares y aunque te busco apasionadamente te desvaneces bajo la pátina gris de todos mis desgastados recuerdos.
              Puede que cualquier día muera el sol por occidente o tal vez nazca por oriente, pero sé que sólo será un mero espejismo, igual que esas impenetrables sedas de este aire que me roba el perfume de tus manos, el aroma de tu piel que duerme siempre conmigo, aunque al despertar cada mañana nunca logre encontrar tu cuerpo junto al mío.
             Eres tú también una musa de las noches de mis sueños, que apenas si logro rozar a través de mis palabras porque éstas se deshacen conforme las voy escribiendo: humo de un espíritu inmortal que no mora en este mundo de vivos en el que aún tristemente me hallo, mientras dejo que mi vida se marchite consumida en tu memoria a través de una infinidad de horas muertas.
            Nuestros dos mundos, al menos por ahora, nunca llegarán a tocarse; son nada más que dos espacios intangibles unidos por la música del lenguaje. Y cuando el lenguaje calla o no sabe interpretar la melodía que fluye bajo sus palabras, enmudecen a la par tu corazón y el mío; se desconectan y apenas sobreviven en la breve huella que dejaron atrás nuestros recuerdos, estos que ahora intento rescatar cuando lanzo rápido el borde de mis manos hacia ti. Mas ya no puedo hallarte; habitas seguramente en un ignoto espacio en el que las musas de la noche juegan a contar cuentos en voz baja que mis oídos no alcanzan a oír.


                                             de "Ave del Paraíso",
                                 Cuaderno de Pensamiento, Poesía y Relato.
                                                                                          (2018)