Hoy es

El discurso del acusado ("Puro Teatro")

...de la Red

        Aquí estoy — les dice a todos los reunidos en aquella triste sala en la que lo van a juzgar . Soy el que soy, y puedo afirmarlo, aunque sólo sea un hombre; pues nadie, sólo yo mismo, puede juzgar todos y cada uno de mis actos, ya que desde fuera nada podríais comprobar sobre mis sufrimientos y pesares, vicios, desidias, maledicencias y crueldades, mediocridades, calamidades y arrojos, violencia tras violencia contra mí mismo y contra los demás. ¿Acaso soy culpable de ser así.
       Detiene el curso de la voz para luego continuar:
      ¿Quién de ustedes se atreve a tirar la primera piedra? Pero ya sé: ¡Qué fácil es juzgar cuando no eres tú la víctima, ni nadie de tu sangre! Se adormecen tibiamente las conciencias, que cuando bien queremos, somos capaces de aplacarlas dándoles la paz. ¿Mas, y yo, quién puede traer paz a esta mente pecadora? ¿Pecadora de qué y por qué? ¿No soy acaso hijo de la propia Naturaleza, que no pedí venir a este Mundo inmundo, pero aquí estoy, según parece en cuerpo y alma? Sin embargo, al no saber aún si mi alma es inmortal, siento un miedo atroz dentro de mí, que no quiero morir sin convicción ni arrepentimiento alguno, que mi conciencia pueda agradecerme que hice todo lo que pude por ella, al menos una vez en mi vida. Y ahora, dicho todo esto, deseo sincerarme, confesarles que clamo por hallar una respuesta para todo lo que me sucede. Nací, crecí, me hice hombre, y me pertreché con todos los crímenes que ningún ser humano jamás alcanzaría ni siquiera a esbozar. Pero, díganme — se dirige de nuevo a la mesa del tribunal, luego al jurado y a toda la sala : ¿Fui yo, en efecto, quién los cometió? ¿Estaba en mi sano juicio y razón, de modo que imperó en mí, siempre con claridad, el libre albedrío que se me supone? O por el contrario... hace una larga pausa. Ustedes verán, sus señorías, qué decisión conviene tomar con este pobre hombre que soy yo añade, antes de volverse a sentar en el banco de acusados de aquella para él triste sala, mientras dura todo el juicio.


( Y concluido el discurso todos los presentes aplauden vivamente...)


NOTA ACLARATORIA DEL NARRADOR-CRONISTA: (El actor, visiblemente fatigado por el esfuerzo escénico, coloca el libreto sobre la recia silla de madera, sonríe fugazmente al director y al resto de actores presentes y se retira a descansar, que ya su edad no le permite hacer tan grandes dispendios de energía)