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| ... de La Red |
Angular, para algunos.
Prescindible, para otros.
La piedra se mantenía firme en el silencio.
A la luz, era gris.
En la oscuridad, se ocultaba.
Observado con interés por algún constructor,
fue catalogado como posible componente de un proyecto,
un bloque más de un próximo edificio.
Era un bloque de medianas dimensiones.
Extraído hace años de la infinita cantera de la vida,
nunca tuvo más movimiento
que los sueños internos de su inmóvil destino.
Nadie podía pensar que, entre sus vetas,
albergaba la ilusión de convertirse
en el alma invisible de una estatua.
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| El poema es de Emilio Porta |
