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... de la Red |
Coloca tu magnético cuerpo sobre el mío
y no me abandones nunca
que el frío viento del Norte
no cesa de clamar ante mi puerta.
A Dinamarca me voy
y sueño con llevarte conmigo
allí donde el rígido y afilado hielo
atormentará nuestra piel desnuda
y dará calor por dentro
a nuestros tibios corazones
que dos almas unidas para siempre
concitan más fuerza que una
frente al ígneo dragón de la Muerte
cuyo fuego domina nuestro Mundo
Llegaste hasta mí
con la furia de una joven galerna
de primavera
Y aún no logro adivinar
cómo ese gélido Mar del Norte
ha sido capaz de soldar alma con alma
a un mediterráneo como yo
y a una chica de largas piernas
y piel blanca como la nieve
de perfectos ojos azules
que siempre miran hacia el Báltico
No me quedan ya apenas fuerzas
para soportar esta larga ausencia
el recuerdo humedecido de tus labios rojos
deslizándose sobre mi tostada espalda
y ese orgiástico ímpetu salino
del viejo Mar Mediterráneo
que baña todas sus doradas playas
desde el puerto de Algeciras al de Estambul
Mientras tú desciendes del transbordador
en Copenhague
hace frío
y llevas una larga gabardina blanca
y me miras desde lejos
y me sonríes y me llamas
aunque ahora sólo existas en mi cabeza
Soy como un poderoso dios del Norte
un jovencísimo Thor
renacido en otras latitudes
pero transmutado para siempre
en las álgidas y oscuras profundidades
de ese omnipresente mar del Norte.
de "Aves del Paraíso",
Cuaderno de Pensamiento, Poesía y Relato
(2018)