Fría como el verano antártico,
temblorosa en tus palabras
buscando tu soledad, entre retazos
del último beso, bajo la almohada,
te he pintado entre lienzos adolescentes
entre lunas rojas en París
y en el silencio de los silencios.
Lamento tu hermosura primaveral,
aquella que un día besé
y otro desterraste a las sombras.
Navego entre tus olas a la deriva
en tu mar de ensueños,
en aquella luz oscura.
Ya no concibo miedo
olvidé el amor que no soy yo,
solo
en la confusión sin reproches,
la profundidad salvará
tu perpetuo llanto.