... de Google |
Al principio yo no era así. No te asustes. A lo largo del viaje he perdido kilos, adquiriendo una imagen muy distinta de la que tenía antes, acorde con mis necesidades primarias, he adquirido una forma extraña, cilíndrica, alargada, flexible, rugosa. Ahora lo importante es no perder altura, sujetarme bien a estas paredes cada vez más gelatinosas, para ello ¿necesito la vista? Claro, el objetivo es verte y que me veas; que veas como soy, como serás. He de vencer el poder de las corrientes jabonosas que siempre bajan.
¿Necesito el oído? Si, es fundamental, como la voz, para oír tus gritos mientras me acerco. Me sirve para asustarte; necesito que no perturbes mi camino., lo preciso como el tacto, para que sientas el frio de mis caricias, para que aprecies el dolor en mi presencia. No, no soy una amenaza, todavía estoy lejos, pero me acerco despacio a tus pies. Estás descalza. Solo falta un recodo. Dentro de un momento un grito. Intentarás pisarme, te morderé en el hueso y dormirás. Dormirás aterrada mientras te envuelvo con mis escamas mis anillos, y perderás el color. Ya estoy saliendo por el sumidero de la ducha en tu casa y no me has visto; pero yo sí, porque tengo buena vista; El jabón, como el gel, es un peligro, me hace resbalar. Calmará mi sed. Ya lo siento, ahí está tu pie, el izquierdo, el tobillo, el hueso. Está salado. Es inútil, no grites, nadie te va a oír. Por tu cuerpo desnudo y limpio, voy a ascender sin dificultad; no es gelatinoso, no opones resistencia, pero no te derrumbes, podrías aplastarme algún anillo. Mientras subo por tus piernas ¿te puedo contar mi historia? Se que no se lo dirás a nadie. No te dará tiempo. Tienes una piel muy suave. Llevo mucho que no como. No te preocupes iré despacio., sujétate si quieres a los grifos y échate perfume de ese caro, no me gusta que huelas a sudor y lucha. Es aburrido que no opongas resistencia. Te creía más fuerte. Yo era tímido, no recuerdo si era masculino o femenina. Ahora esperaré un momento, antes de seguir, tomate un respiro. No me gusta la violencia, pero ya te he dicho que llevo sin comer más de seis días. ¡Qué bonitas! No te has quitado la pintura de las uñas. Te hubiera quedado muy bien mañana en el cumpleaños de tu novio. Bueno últimamente no te hacía mucho caso, de hecho, se había ido con tu mejor amiga, además has suspendido casi todas las asignaturas del curso, no te quedan muchas ganas de vivir. Tendrás que agradecérselo. Pero no te preocupes, será un momento inolvidable. ¿Qué te pasa? Acaricio tus hombros y no hablas, tus manos no responden, diviso tu boca ya bien cerca y es un antro, armado hasta los dientes temblorosos, tienes la lengua rígida. Tu novio no encuentra ya el placer en estos besos. Esa saliva verde que escondes en los labios es lo único que no me gusta. Me produce cierta repugnancia. ¿Respiras, todavía? Sí, noto el vertiginoso latido de tu corazón y la mirada, esa mirada que poco a poco se va perdiendo en un horizonte cercano que te ahoga despacio, hasta…
¿Necesito el oído? Si, es fundamental, como la voz, para oír tus gritos mientras me acerco. Me sirve para asustarte; necesito que no perturbes mi camino., lo preciso como el tacto, para que sientas el frio de mis caricias, para que aprecies el dolor en mi presencia. No, no soy una amenaza, todavía estoy lejos, pero me acerco despacio a tus pies. Estás descalza. Solo falta un recodo. Dentro de un momento un grito. Intentarás pisarme, te morderé en el hueso y dormirás. Dormirás aterrada mientras te envuelvo con mis escamas mis anillos, y perderás el color. Ya estoy saliendo por el sumidero de la ducha en tu casa y no me has visto; pero yo sí, porque tengo buena vista; El jabón, como el gel, es un peligro, me hace resbalar. Calmará mi sed. Ya lo siento, ahí está tu pie, el izquierdo, el tobillo, el hueso. Está salado. Es inútil, no grites, nadie te va a oír. Por tu cuerpo desnudo y limpio, voy a ascender sin dificultad; no es gelatinoso, no opones resistencia, pero no te derrumbes, podrías aplastarme algún anillo. Mientras subo por tus piernas ¿te puedo contar mi historia? Se que no se lo dirás a nadie. No te dará tiempo. Tienes una piel muy suave. Llevo mucho que no como. No te preocupes iré despacio., sujétate si quieres a los grifos y échate perfume de ese caro, no me gusta que huelas a sudor y lucha. Es aburrido que no opongas resistencia. Te creía más fuerte. Yo era tímido, no recuerdo si era masculino o femenina. Ahora esperaré un momento, antes de seguir, tomate un respiro. No me gusta la violencia, pero ya te he dicho que llevo sin comer más de seis días. ¡Qué bonitas! No te has quitado la pintura de las uñas. Te hubiera quedado muy bien mañana en el cumpleaños de tu novio. Bueno últimamente no te hacía mucho caso, de hecho, se había ido con tu mejor amiga, además has suspendido casi todas las asignaturas del curso, no te quedan muchas ganas de vivir. Tendrás que agradecérselo. Pero no te preocupes, será un momento inolvidable. ¿Qué te pasa? Acaricio tus hombros y no hablas, tus manos no responden, diviso tu boca ya bien cerca y es un antro, armado hasta los dientes temblorosos, tienes la lengua rígida. Tu novio no encuentra ya el placer en estos besos. Esa saliva verde que escondes en los labios es lo único que no me gusta. Me produce cierta repugnancia. ¿Respiras, todavía? Sí, noto el vertiginoso latido de tu corazón y la mirada, esa mirada que poco a poco se va perdiendo en un horizonte cercano que te ahoga despacio, hasta…