Por no lavar mi cara y la conciencia
yo fingí ser un loco atolondrado,
un lorito en su jaula encadenado
soñando y arañando su clemencia.
Si levanté la cruz por penitencia
fue por tener mi culo bien sentado,
el árbol de mi vida ya plantado,
y escrito este soneto con urgencia.
El futuro ya es hoy, no tengo miedo.
He mudado la piel, estoy morena,
y casi todo ya me importa un bledo.
Desaté el cinturón, entré en barrena.
Si me prestan un nombre me lo quedo,
me llamaban Fabián, hoy soy Lorena.