Hoy es

"Hambre" de Begoña Montes

Escaneada del libro por
Santiago Solano
       Leo este poemario — "Hambre" de Begoña Montes Zofío, que saca al mercado librero la editorial Lastura — despacio, centrándome en aprehender lo que dice, que es mucho, en lo que sugiere, que también, y en la recreación del escenario en el que ocurren los hechos que se refieren; que todo esto hay que tener en cuenta cuando uno abre este libro.
       La poesía minimalista, recuerdo ahora la de la estadounidense Doris Summer, o la de la venezolana Patricia Schaefer Röder, tiene estas cosas, que el poema es el resultado de un vistazo final — a veces sólo el rescoldo de un fogonazo —, a un escenario en el que han ocurrido, ocurren o puede ocurrir aquello que se quiere desvelar. Así podemos leer en la página cincuenta y cinco el siguiente poema:


                    Fue una voz 
                   lo que llegó hasta mí
                   y los huesos temblaron.

                   ¿Dijiste que venías?



Fotografía de la autora
        Poema que enlaza perfectamente en la tradición teatral española auspiciada por Federico Gacía Lorca en la que lo que vemos en escena es como un eco de lo que va pasando fuera de las cuatro paredes en las que transcurre la acción. Así el poema se convierte en lo visible, en lo audible, en lo degustable o sufrible de un acontecer que se nos deja abierto a la imaginación del lector; todo ello dentro de un laconismo expresivo eficaz, muy eficaz diría yo, tal y como ha venido haciendo también recientemente, en nuestro entorno madrileño, la siempre inconfundible y queridísima poeta Rosa Jimena.
       El verso de Arte Menor lo llena casi todo. El adjetivo está suspenso en un horizonte muy, muy lejano. La rima y la asonancia son ecos del pasado. Y sin embargo suenan bien estos poemas ultra breves. Algo tendrán que el lector ha de encontrar y saborear.
       Hay poemas que participan de lleno en la tradición del epigrama, tan usado por otra parte por nuestro añorado Juan Ruiz de Torres — sobre mi mesilla de noche siempre su "El bosque del Tiempo" — , que sitúa a éste en ese lugar especial de los libros a leer y releer, en ese peldaño de un Universo que crece en cada lectura. Bien se podría decir de él lo que se nos pregunta en este poema de la página sesenta y dos:



                    ¿De dónde
                    la magia
                    cuando
                    apareces?



       Así este "Hambre" que nos deja con hambre.




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